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La mañana siguiente a su encuentro, Nikki se encontró perdido en ensoñaciones durante el ensayo. La imagen de aquella dulce sonrisa y de su embriagador beso se repetía una y otra vez en su mente, desviando su atención de la música.

—¡Eh, hombre! —, gritó Tommy, lanzándole una baqueta para sacarle de sus pensamientos.  —¿Qué te tiene tan distraído? ¿Sigues pensando en la chica que te tiraste anoche o qué? —, Nikki se sobresaltó, sorprendido por la repentina interrupción.

—¿Eh? Oh lo siento… —, se frotó la nuca. —No, no he ‘tirado” con ella, ¿vale? Sólo le di mi número y aún no me ha devuelto la llamada…

—Probablemente quienquiera que fuese seguramente sólo quería una comida gratis o algo así —, dijo Vince encogiéndose de hombros. Nikki sintió una punzada de fastidio ante aquel comentario.

—Tu sólo canta la maldita canción y mueve el pelo —, Nikki gruñó, sintiéndose frustrado e irritado.

—Parece que alguien tuvo su periodo esta mañana —, Vince se burló, chocando los cinco con Tommy.

Lo que no sabían, era que en ese mismo momento Venus estaba dejando un mensaje en el contestador de Nikki para cuando terminara de ensayar.

Mientras el ensayo continuaba, los chicos discutían sobre su próxima actuación y todas las chicas guapas que seguro atraerían.

—Va a haber tantas chicas estupendas ahí —, Tommy soltó una risa mientras se reclinaba en su silla y lanzaba una de sus baquetas al aire. —Así que Sixx, ¿Quizás puedas por fin tener sexo, relajarte y divertirte un poco?

—Sí, lo que sea —, refunfuñó Nikki, de repente no se sentía de humor para sus bromas. Salió de la sala de ensayos, también conocida como su sala de estar, y se dirigió hacia su propia habitación.

Una vez dentro, se quedó helado al ver la luz parpadeante del contestador. Cerró la puerta de un portazo (ojalá tuviera cerradura) y se sentó en su escritorio con papel y bolígrafo. Reprodujo el mensaje de Venus y sintió que el corazón se le aceleraba al escuchar su voz.

Eh, hola Nikki, soy Venus —, dijo vacilante. —Me desperté y pensé que probablemente estarías fuera u ocupado, así que dejar un mensaje… Otra vez, gracias por la cena de anoche. Hoy trabajo, pero esta noche debería estar libre… Y ahora estoy divagando. En fin, hablamos luego —, con un clic, el mensaje terminó y Nikki sintió una oleada de decepción.

—Mierda —, maldijo, descolgando el teléfono y marcando su número. Su corazón se aceleró mientras sonaba, esperando que ella lo atendiera.

Hola, soy Venus. Deja un mensaje y te llamaré en cuanto pueda —, dijo la voz automatizada al otro lado.

—Hola dulzura —. Nikki se maldijo mentalmente por lo cursi que había sonado. —Parece que seguimos echándonos de menos. Tenemos un concierto esta noche si quieres venir a vernos otra vez. Podríamos cenar y dar un paseo después… —justo entonces, su puerta se abrió de golpe.

—¡¿Es la chica de anoche?! —, gritó Tommy, para llamar la atención de Vince y Mick. Vince se rio y se dirigió hacia Nikki, que tenía el teléfono en la oreja e intentaba desesperadamente escapar de sus burlas.

—Nuestro concierto es en el Hollywood Palladium, piensa en lo que he dicho para más tarde. Con suerte podremos… ¡Oh chicos, ya basta! —, Nikki intentó mantener el equilibrio sobre su cama mientras los demás saltaban juguetonamente a su alrededor.

—Tiene muchas ganas de verte. Seas quien seas, ¡lo tienes loco! —, exclamó Tommy entre risas intentando tomar el teléfono.

—¡Idiota, para! —, Nikki gritó frustrado.

too young to fall in love [Nikki Sixx] [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now