12. Ilusiones

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Mina detuvo su videojuego tras el mensaje de su mejor amiga. Sonrió perversamente, pues en la foto se encontraba Sana con un gesto tierno pero sobre todo pícaro, tomando entre sus dedo un condón usado que no sabía de quien era.

[Han enviado una foto]
Creo que se esforzó demasiado 💕

Miró la nueva foto y ahí fue dónde supo de quién se trataba. La profesora Hirai se encontraba recostada boca abajo completamente dormida mientras que su amiga posaba con los dedos en forma de paz y un ojo cerrado con demasiada diversión. Mina rió contestandole una simple carcajada, para después volver a su juego tirando su teléfono lejos en el sillón.

Sin embargo, en su cabeza persistía la idea de que tan difícil podría haber sido seducir a una maestra. Sí, todos en la escuela sabían que Hirai es capaz de acostarse hasta con la chica más fea del instituto. Pero, si ella lo intentase, ¿Nayeon podría caer tan rápido?

La respuesta era obvia. No. La mayor era tan santa, tan amable, tan inocente que ni siquiera se daría cuenta de sus dobles intenciones, lo cual a este paso le da un plus para no hacerlo evidente y que en caso de que reaccionara mal no la reportara. Pero a su vez estaba siendo un dolor de cabeza. Tenía el tiempo medido, y aunque aún le quedase de sobra, sentía que entre más pasasen los días sus oportunidades disminuían.

Irónicamente, eso no tenía sentido. Había tenido un acercamiento a su maestra gracias al incidente, lo que le daba un atajo a su misión. Solo debía idear una estrategia para tenerla sola en su casa y listo. Sin embargo, esa ternura con la que miró a sus ojos le estaban carcomiendo algo que no la dejaba en paz. Era frustrante, porque desde aquel día en que la profesora Im la ayudó e incluso la salvo, no podía pensar en ella como un simple acostón de una sola noche.

Admitía su belleza externa, todo su físico era endemoniadamente sensual y atractivo, sin embargo gracias a su incidente pudo conocer ese lado protector que nunca había sentido con nadie. Carecía del cariño de sus padres quienes sólo la utilizaban como una esclava, alguien que podía realizar sus tareas sucias lejos de Japón; y la forma en que su maestra actuó por ella, tan preocupada y tan atenta, hizo sentir en su corazón un hueco. Algo extraño y que detestaba con todo su ser.

Ya no podía verla más allá de sólo querer sexo, algo en ella quería saber más de Nayeon. Pero no podía, era absurdo.

Se burló de si misma al perder un combate en su videojuego por prestarle más atención a sus pensamientos que al mismo juego. Suspiró pesadamente. ¿Qué mierda le pasaba?

Sacudió su cabeza y apagó su consola. Necesitaba despejarse, y qué mejor que con su segunda apuesta. Tomó su teléfono y abrió el chat con su menor. Últimamente habían hablado lo suficiente para tener una "amistad" y las cosas habían resultado buenas, ya que dadas sus insesantes mentiras, pudo convencerla y ahora podía actuar con normalidad en frente suya. Ya no debía actuar como víctima o algo similar, según lo que sabía Chaeyoung, ya todo estaba arreglado.

A pesar de ser madrugada, la respuesta de Son no tardó en llegar para diversión de la japonesa. Hablaron sólo un par de horas, hasta que la hora de dormir llegase y Mina finalmente descansara. No sin antes haber programado un encuentro con Chaeyoung dentro de una semana.

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— ¿Sigues pensando en Myoui? — Tzuyu caminaba sin mirarla a los ojos. Podía tener un semblante serio, pero su  mirada desepcionada podría fácilmente delatarla.

Chaeyoung emocionada daba ligeros saltitos. Se sentía bien, finalmente las cosas salían bien para ella.

— ¡Claro que sí! La he conocido tanto estos días, y estoy completamente segura de que me gusta. — Chaeyoung suspiró como tonta enamorada, haciendo que Tzuyu solo girase su cabeza una vez más para no ver que esa expresión no era por su causa. — De hecho, hoy nos veremos en su casa... Tal vez ocurra algo.

Rio con un sonrojo sabiendo que ella incluso era quien quería que ese "algo" pasase. No le importaba pensar en la velocidad del asunto, de hecho, para ella habían pasado meses hasta ese momento, aunque realmente sólo fuese cuestión de semanas. La Taiwanesa era la única en desacuerdo, y en cuanto la escuchó detuvo su andar camino a su próxima clase algo exaltada.

— ¿Si sabes que ella tiene fama de ser una zorra? Busca chicas para tener sexo y luego las desecha. Además ¿qué no acaba de terminar una relación? no creo que debas salir con alguien así...

Pero la terquedad de Son era muy grande. Era inevitable, la rubia ya estaba ilusionada con una relación con la japonesa.

— Sí pero ya no la ama, dice que nunca la amo realmente. — Tzuyu no era tonta, ella fácilmente detectó una de las tantas mentiras de Myoui. Supuestamente Chaeyoung la había encontrado porque Mina no podía vivir sin su novia, pero Chae era muy ciega. — y además con las que se ha acostado, ha esas solo las busca una sola vez. Ella y yo llevamos bastante tiempo hablando, todos los días a todas horas me manda algún mensaje. En verdad creo que yo también le gusto.

Entraron al salón y cuando la más alta quiso hablar de nuevo, Chaeyoung se fue al otro lado para hablar con otros de sus compañeros. No lo aceptaría, pero en verdad era dolorosa la forma en que la veía, como una simple amiga.

La clase pasó sin siquiera poder prestarle atención. Su mente estaba centrada en pensar una y otra vez en la rubia que creía estar enamorada de alguien que no la merece. Aunque de su parte era egoísta pensar que sólo ella podía merecerla. Pero era obvio, algo tramaba Myoui con su amiga, y esto lastimaria a Chaeyoung más que el dolor que ella le estaba haciendo pasar. No quería ver eso, no quería verla sufrir, pero si ella pensaba que estaría bien con la japonesa entonces la dejaría ir.

Sin embargo, no sin antes asegurarse de que ésta no jugara con ella.

Salió del aula sola, Chaeyoung se había ido a buscar a Myoui, pero con esto Tzuyu aprovecho para buscar uno de los cabos suelto de Mina para sacar información. En los pasillos se topó por suerte a quien buscaba, Minatozaki Sana. Sin ningún tipo de titubeo se acercó a ella quien no se esperó su presencia, pero que aún así, le sonrió ampliamente al escucharla hablar.

— Minatozaki, necesito que me digas que planea hacer Myoui con Chaeyoung. No creas que soy igual de estúpida que ella, sé que algo traman. — Amenazante la menor se acercó peligrosamente, sin embargo Sana no retrocedió ni un centímetro y, para enojo de Tzuyu, jamás borró su sonrisa.

— Mina nunca haría nada que Chaeyoung no quisiera, no deberías preocuparte por eso, te saldrán arrugas y arruinaran tu bello rostro. — Sana le guiño el ojo, a lo que la menor solo empuño su mano y una vena se reflejo en su frente tras su creciente enojo.

— ¡La engañaron!

— No querida, ella se dejó engañar sola. Déjala disfrutar un poco lo que tanto desea de Mina, y ya después podrás intervenir. — Sana acarició con su pulgar la mejilla de Tzuyu y ésta con un veloz golpe la alejo de su rostro. — Claro, solo si Chaeyoungie te deja hacerlo.

— Son unas malditas zorras. — Enojada trató de irse, sin embargo el brazo de Sana le detuvo un segundo más.

— Calma, tu también puedes divertirte un poco como ellas. En cualquier momento que lo necesites, llamame.

Le entregó un papel antes de lanzarle un beso e irse del lugar, dejando a una Tzuyu llena de furia y frustración en su ser.

Please, Teacher || MinayeonWhere stories live. Discover now