"Redlight Greenlight" con Logan Henderson♥

Capítulo 16

Si no me equivoco, estamos en "Larousse", que es el mejor restaurante de Noth Richland.

¿Qué rayos hacemos aquí?

Juraría que Henderson me traería a un McDonald's y eso si se esforzaba. No esperaba estar aquí.

Entramos y, como cualquier restaurante exclusivo, pidió una reservación a su nombre.

Pasamos a un comedor privado, con una vista increíble y decorado con muy buen gusto.

Pidió la carta y pedimos.

Era una cena realmente extraña. No hablábamos, pero tampoco era que hicieramos el esfuerzo de hacerlo. También me miraba recurrentemente, con esa mirada fugaz y apasionante, tímida, llena de vida y hasta se podría decir que con cariño.

¡¿Y qué estupidez digo ahora?!

Terminamos y pidió la cuenta. Intenté pagar lo mío pero no me dejo. Él y su orgullo machista, que verdaderamente odio.

Salimos y comenzó a conducir. Se soltó una tremenda lluvia que calaba los huesos, con frío. Y se antojaba un abrazo, una película y muchos mimos. Pero es algo también imposible en mi estado de soltería.

La lluvia ya era una horrible tormenta que no dejaba ver más allá de un metro, nublaba la vista y obviamente dificultaba el conducir. Logan se tuvo que detener a media carretera, prácticamente aparcar allí.

-Emm, _____, no podré avanzar mucho y es peligroso. Creo que mejor esperamos a que se detenga la lluvia.- dijo un poco apenado.

-¿Estas loco?-pregunté.-mi madre me va a matar si no llego en un rato.

-Carmine entenderá y...-se calló, con una sonrisa perversa en su rostro.-ella me dijo que no te llevara en toda la noche.-dijo mordiendose sensualmente el labio.

-Ni en tus mejores sueños, Henderson.-reí irónica.-nunca me acostaré contigo.

-No necesariamente tiene que ser acostados, ______.-dijo riendo.

-Eres un verdadero idiota, Henderson.

-Ya, ya.-terminó de reírse.-el punto es que tu dormirás en la parte trasera conmigo.

-No.-sentencié.-yo dormiré en el asiento de adelante.

-Como quieras, florecita.

Nos acomodamos y el me tiró su chamarra.-para que no tengas frío.-dijo riendo.

¿Es que acaso nada decía sin reír?

Aunque debo de admitir que este Logan, el que es risueño y caballeroso me gusta más que el Logan egocéntrico y ninfómano. ¡Vaya que es bipolar!

Me cubrí con su saco y me acurruqué para dormir, esperando no pensar en las estupideces que podría hacer conmigo mientras duermo.

Escuchaba la brisa golpear la ventanilla con insistencia, como si planease destruirla y con ello, a nosotros.

Un rayo iluminó la carretera de una forma brusca y vivaz, animada y salvaje. Me estremeció demasiado. Nunca pensé que "salir" con Henderson pudiese ser tan desastroso y peligroso, dándome tanto miedo. Y es que desde pequeña le temo a los truenos. Me recuerdan cosas difíciles y dolorosas que mi corazón aún no asimila.

-¿Logan?

-¿Qué pasó _____?

-No...yo...olvídalo.

-¿Qué? ¿Tienes miedo?

-No.

-No es malo, ¿sabes?-dijo incorporándose.-yo también tengo miedos, ______.

-Los truenos, la lluvia, tú.-dije rápidamente y cerrando los ojos con fuerza.-Ese es mi miedo ahora.

-¿Yo?-dijo divertido.

-En realidad es miedo a lo que me puedas hacer.-pronuncié con casualidad.

-¿Cómo qué, florecita?-sonrió pervertidamente.-nunca te lastimaría.

-Lo sé, pero podrías, no sé...¿violarme?-contesté irónica.

-Sabes que no haría eso.-se relamió los labios.-no si estás en contra.

-Idiota.

Cayó un trueno. Iluminó cada rincón de Texas, de eso estoy segura. Me estremecí y solté un grito. Vivieron a mi mente aquellos recuerdos fríos y tristes. Solté un sollozo, para después dejar caer varias lágrimas. No podía, no con tanto miedo.

-¿Estas bien?-dijo acercándose a mí, abrazandome de costado.

-Tengo miedo, Logan.-lloré.-mi...mi...yo...no...nada...pude.-me interrumpió.

-No, no me digas nada.-me levantó la cara.-tranquilizate. Yo estoy aquí.

Seguí llorando. Nunca cambió nada, esos recuerdos siempre regresaban como una sombra más a mí, como una promesa de infelicidad y miedo.

Logan me estuvo consolando un buen rato. Ni idea de cuánto tiempo fue, solo sé que en verdad se lo agradezco.

Mis ojos cada vez me pesaban más, me costaba mantenerlos mucho tiempo abiertos, hasta que escuché un "Descansa, _____" y caí en un sueño oscuro y profundo.