—Es la hija del capitán —celebró alguien.

—Encontramos el premio gordo.

—Will los va a matar —rio alguien detrás.

—Entonces es una suerte que no esté cerca.

Las manos del soldado (si es que se le puede llamar así) se ciñeron fuerte sobre mi pecho, en ese momento, justo después de soltar un gruñido grotesco, una voz resonó detrás de él, una voz que nunca pensé que podía hacerme sentir alivio y quizá un poco de paz.

—Muy bien, Hank, ya te divertiste, ahora quítate de encima.

No podía ver a 363, el cuerpo del soldado insubordinado me bloqueaba la vista detrás.

Sorprendentemente las risas se detuvieron y la habitación cayó en un silencio casi mágico.

—Largo de aquí, numerito...

—Cuando el Capitán se entere de esto...

—¿Qué? ¡Estaremos muertos igual que tú! —replicó a gritos. No lo conocía, pero había tanta furia en ese grito que, por primera vez en todos se tiempo, pensé en la posibilidad de que tal vez no estaban ahí por decisión propia.

Sabían que su destino era la muerte, pero no sé alejaban de ella... ¿Por qué?

Uno de los soldados se inclinó a lamerle el cuello y succionar mi piel como si no tuviera más que perder. Intenté moverme pero uno más me sostenía la cabeza.

—Ya fue suficiente —dijo 363, pero, al no obtener respuesta, se apresuró a quitarlo de encima—. ¡Dije que ya fue suficiente!

—¡Vamos, Numerito! Podemos divertirnos todos, la chica ya se escapó, no vas a liberarte de un castigo...

—Gracias por la oferta, Hank, pero prefiero vivir, ahora, si me disculpas...

Lo apartó de un empujón y me puso de pie de un tirón.

Iba a salir tirando de mí como un carrito de compras, pero tres hombres le cerraron la salida y sonrieron con sorna.

—Muévanse —les advirtió.

Quería gritar de frustración, pero no tenía muchas opciones. En realidad solo podía quedarme quieta si lo que esperaba era salir con vida de ese lugar. Ahí no era como afuera, no era como luchar sobre la lona o con un buen entrenador, ahí no había pausa, tiempo, desniveles. Ahí era una guerra sucia que yo no podía ganar.

Parte de nuestro entrenamiento es saber cuándo una situación nos sobrepasa y, sin duda, esa era una de esas situaciones que te obliga a doblegar las manos y esperar por la ayuda.

Un grupo grande nos cerró el paso, sin saber bien cómo, quedamos de espaldas uno detrás del otro. Cómo un equipo. Uno decadente.

363 me dio una mirada rápida y eso fue todo lo que necesité para comenzar a patear con fuerza. Eran demasiados pero yo estaba bien entrenada y 363 era uno de los mejores soldados de Will, no lo habría dejado a mi cuidado si hubiera sido de otra manera.

Me llevé varios golpes, pero habría sido peor si 363 no hubiera estado cubriéndome, también le ayudé un poco, aunque no lo suficiente para ahorrarle una punzada en el brazo con una navaja vieja.

Afortunadamente, no había tantos recursos en esa cueva subterránea y la única navaja dentro de esa habitación la había tomado 363. Con ella, todos retrocedieron al instante.

No sabía que tan letal podía ser, pero lo había visto luchar sin un arma y había logrado quitarse de encima a cinco hombres a la vez. Era un armamento humano.

Lucky Love (LR #3)Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ