You are the reason.

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- Mi nombre es Chloe, y tengo una fuerte adicción a las drogas y al alcohol.
Chloe empezó su participación en el grupo de apoyo justo una semana luego de salir de la clínica. Le parecía una pérdida de tiempo, pero estaba obligada a hacerlo para ganarse la confianza de Stacie y Aubrey otra vez. Se unió a la ronda que habían armado en una sala bastante grande, y observó al resto por un buen rato antes de empezar a hablar. Habló poco, pero fue precisa. Dijo lo justo y necesario como para que nadie tuviera que hacerle otra pregunta, y luego mantuvo un tranquilo y respetuoso silencio hasta que la hora se cumplió.
Repitió la rutina por un par de días. Se sentaba, escuchaba, interactuaba muy poco, y luego callaba. El silencio parecía ser la respuesta justa cuando no tenía nada para decir. No quería lanzarse a un abismo de cosas sin sentido, no quería pretender que estaba a gusto, o que en verdad le servía estar sentada allí en medio de toda esa gente que no conocía. No comprendía sus discursos positivos y llenos de esperanza. Le parecía utópico el mundo del que ellos hablaban. Y por eso guardaba silencio. Claro, hasta que un día el tema de la jornada tocó un punto sensible.
Estaban hablando de las familias, los amigos, las personas que los mantenían fuertes, esas caras que recordaban antes de caer nuevamente. Ella nombró a Stacie, Aubrey y Beca. Habló de ésta última como alguien que le había dado las razones para entrar al centro de rehabilitación, y la única persona que había comprendido lo duro que era vivir de esa forma. Habló de Beca como nunca antes. Resaltó lo hermosa que era, lo aún más hermosa que era su alma, lo increíblemente grande que era su corazón. Y luego de atrapar a todos con esa historia de amor, dio el golpe de realidad.
- Pero yo le rompí el corazón, y fue otra cosa buena que no pude conservar.
Un silencio llenó el lugar. La tristeza de Chloe era palpable. Sus ojos lo decían todo. La forma en que bajó su cabeza y lanzó una pequeña risa forzada, demostró cuánto esfuerzo estaba haciendo por no quebrarse.
- Si tan sólo pudiera hacer una cosa, sólo una, para remediar todos mis errores, lo haría sin pensarlo.- dijo al fin, y cortó el tenso silencio generado en el lugar.
- ¿Qué crees que deberías hacer para remediarlo, Chloe?- preguntó una de las participantes, sentada justo frente a ella.
- Irme de casa cuando tuve la oportunidad.
Ahí empezó otra historia que ellos no habían escuchado de la pelirroja, y que ella resumió muy bien. Su mamá nunca la había querido. Su padre las golpeaba. Tenía dos hermanos mayores de los que había sido separada a los tres años. Uno estaba preso por asesinato. El otro se dedicaba al tráfico de drogas. Ella pudo escapar un día, cuando una tía llegó a buscarla con una propuesta de trabajo en Seattle, donde podría continuar sus estudios y tener otro tipo de vida. Pero se negó. Quería quedarse y cuidar a su madre, a pesar de todo. Pero ella se suicidó dos años después, a causa de la fuerte depresión con la que vivía. Para entonces su padre tenía a otra mujer, y dos pequeñas hijas que tenían la misma miserable vida que le habían dado a ella. Había caído en las drogas muy joven, y a pesar de haber sido ingresada a un centro de rehabilitación, la universidad la llevó irremediablemente a eso otra vez.
Tenía veintiocho años, había ingresado al menos cinco veces a rehabilitación, y nunca había podido mantenerse mucho tiempo sobria. A excepción, claro, de sus años con Beca. Beca era la razón de todo. Y también se había marchado.
Dejó el lugar ese día pensando en cuántas cosas hubieran sido diferentes si se iba con su tía. Pero también pensó que no habría conocido a Stacie, tampoco a Aubrey, y mucho menos a Beca. Y no estaba segura de querer resignar eso. La vida era una constante consecuencia de sus actos y decisiones. Y ella parecía no saber tomarlas.
Esa noche buscó a Beca en instagram, observó sus fotos, descubrió que estaba en Londres y había actualizado sus redes sociales en las últimas dos horas. Escribió un mensaje para ella, pero decidió no enviarlo. Le parecía estúpido pensar que de tantos mensajes que seguramente ella recibía, iba a leer el suyo. Sin embargo siguió mirando sus fotos, tratando de diferenciar a la Beca que estaba promocionando su trabajo, y a la Beca que simplemente quería subir una foto por diversión. De esas últimas había pocas. Sobre todo después de la última vez que había estado por Atlanta. Chloe se odiaba por haberla lastimado, pero entendía que eso había sido necesario para que Beca pudiera salir al mundo, mostrar su talento, y darse en un ciento por ciento a su carrera. Y por lo que veía, le estaba yendo muy bien.
Regresó al botón de enviar mensaje, presionó y escribió otra vez.

(Re) Escribir nuestra historia.Where stories live. Discover now