Capítulo 2.

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El día siguiente, en el descanso entre clases, Katherine fue a hablar con Dean, un amigo de Víctor que era hijo del dueño de la compañía aérea más famosa de Europa.

-Dean, ¿podemos hablar? –Preguntó Katherine.

-Claro Rine –Respondió el joven.

Mientras se alejaban de sus amigos, Katherine empezó a contarle el porqué de su visita.

-Necesito que me hagas un favor; me urge un billete de avión a Los Ángeles para hoy mismo y necesito que me lo regales.

-¿Acaso no puedes pagarlo? Los Jousset sois una de las familias más ricas de todo París, ¿Por qué iba a regalarte algo así? No quiero líos Rine. –Dijo él con cara de circunstancia.

-No es nada de eso, necesito ir allí por algo privado, no es peligroso ni malo, pero nadie puede saberlo. Si pago con tarjeta mi madre verá el cargo en la cuenta y no quiero eso que pase. Se lo diré una vez haya llegado y así no podrá negarse. En cuanto al resto de mis amistades, sí, todos tienen dinero, pero no todos tienen líneas aéreas. Necesito que nadie lo sepa y yo sé que tú quieres ir a la fiesta del Mouline Rouge este sábado, ¿cierto? –Dijo Katherine arqueando las cejas.

-Hecho, saldrás esta tarde. A la hora de comer te espero en la entrada de la Ópera Garnier y te lo daré. No tardes y trae mi invitación. –Dijo él.

-Así será. Nos vemos, ven sólo. –Le recordó Katherine.

A la hora de comer Katherine sacó una excusa estúpida, que coló de puro milagro, y se fue a la Ópera.

-¡Dean! ¡Estoy aquí! –Gritó Katherine al llegar.

-¡Rine! –Respondió él mientras un grupo numeroso de turistas chinos pasaban entre ellos hacia la entrada de la Ópera. –Aquí tienes, irás en turista, es todo lo que he podido conseguir, pero es un vuelo directo. –Dijo Dean mientras recuperaba el aliento. -¿Saben Chloé o Vic que te vas? –Preguntó él curioso.

-Cuánto menos sepan, mejor. Aquí tienes tu invitación. Y no digas nada, por favor. –Imploró ella.

-Confía en mí, no soltaré prenda. –Dijo Dean.

Se despidieron y aprovechando que todos seguían en la comida se fue a hacer la maleta. Al terminar dejó en la cama de Blair su peluche favorito y se asomó a la habitación de su madre a buscar su pasaporte, puesto que Jacqueline guardaba todo lo importante en una caja fuerte grandísima oculta tras su vestidor. Mientras sacaba de la caja fuerte los documentos necesarios para salir del país, vió un libro azul asomando desde un baúl que su madre siempre había guardado allí. Lo cogió, tomó su maleta, el bolso y los papeles y mientras bajaba por el ascensor que daba al salón llamó a un taxi que no tardó en aparecer. Fue al aeropuerto y se marchó sin dejar rastro. Nadie excepto Dean y Viola sabía nada, y había mentido a Víctor diciéndole que se iba a visitar a su padre. Cuando embarcaba en el avión sacó la tarjeta de su móvil, la rompió y la tiró al suelo. En el avión resetearía el teléfono y no recibiría noticias de nadie.

Mientras ella desaparecía, Chloé la buscaba por toda la ciudad. Creyó que tal vez pudiera estar sentada en su lugar favorito de Montmartre, el mural de los 'Te Quiero'. Cuando Chloé fue la vió de espaldas sentada frente al muro. La llamó y ella al oír su voz salió rápidamente de allí mezclándose entre la multitud y haciendo que Chloé la perdiera de vista. Aquella tarde Chloé la vió repetidas veces siempre del mismo modo, de espaldas, y en los lugares que ella más frecuentaba. Pero cada vez que Chloé aparecía ella salía corriendo sin darse la vuelta.

Le escribió miles de mensajes pero no obtuvo respuesta alguna. Chloé se sentía mal, se sentía vacía. Creyó que el día siguiente la vería y que habría sido una tontería pasajera.

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⏰ Last updated: Sep 15, 2019 ⏰

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Diosas, poder y dinero.Where stories live. Discover now