Me preguntaron que siento por vos, como si de alguna manera se pudiera poner esto que siento en palabras. Les conté de como se ilumina mi cara cuando te veo, de como hierve mi sangre y comienza a burbujear. Les conté que siento cosquillas en todo el cuerpo y que no te puedo dejar de pensar. Les conté que sos como droga exquisita, como éxtasis y lasitud. Les dije que si habría de compararte con algo, sería con el sonido del mar, que te arrastra lejos de la rutina y te devuelve a la naturaleza como un bebé recién nacido. Les dije que si habría de compararte con algo, sería con la sensación de pisar hierba descalzo por primera vez, como un helado en verano y un café caliente en invierno. Todas cosas que de alguna manera te envuelven en confort y te hacen agradecer, aunque sea por ese momento, el hecho de estar vivo.
