- Feliz cumpleaños, Beca.
Esa era Stacie, con un muffin de chocolate en sus manos y una vela encendida, justo en la puerta de la habitación donde la actriz se estaba quedando. Beca sonrió, y la dejó pasar.
- Siempre ha sido una costumbre saludarte a medianoche, pensé que lo necesitabas más ahora.- le dijo al entrar y pararse frente a ella, aún con la vela encendida.- Vamos, pide tus deseos.
Beca cerró los ojos, pensó un poco y luego apagó la vela.
- Me alegra que estés aquí.- dijo al fin.- En verdad.
- Bueno, me costará mi relación pero al menos comeré esta delicia de chocolate mientras Aubrey me deja por mensaje de texto.
- Aubrey no te dejará.- fueron a sentarse en el sofá y compartieron el muffin.- Quizás esté enojada conmigo pero no te dejará por venir aquí.
- ¿Tú cómo estás?
- Estuve pensando en un cumpleaños en Nueva York, justo antes de que Chloe se fuera a Atlanta. ¿Lo recuerdas?
- La cena en ese octavo piso. Fue asombroso.
- Esa noche fue tan especial.
- Ella estaba increíblemente más enamorada de ti al día siguiente. La recuerdo sonriendo y cantando por toda mi casa, mientras me decía que su vida iba a ser mejor, que tenía otra oportunidad.
- Se sentía así, en verdad. Extraño cada cosa que hicimos juntas, no dejo de pensar en lo poco que tuve que me diera tanta alegría luego de ella.
Hubo un silencio, una pausa para dar un mordizco al muffin, y también para pensar. Beca había aterrizado en la ciudad ese día en la tarde otra vez, luego de haber pasado los últimos cinco días en Los Ángeles ordenando sus cosas, su trabajo y proyectos. Y quizás porque odiaba su cumpleaños, había regresado a Atlanta para poder pasar ese día como uno más. Algo que para Stacie era inaceptable, y por esa misma razón había llegado a medianoche para recordarle que no se cumplía años todos los días, y que era importante tener compañía.
- ¿Cómo fue todo en L.A.?
- Stephanie y yo terminamos.
- Lo siento.- Stacie en verdad lo sentía, aunque no estaba sorprendida. Conocía a Beca más de lo que ellas dos podían aceptarlo, y sabía que su decisión de ir a Los Ángeles tenía que ver con eso, con terminar una relación que en ese momento no tenía ningún sentido continuar.- ¿Es definitivo?
- Bueno, ella me dio opciones. Ninguna de esas opciones incluía estar aquí, al menos no alguna que nos diera una oportunidad.
- ¿Qué es lo que estás buscando, Beca? ¿Lo sabes?
- No. Sólo sé que debo estar aquí. Podré averiguar el resto con el tiempo.
- Sabes que estoy aquí. Y Aubrey también, aunque ella no lo demuestre.
- Lo sé. Gracias por esto, la realidad es que no quería pasar los primeros minutos de mi cumpleaños número treinta en soledad.
- ¡Ey! Había olvidado que cumples treinta años. No puedo creer que no estemos celebrando en un rincón de Las Vegas y bebiendo hasta hablar incoherencias.
- Regresaremos, lo prometo.- mostró su mano hecha un puño y esperó a que Stacie chocara su puño contra ella.
Ninguna de las dos había tenido una amistad parecida a la que habían forjado alguna vez juntas, y encontrarse después de esos años había sido una nueva oportunidad para recomenzar. Sin importar las circunstancias, estaban otra vez en la misma página, y eso les daba una chance para hacer las cosas bien.
Stacie se quedó una hora más, y luego regresó a su casa porque al amanecer debía ir al hospital. Beca la encontraría allí durante la tarde, luego del almuerzo. Los portales empezarían a hablar de su repentina separación, y los chismes respecto a una posible nueva relación no tardarían en llegar. Stephanie iba a lanzar un comunicado para evitar eso, aunque Beca sabía por experiencia que eso no evitaría las conjeturas respecto al final de una relación.
Habia pensado que si alguna vez terminaba con ella, no quería estar tirada en una cama, preguntándose qué había pasado. No quería caer otra vez en ese abismo de la vez en que había terminado con Chloe. Y aunque le dolía, lo había logrado. Las cosas no habían sido fáciles esos últimos treinta días, y el final estaba anunciado, aunque necesitaban verse para terminarlo de una forma madura. Stephanie se lo veía venir, sobre todo luego de la última vez que había hablado con la actriz y ésta le había confesado que nunca había dejado de amar a Chloe, y que la pelirroja siempre sería parte de su vida de alguna forma. El tono de Beca esa vez había sido un anticipo de lo que pasaría luego. No había que dar muchas vueltas. Estaba inevitablemente pegada a esa historia, y la verdad era que tampoco quería despegarse de ella. Era una pena, porque Stephanie en verdad lo había intentado con todas sus fuerzas, pero había una parte de Beca que nunca iba a pertenecerle. La mitad del corazón que todavía estaba pegado a Chloe, y que siempre lo estaría. Beca siempre estaría a un cincuenta por ciento, sin importar el tiempo que pasara. Y Stephanie quería una historia donde las dos partes estuvieran en un ciento por ciento comprometidas. Lo merecía, y Beca no iba a privarla de eso.

(Re) Escribir nuestra historia.Where stories live. Discover now