Roomie

🧡8

Finalmente la última semana de exámenes antes de las benditas vacaciones. Todos los universitarios –y los de niveles educativos menores– esperaban ansiosos el último día de escuela. Y así fue tanto para Momo, como para Katsuki, Shouto y el resto de sus amigos y conocidos.

– Estoy muerto. Si continuaba estudiando huesos iba a tener más información en mi puta cabeza que una maldita enciclopedia de anatomía – Dice Bakugou antes de tirarse en el sofá de la sala, completamente cansado.

– Habla por ti, al menos tus exámenes prácticos no incluyen aceite ni humo – Yaoyorozu se va a la cocina para limpiarse algo de suciedad que aún le queda en los brazos. Realmente, a ella le gusta la teoría más que la práctica.

– Bien, huesos, músculos, nervios, piel, y otras estupideces más de la anatomía humana es lo que me hace preguntarme si realmente es mi vocación. Honestamente no sé porque elegí esta carrera, yo solo quería que la vieja bruja no me sacase de mi casa.

– Igual te sacó de tu casa...

– No, tú me ofreciste vivir contigo en este lugar y yo acepté; pero para entonces ya había ingresado a la carrera de medicina.

– Ya habíamos hablado de eso antes y tú me dijiste que querías entrar a esta universidad.

– Sí, pero no especifiqué a qué carrera.

La pelinegra rueda los ojos mientras se seca los brazos con una toalla. Su roomie solo está molesto por la carga de trabajo que siempre aparece en los últimos días de cada semestre; eso realmente molesta a cualquier universitario, más las horas de no comer ni dormir, y la sobre exigencia de trabajo en cada materia.

– Anímate, mañana es el último día. Terminaremos rápido y luego a descansar.

– Cierto, tengo que terminar el estúpido ensayo de mañana – Bakugou se levantó del sofá para tomar sus cosas y subir por las escaleras.

– No te quedes trabajando hasta tarde – Sugiere la pelinegra, pero es inútil.

Ambos saben que no van a dormir nada, que necesitaran mucha cafeína y que tendrán unas ojeras terribles mañana a tal punto que los dos deberán usar maquillaje para taparlos. Un asco.

...

Finalmente, libres. Último día de entregas, exámenes, proyectos, exposiciones y cualquier otra cosa más que tenga que ver con la universidad; ahora finalmente tenían todo aprobado y eran completamente libres para descansar unas semanas antes de regresar a la jodida rutina.

– Lo hicimos – Festeja la pelinegra al llegar de nuevo a la casa. Katsuki no le contesta porque de inmediato va al sofá a tirarse de nuevo como el día anterior. Ella por su parte, se recuesta en el suelo después de deslizar la espalda por la puerta.

– Ahora no, rata. Estoy muerto – Se queja el rubio cuando siente la peluda nariz de Boom en su mano que tiene en el suelo – Bueno ya, te he mimado mucho – Refunfuña pero cede a acariciar el pelaje del animal.

– ¿Cómo le fue a Todoroki-kun? – Pregunta intentando sacar tema de conversación.

– De la verga, como a todos.

– Ah.

– Decidimos que no nos veríamos hoy y aprovecharíamos este puto día para dormir las horas que no pudimos en toda la semana.

– Me parece un buen plan.

– Maldita sea que sí lo es – Con pereza, el rubio se levanta del sofá y va a la cocina, donde cambia el agua del conejito y le da comida – Ya está, ahora deja de joder, rata. Voy a dormir un buen... – Bakugou regresa a la sala, toma sus cosas y sube las escaleras.