—Les saludaría de mano pero llevo todo el día limpiando y cocinando— sonríe apenada.

—No te preocupes— le digo dejando un pequeño beso en su sien.

—Si quieren algo en particular para comer o necesitan algo me pueden decir con toda confianza— Dice Lorenza — Y por favor llamenme Laurie, ya pasó mucho tiempo desde que alguien me llamó Lorenza.

—¿Necesitas algo?— le pregunto al ver que lleva su monedero, que sé solo lleva la tarjeta que le dimos, la cual sufrió mucho al tener que aprender a usarla,  y unos cuantos billetes.

—No mi niña. Solo iré al pueblo a comprar unas cosas que me faltan para la cena. El señor llamó hace unas horas, quiere carne. — Me sonríe, le hago una señal a Ricardo y él inmediatamente está frente a nosotras.

—Ricky lleva a Laurie al pueblo— Le digo a Ricardo, este asiente y sale por el carro.

—Bueno, fue un placer conocerlos—Dice Laurie antes de salir de la casa y meterse al carro con su hijo.

—Ya después irán conociendo el personal de la casa, pero ellos son los más importantes. Ok, Matt— El joven de ojos verdes me pone toda su atención, se parece a Hunter pero se ve más joven. — Tu cuarto está en la primera puerta a la derecha subiendo las escaleras. Joey, el tuyo está justo enfrente al de Matt. — Sus ojos cafés conectaron con los verdes de Matt y chocan sus manos a modo de celebración. Joey es un poco más bajo que sus hermanos, pero la diferencia es casi minúscula. Lo que me llama la atención de él es la manga de tatuajes que cubre su brazo izquierdo. — Rosalie— unos ojos enormes color verde aceituna se posan sobre mi. Sus cabellos dorados le llegan hasta la parte baja de su espalda y su piel es de un tono caramelo, al igual que sus hermanos. A diferencia de ellos, ella tiene una estatura baja, más baja que yo, aunque yo no soy muy alta pero aun así me defiendo con mi metro sesenta y cinco.— Tu cuarto está aquí en la planta baja, derecho por este pasillo.— Estiro mi brazo en la dirección que le digo. — Es la puerta que está al fondo a la derecha. Señora Lucas su cuarto es el que está a un lado del de Rosalie. Me encargue de que todo esté listo para su llegada. — Veo que Pablo y sus trabajadores tengan cuidado con el equipaje.

— Muchas gracias, llamame Rosa cariño, sé que será un poco confuso por que asi se llama el pueblo pero cuando me dicen señora me siento como si tuviera cien años —  Asiento con una sonrisa, a decir verdad no sé mira grande, tengo entendido que Hunter es su hijo mayor y lo tuvo a temprana edad. Su cabello es del mismo color arena que el de Hunter y sus ojos son de un verde intenso.

— Está bien seño... Rosa—  Me río por mi error, mi sonrisa se borra de mi rostro cuando vuelvo a ver a Hunter. —  Tu cuarto está en la segunda planta, es todo derecho. Es la recámara más grande.

— No—  Dice cuando nuestros ojos se unen. —  La recámara más grande es de mi mamá—  Dice con un toque de desprecio en su tono de voz, frunzo el ceño.

— Si, bueno es que la recámara más grande es para el señor y...

— Ah... entonces si sabes quien soy—  dice con su cara seria. Abro la boca para decir algo pero Rosa me gana.

— Hunter, cariño. Ale tiene razón, además de que me agrada la idea de que la planta baja sea solamente para las mujeres—  Me regala una sonrisa enorme y se la regresó a modo de agradecimiento. Tendré que tomar notas de cómo se tiene que tratar a Hunter, no estoy para que se hagan las cosas como él quiere pero al fin de cuentas es él quien va a manejar mi vida y la de todos los que viven en este pueblo. Hunter se dedica a poner los ojos en blanco y a encender otro cigarro.

— El área de fumadores está justo por esa puerta— Estiro mi brazo en dirección a la puerta principal, Hunter me ignora por completo—  Pablo y sus hombres ya llevaron sus cosas a sus respectivos cuartos. —  Le digo a los demás.

La familiaWhere stories live. Discover now