»Colin Creevey«

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Después de un tiempo llegamos a Hogwarts, y luego de algunas vueltas pasamos por la puerta del castillo. Se sentía bien, la sensación de saber que estaba ahí me producía felicidad. Después de unos pasos se me vino algo a la mente, pues mis amigos habían quedado fuera de mi vista luego de volar por encima del tren en el que iba, y estaba algo preocupada.
Seguimos hasta llegar al Gran Comedor, en donde la profesora Sprout nos recordó que debíamos tomar asiento en nuestras mesas, y yo estaba dispuesta a hacerlo, sin embargo se me acercó velozmente mi amiga y ese pensamiento tuvo que desaparecer de mi mente luego de que me dijera aquellas palabras..
-Debemos ir a buscarlos.
-¿A quienes?
-Harry y Ron, por supuesto.. -me dijo susurrando para que los demás no se enteraran.
-¿Estás loca? Acabamos de llegar Hermione.. por favor, disfruta la cena, verás que todo irá bien.
-¿Y si los castigan?
-Pues lo tienen merecido ¿No te parece?
-Sí.. claro, bueno entonces vamos a la mesa.
-Herms ¿Si recuerdas que yo soy Hufflepuff?
-Ooh.. pero no tengo muchas amigas en mi casa ¿No puedes venir?
-Sabes que quiero, pero no puedo ¡Y mucho menos el primer día!
-Bien.. nos vemos luego de la cena.
Le indiqué que estaba de acuerdo con la cabeza y me dirigí a mi mesa, al sentarme pareció ser justo a tiempo para que Dumbledore comenzara a hablar.
-¡Bienvenidos a un nuevo año en Hogwarts! Espero que todos estén felices de volver, y ojalá que este año sea grato para cada uno de los presentes.. ahora, si me permiten, comencemos con la clasificación de los nuevos estudiantes..
Una vez más, al igual que el año anterior la profesora Mcgonagall comenzó a decir nombres, mientras que los niños pasaban al banco que había frente a todos y se colocaban el sombrero, quien los enviaba a alguna casa. Todo parecía ser más tranquilo en mí, pues ya no tenía la intriga de saber dónde me iban a poner, y claro ya no sentía esa sensación extraña en el estómago que provocaba que me costara tragar saliva.
Pasaron varios estudiantes, pero ninguno llamó mi atención, hasta verlo a él, al niño que cruzó la puerta aquella vez en la tienda de mi abuelo, cuando noté su existencia ya estaba sentándose en el banco. Le pusieron el sombrero, parecía nervioso, se notaba esto en sus pies temblando en el pie del banco, y su mueca asustada. El sombrero no tardó mucho tiempo en llevarlo a Gryffindor, esto me animó, imaginé cómo sería si él, Neville y yo fuéramos un grupo de amigos. Claro, aunque él fuera un año menor.
Después de aproximadamente unos 20 minutos más la selección finalizó, y el director volvió a hablar.
-Espero que los nuevos estudiantes estén contentos con los resultados de sus casas y tengan una excelente experiencia en nuestro colegio.. bien, ya los estoy retrasando así que ¡Buen provecho! -exclamó y al igual que el año anterior las mesas se llenaron de comida, todo era delicioso.
Cuando terminé la cena, me acerqué a la mesa Gryffindor por un momento para preguntarle a Hermione si sus compañeros ya habían llegado.
-No.. realmente no sé dónde podrán estar, ojalá no se hayan hecho daño.. -esas últimas palabras resonaron en mi mente varias veces, pues como ella había mencionado en el tren: si ello ocurría sería mi culpa. Entonces una voz interrumpió mi pensamiento:
-¡Josephine! ¿Estás bien? -preguntó Nev, quien me veía algo preocupado.
-Sí, sólo me preguntaba dónde estarían los chicos a esta hora.
-Bueno, no te preocupes tanto, como dijimos en el tren, puede que estén en un aprieto pero saldrán bien de ello, y si no aparecen es mejor que no pienses que es tu culpa..
-Pero lo sería ¿No?
-Si tú pensaras.. que lo fuera -me siguió el juego mi amigo- yo estaría ahí para convencerte de que no deberías culparte.
-Eso me alegra.. -le dije y terminé sonriendo.
Sin embargo, ni siquiera las palabras de Nev me pudieron sacar de los pensamientos de preocupación y angustia, en los cuales veía claramente las tumbas de mis amigos. Qué tenían grabadas »Muerte: accidente en un auto volador«.
Me fui a dormir aquella noche pensando en si los vería al día siguiente. Me costó un poco, pero logré pegar los ojos.
A la mañana siguiente desperté temprano, pero al no poder volver a dormirme simplemente me decidí a salir de la cama y ponerme mi uniforme, luego me cepillé el cabello y peiné con una trenza al costado, me gustaba dejarla suelta.
Bajé al desayuno, mis compañeras de habitación aún no bajaban, pero a quienes si me encontré fue a Ron, Harry y Hermione, lo cual me dió bastante alivio.
-¡Ahí están, par de desaparecidos!
-Hola Josephine, si.. Hermione nos contó que te preocupamos un poco -explicó Harry.
-Sí, bueno.. por un momento pensé lo peor, pero ya pasó.
-Entiendo, bien ¡Aquí estamos! Y.. -un flash interrumpió a mi amigo, junto con un sonido: "Click".
-¡Hola Harry! ¿Eres Harry Potter no es así? Soy un gran fanático tuyo, cuando supe sobre el mundo mágico quise conocerte. Y al saber que serías mí compañero de escuela aún más.. quise entrar a Gryffindor por..
-Amm.. sí, claro hola.. amm..
-¡Soy Colin Creevey! -Pues claro, reconocía aquella voz aguda y quizá hasta solo un pocuito molesta- y tú eres la chica de las varitas ¿No? -terminó señalándome.
-Sí, así es. Qué bueno que lo recuerdes, yo le vendí a Colin su primera varita -expliqué a mis compañeros, a lo que ellos se mostraron por fin entendiendo.
-Sí, ojalá pueda hacer muchas cosas con ella.. -una vez más me vió de arriba a abajo, sonriendo, embobado, en ese momento Neville llegó.
-Hola.. ¿Quién.. es él? -lo último no lo dijo en un tono muy normal.
-Es Colin, el niño del que te hablé ayer..
-No es él..
-No el de cabello azul -al decir esto miré a quien había nombrado, ahora más bien tenía todo el cabello cubierto por un rubio platinado-.. él es al que le vendí su varita ¿Recuerdas?
-...Ooh, sí claro.
-Bueno Colin, tenemos que irnos justo ahora, pero nos veremos más tarde.. -dijo Harry, pero su frase no terminó allí-.. creo.
Y en un tono más bajo Ron agregó:
-Espero que no.. -sin embargo, el rostro de Colin no había cambiado en nada, dirigió la mirada a Harry y le sonrió una vez más. Entonces, me tocó a mí.
-Josephine ¿Qué clase tienes? ¿Te.. te puedo acompa..?
-N-no, yo la acompaño a su clase -lo interrumpió Nev mientras los otros tres se iban-.. es decir, es que.. tengo.. tenemos juntos.
-Sí Colin, me encantaría pero creo que ahora me acompañará Neville -le dije al niño algo desentendida. Él no pareció tener problema y se fue con lo que fuera que tuviera en las manos al lugar que le correspondía de la mesa.
Unos segundos después Neville y yo nos habíamos levantado, pero seguíamos caminando en un completo silencio. El cual yo rompí cuando le pregunté por qué le había dicho eso a Colin.
-Es.. sólo, no es nada, quizá el no se sabía el camino.. o perdería su clase, y.. y..
-Longbottom ¿Tú no estarás un poco solo un poco celoso.. no?
-No, no estoy celoso, sólo quería acompañarte a tu clase Josephine ¿Eso es mucho pedir? -exclamó poniéndose en frente de mí y viéndome con mueca de súplica.
-No, claro que no. Cálmate, yo nunca dije eso, pero sólo pienso que podría pasar que tuvieras unos pequeños celos..
-Mm.. ¿Tenemos juntos?
-¿De qué hablas? -le pregunté entre nerviosa y desentendida ¿Qué teníamos juntos?
-Clase ¿Tenemos juntos?
-Ooh.. creí que tu lo sabías ¿No le dijiste a Colin que así era?
-Amm.. sí, pero lo olvidé, creo que tengo clase de Herbología ahora, así que nos vemos luego..
Entré al salón de Encantamientos, en donde el profesor Flitwick ya estaba parado en su pila de libros, esperando a que todos llegaran para dar la clase de aquél día.
Más tarde, terminé con mis lecciones y tuve tiempo de un descanso. Me pase el rato en el patio, sentada en un banco, tenía mi libreta por lo que quise dibujar en ella unos minutos.
Había hecho una flor, pero como la mayoría de mis dibujos no era solo eso, sino que desde el centro de sus pétalos salía algo así como un segundo tallo, este llevaba hasta una nube en el cielo. Mi imaginación siempre hacia bien su trabajo, y al parecer esta vez alguien más quiso notarlo.
-Guau.. es un muy lindo dibujo.. -giré mi cabeza y vi parado detrás de mí al joven Colin.
-Gracias..
-Me recuerda al cuento de Jack y las habichuelas mágicas ¿Lo conoces?
-No.. tu sí, así que cuenta.
-Ten en cuenta que es una historia clásica muggle.. por lo que no sé si te gustará tanto.. ya sabes cómo a nosotros.. -se detuvo un instante como esperando una respuesta de mi parte, a lo que yo solo lo alenté a seguir con un movimiento de mi cabeza- bien.. todo empieza con un niño llamado Jack.. él vivía junto a su madre, y ambos eran muy pobres.. es decir, eran humildes.
Moví la cabeza una vez más, demostrando que había entendido. Y él siguió:
-Un día.. la madre de Jack lo había enviado a él a vender a su vaca, para así conseguir algo de dinero. Claro que Jack no quería venderla, según él ella era su única amiga.. ¡Hasta le había puesto nombre! Se llamaba Milky-White, pero ella nunca daba leche, por lo que.. no lo sé, era una vaca extraña -cuando dijo eso provocó que yo riera, sin siquiera saber qué era una vaca y él también lo hizo- de igual manera, Jack tuvo que vender a Milky-White así que aquella tarde partió al mercado. Pasó tiempo hasta que le ofrecieron algo que él pensó no poder rechazar: tres habichuelas mágicas.
Mi rostro demostró asombro e intriga, y el de él expresaba emoción y se podía ver qué le gustaba contarlo.
-Aunque le costó un poco acabó recibiéndolos y más tarde se marchó a su casa orgulloso. Sin embargo, su madre no estuvo para nada contenta cuando le mostró las tres míseras habichuelas que tenía. Jack insistió en que eran mágicas, pero su madre no le creyó, pues ya lo creía un poco loco por hablar tanto con aquella vaca. La madre del niño enfureció y lanzó las habichuelas por la ventana, dejándolas caer por el césped. Lo que ocurrió a la mañana siguiente fue lo que nadie pudo creer: en el mismo lugar en el que las habichuelas habían caído la tarde anterior, había crecido un gran tallo ¡Era enorme! Y muy alto.. que llegaba hasta las nubes.. intrigado, Jack lo trepó, y se encontró con que en la cima había una tierra completamente distinta, habitada por gigantes. Para los muggles los gigantes son muy inusuales, y fantásticos, así que se supone que..
-Asombra mucho, sí lo entiendo.. -terminé su frase, a lo que él sólo sonrió y asintió.
-Allá arriba creyó que lo tratarían bien, pero se equivocó.. los gigantes fueron malos con él ¡Querían comérselo!
-¡Pero eso no es verdad! Los gigantes.. es decir, creo que no son malos, no me parece, sólo.. un tanto sensibles para el enojo. Por ejemplo.. Hagrid es muy grande, no es un gigante pero es grande y eso no lo hace malo..
-Lo sé, pero eso es lo que piensan los muggles.. yo no ¡Por supuesto! Pero bueno.. resultó que estos si eran malos, por lo que Jack escapó, y bajó rápidamente por el tallo. Se encontró con su madre y le contó todo, pero ¿Adivina qué?
-No le creyó ¿Verdad?
-Así es, ella ya casi pensaba que su hijo se estaba volviendo completamente loco ¿Sabes? De igual manera nunca creyó en él, y el pequeño se lamentaba de ello. Así que quería probarle a su mamá que no mentía, volvió a subir. Él sabía que los gigantes tenían muchas riquezas, por lo que como prueba les robó un huevo gigante de oro.. sí, tenían eso por allí. Escapó una vez más, y cortó el tallo con un hacha al llegar al suelo. Así, el joven niño resolvió el problema de pobreza de su pequeña familia, y su madre, creyó en él por primera vez.. en su hijo.
Me quedé asombrada con la historia, con Colin y su manera de contarla también.
-Es una gran historia, Colin. Me gustó mucho -como respuesta él me sonrió, a lo que yo también lo hice. Como siempre, llevaba su aparato extraño, y claro que no pudo evitar hacer lo siguiente:
-Te ves muy bonita al sonreír ¿Puedo tomarte una foto? -yo asentí, sin entender mucho.. y pronto apuntó esa cosa hacia mí. Entonces, sentí un ¡Flash!
-¿Qué.. es eso?
-Es una cámara de fotos. Es común para nosotros.. mi padre me la regaló y me dijo que tomara fotos de todo lo que pudiera, para luego mostrárselas..
-Ooh, sí. Tenemos de esas aquí, pero no estaba segura de que funcionarán igual..
-Estas no toman fotografías con movimiento.. solo es esa imágen.
-Bueno.. gracias.
-Gracias a tí, de seguro salió muy bien.. -una vez más me sentí bien, pero extraña, pues volvió a mirarme como embobado. Y en ese momento, lo ví pasar, otra vez.. ahora tenía el cabello negro y las puntas verde oscuro. Colin volteó la mirada también, pero no se dio cuenta de que yo lo veía a él ¿Cuál será su nombre? Pensé ¿Sabrá el mío? ¿Será de tercero.. o cuarto?
-Bueno.. Josephine, tengo que irme, tengo clase de Posiones -dijo él y se fue.
-Claro, nos vemos Creevey.
Llegó hasta la otra punta del patio y no lo ví más, entonces sentí la presencia de alguien más detrás de mí. Volteé la mirada, y noté que no era Colin.
-¡Oh!¡Casi muero del susto!

•|Ollivander y Longbottom|• {Libro 2}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora