If I just lay here.

Začít od začátku
                                    

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- Stacie, cálmate, estoy saliendo para ahí, sólo cálmate.
Beca había recibido la llamada de Stacie a las tres de la madrugada, y la muchacha estaba desesperada, apenas había podido entender el nombre de Chloe y un "necesito que vengas, por favor" lleno de dolor y acompañado de un llanto desgarrador. La actriz no dudó ni un segundo en saltar de la cama, vestirse con lo primero que encontró en la valija, y salir en busca de un taxi que la llevara al hospital lo mas rápido posible. Tenía miedo, no había escuchado nada bueno en esa corta y casi inentendible llamada, pero el tono era desesperante, doloroso y signo de pocas cosas buenas. Su pierna derecha no dejaba de subir y bajar en el asiento trasero del auto, y su perfecta manicura estaba siendo atacada por sus dientes que necesitaban presionar algo y descargar la ansiedad, los nervios, y la energía contenida. Pagó el monto del viaje y salió corriendo por la puerta del auto hasta la del hospital. Sabía cómo llegar a cuidados intensivos, no necesitó que nadie la guiara. Sabía perfectamente qué pasillo tomar, y dónde encontraría a Stacie. Pero se paró en seco, como si alguien la detuviera con una fuerza extraordinaria, justo antes de encontrarse con la puerta del sector a donde se dirigía. Se paró y un escalofrío recorrió su cuerpo. Había estado allí antes, en esa misma situación, y recordaba la sensación de tristeza y profundo dolor. La recordaba y casi podía verse llorando en el mismo lugar, aunque con algunos años menos. Atravesar la puerta era un desafío para entonces, pero no había dudado ni un segundo en hacerlo, en ir hasta el final del camino, al lado de la camilla que llevaba a la mujer que amaba totalmente inconsciente. Esa vez había dudado, porque no quería recordar, pero recordaba perfectamente.
Trató de convencerse a sí misma de lo importante que era salir de ese trance, de lo importante que era dar el paso al frente y buscar a Stacie para enfrentar la situación juntas. Abrió la puerta, y su antigua mejor amiga estaba sentada en el suelo, con la cabeza en la pared, mientras sostenía en sus manos un vaso de agua. Una mujer rubia la acompañaba, y tardó un poco en recordarla.
- Aubrey...- dijo al fin.
- Beca.- había cierto recelo en su voz, pero el estado de Stacie era lo más importante en ese momento, y por eso no dijo nada más.
- ¿Qué pasó con Chloe?
- Tuvo un ataque al corazón.- respondió la rubia.- No saben si podrá resistir esta noche.
Su voz se quebró, y Stacie aún parecía seguir en shock. Beca sintió el peso de mil hombres caer sobre su cuerpo entero, y dejó caer su bolsa a un lado sin poder evitarlo. Había entendido perfectamente lo que Aubrey había dicho, pero habría preferido no hacerlo. Hizo dos pasos adelante, y luego retrocedió moviendo su cabeza. Eso no podía estar pasando. Se sintió abrumada, enojada, y confundida. Salió del lugar y marcó a Stephanie, sin mirar el reloj. Su voz la tranquilizó, le dio serenidad, y pudo calmarse para contarle lo que estaba pasando. No sostuvo más la mentira de una emergencia con un familiar, pero sí se refirió a Chloe como una amiga del pasado que había sido muy importante para ella. Sólo eso. Stephanie fue muy paciente y la ayudó a mantener la mente en frío para pensar qué era lo mejor en ese momento, y le pidió que no huyera, que afrontara la situación y regresara a cuidados intensivos para acompañar a Stacie y Aubrey hasta que tuvieran otra información. Y si esa era la última noche de su amiga entonces debía pasarla a su lado.
Stephanie puso en palabras lo que ella no se animaba a decir en voz alta: esa podría ser la última noche. Y Beca había pasado los últimos cinco años tratando de olvidarla para siempre. No era justo.
Regresó con Stacie, se arrodilló a la altura de su rostro y consiguió que la otra la mirara. Su mirada lo dijo todo, no estaba lista para pasar las siguientes horas esperando, pero sabía que Chloe no merecía algo menor. Beca le hizo entender que pasarían por eso juntas y por eso se estaba quedando.
- Nos dejaron entrar a verla.- le comentó Stacie, con la voz completamente quebrada y las lágrimas cayendo en su rostro.- Nos dejaron verla y hablarle. Es lo que el protocolo dice en esos casos. Me preguntaba si tú quieres entrar, si hay algo que quieres decirle quizás. O sólo entrar, verla y tomar su mano un rato. Sé que ella desearía que lo hicieras.
- Stacie yo no...
- Lo siento, no debo presionarte a hacerlo. Aubrey me lo dijo. Pero es que ella se está muriendo, Beca, se está muriendo.- no había ni un rastro de resignación en su voz. La muchacha apenas podía hablar y se notaba que estaba deseando que todo fuera una pesadilla.- Llevaba cinco meses sobria, estaba trabajando, quería saber cómo era tener una vida normal nuevamente. No es justo, Beca. No es justo que esté aquí hoy. Ella no merece esto.
- Ya, Stace. Cálmate, mi amor.- Aubrey se arrodilló a su lado, tomó su mano y la dejó descansar sobre la suya. Beca concluyó en que estaban juntas, así que entendió por que aún seguían por allí las dos. La rubia era distante, en ella había signos de recelo y enojo para con Beca, y era completamente entendible que así lo fuera. Pero estaban ahí por algo en común, el destino las había cruzado de nuevo y necesitaban limar asperezas para contener a una Stacie abatida, que lloraba sentada en el piso frío del hospital.
- Yo... Entraré a verla.- Beca se decidió, porque esa podría ser la última vez que iba a verla, y no quería vivir con culpa luego.
- Hay una enfermera adentro.- informó Aubrey.- Ella te guiará.
- Y Beca...- habló la otra.- Háblale. Si puedes, háblale.
A Beca le costó hacer el paso inicial, pero cuando pudo, supo que ya no había marcha atrás. La enfermera estaba allí, la llamó por su nombre y por un momento ella pensó cómo es que lo sabía. Claro, había estado en televisión los últimos años. Pero estar en Atlanta la hacía sentir diferente, como si todavía fuera una más, una del montón. Sonrió por cortesía, y se dejó guiar hasta la cama donde descansaba Chloe.
Estaba golpeada, tenía una venda en la cabeza, y un brazo con yeso. El hinchazón de su boca y la herida al lado de su ojo derecho aún estaban frescos, como si recién se los hubiera hecho. Notó rápidamente que había perdido peso, pero no tenía nuevas lesiones en las muñecas, de esas auto infligidas que Beca tanto odiaba. Respiraba muy lento, y las pulsaciones en la pantalla al lado de su cama eran irregulares a cada segundo. Beca tardó un poco en acercarse del todo. Y pensó que era una locura volver a verla así. Tomó su mano, y sintió un escalofrío recorrer por su cuerpo. Era tan suave como lo recordaba. Sus dedos finos y sus uñas arregladas permanecían en la misma forma. No había cambiado demasiado, pero todo parecía diferente.

(Re) Escribir nuestra historia.Kde žijí příběhy. Začni objevovat