Lo señala y dice-Veo que te gusta que te den duro, que te controlen y te digan qué hacer. Te encanta que te utilicen como una asquerosa muñeca ¿no?-Me agarra de las caderas y pega mi cuerpo al suyo-Yo pensando que eras tan inocente y resultaste siendo un intento fallido de prostituta porque déjame decirte algo cariño-Siento como un sentimiento de miedo se apodera de mí al saber que lo que viene va a ser terrible-Para ser prostituta hay que tener un cuerpo que no de asco. Mirate amor, pareces un jodido hilo dental.-Siento como las lágrimas empiezan a caer.

-No t..te portes así conmigo. Deja que te explique quién es el chico de afuero. No es lo que...-Me interrumpió su carcajada.

-Mejor no gastemos tu tiempo, que ya va siendo hora de tu polvo del día. Ve, anda, que esas piernas tuyas se tiene que abrir para que cualquiera entre-Me dice y a mí se me escapa un sollozo. Me siento fatal-O si quieres mejor dime cuánto cuesta una noche-Se aleja de mí y sus mirada recorre mi cuerpo-Mejor no, olvídalo ¿Por qué me acostaría con una puta que no puede abrir bien las piernas si me puedo coger a la que quiera?.-

Mis piernas empiezan flaquear y me caigo al piso. Siento como mi estúpido corazón se hace añicos y me enoja que sus palabras me afecten tanto. Con lo poco que me queda de dignidad, levanto la mirada y le digo con voz temblorosa-Lárgate, no te quiero ver más-Me obedece y se tira por el balcón.

Cuando escucho el motor de su moto prenderse me permito desmoronarme. Empiezo a llorar y analizo lo que acaba de suceder. Él piensa que soy una puta que no puede hacer su trabajo bien ¿Cómo puede decir eso sí me sonrojo solo al verlo?

Me lastimó y dio en el punto que más me duele sin él saberlo. Me dolió que me dijera que soy básicamente una muñeca que puede ser utilizada por cualquiera, sin opinión o criterio.

Me levanto y decido ir por un vaso de agua. Bajo y me tropiezo con un cuerpo.

-¡Dios! Nyx, ten cuidado.....¿Qué te ha pasado hermanita?-Me pregunta Apolo. Trato de responderle, pero un nudo en mi garganta me impide hablar así que solo lo abrazo y lloro en su pecho. Apolo me soba la espalda y me dice palabras para que me calme.

-¿Qué pasó pequeña?-Solo niego con la cabeza dándole a entender que no quiero hablar de ello.

-¿Cómo puedo ayudar?-Me pregunta.

-¿Me podrías llevar a casa de Julian? Necesito verlo-Le digo un poco más calmada. él asiente y me lleva al auto.

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Unos minutos más tarde me encuentro tocando la puerta de la casa de mi mejor amigo. Julian abre y al verme con los ojos hinchados de tanto llorar puedo ver preocupación en sus ojos.

-Julian, tuve un problema y...y te necesito-Le digo y él me jala para que entre.

-¿Qué pasó Peque?-Pregunta mientras envuelve sus brazos alrededor mío, habia extrañado esta sensación.

-¿Soy una perra?-Le pregunto.

-No, claro que no Nyxi. Tú eres todo lo contrario. Eres la chica más dulce e inocente que he conocido ¿Quién es el idiota que piensa eso de tí?-

-Nadie.-Respondo.

-No creo que llores porque el viento te dijo eso.-Yo solo me quedo callada.-Mira, tienes que tener claro que las opiniones de los demás te deben importar un pito-

-Ese es el problema Jules. A mí sí me importa lo que Xav piense y no sé por qué.-Digo con rapidez. Sé que no estoy siendo totalmente honesta, pero no creo que lo note.

-No tengo idea de quién es Xavier, pero lo que sí puedo adivinar es que tú sí sabes por qué te importa tanto sus palabras.-¡Mierda! ¿Por qué me tiene que conocer tanto?-Te gusta ese chico, pero no lo quieres admitir.- Adivina el muy maldito.

Mi Caos RusoWhere stories live. Discover now