Capítulo 1: Becca

15.2K 639 25
                                    

-No sé que pasó pero te dieron una buena paliza- dijo el Dr. Marcus mientras miraba las radiografías de mis costillas. -Tres fisuradas y estuviste a punto de que te rompieran otras dos- continuó mientras me mostraba cosas que no me importaban ya. -Eres una chica fuerte- agregó.

Fuerte. Creo que fuerte es el adjetivo que me acompañó desde que tenía ocho años y mi madre nos abandonó. "La Teoría de la Evolución" de Darwin dicen que las aves fueron modificando sus picos para poder comer diferentes tipos de semillas y no morir de hambre. Mi cuerpo hizo algo parecido pero no me salió un pico. Sino que mis huesos se hicieron cada vez más fuertes y resistentes. Pero esta vez no soportaron.

-¿Se va a poner bien?- preguntó mi acompañante con una preocupación casi paternal que me dieron arcadas mentales.

-Sí, desde luego- respondió el anciano de anteojos que seguro no detectaba la tensión que acaparaba la atmósfera del cubículo. -Solo tendrá que descansar unas semanas sin hacer esfuerzos físicos y se sentirá mucho mejor- me sonrió y tuve que devolverle la sonrisa ya que podía detectar la mirada de mi padre clavándome agujas con los ojos.

-Señor McConnor tengo que hablar un segundo con usted y pedirle que llene unos formularios- me miró con una sonrisa reconfortante. -Que te mejores Becca ha sido un gusto- me guiñó un ojo. -No te olvides de ponerte hielo en los moretones y aléjate de los pleitos.

Solo sonreí y dije un pequeño "lo haré" Rick me dio una mirada sombría sin sonrisa alguna y con odio infinito sin que el Señor Marcus se diera cuenta y lo siguió.

En ese momento me quebré.

Comencé a llorar en ese pequeño y feo cubículo de cortinas rosas. No me importaban si me escuchaban los pacientes de al lado, ya que había aprendido a llorar en silencio desde hacía años. Me preguntaba si alguna otra chica golpeada había llorado sobre la misma camilla en el mismo recinto diminuto, de feas cortinas rosadas sintéticas cubierta.

Mi estúpido pensamiento me dio ganas de reír pero solo se me escapo un sollozo que me hizo llorar más aún. Lloraba por la vida de mierda que me había tocado vivir, lloraba porque no quería soportarlo más, y finalmente lloraba porque no podía escapar. Lloré tanto que no me di cuenta que la persona de al lado de mi cubículo había corrido el trozo de plástico divisorio hasta que era demasiado tarde.

-Nunca creí que vería a Becca McConnor llorar- dijo una voz conocida para mi desagrado. -Esto no se ve todos los días.

Alcé la vista y lo vi.

Esta era la prueba irrefutable de que había sido un terrorista, un asesino o el mismísimo Hitler en mi vida pasada. Porque el desgraciado Ashton Johnson me miraba con una pequeña sonrisa en su cara, pero esta desapareció seguro al ver mi rostro purpura y azul por los golpes.

-¿Qué te pasó?- preguntó con un atisbo de ¿preocupación?

-Que mierda te importa- ladré mientras secaba las lagrimas de mi cara, demasiado fuerte lo que hizo que los moretones cobraran vida y soltara un gemido de dolor.

-No siempre tienes que estar a la defensiva ¿sabes?- dijo mientras se colocaba su camiseta negra mangas cortas, que incluso estaba sucia ¿y hasta rota en el hombro? Esperen ¿estuvo semidesnudo todo este tiempo y no lo noté?

Genial. Me había perido de una buena vista.

-¿Tuviste otro accidente?- no era raro que Ashton tenga accidentes en su motocicleta.

-Buen intento- concedió. -Pero yo pregunté primero.

-Me dieron una paliza de regreso a casa- mentí.

-¿Una paliza?- arqueó una ceja. -¿A ti?- pregunto incrédulo. No lo culpaba seguro era difícil de creer con la reputación que tenía en la escuela. No es que anduviera repartiendo golpes por los pasillos a quien me cruzara, solo digamos que imponía respeto y nadie se metía conmigo.

-Bueno ya te respondí ahora te toca- dije osca como siempre.

-Tenía una carrera con un sujeto de Hishville y mi neumático se pincho entonces derrapé. Pero si no fuera por mi querido Ash Jr. no estaríamos hablando en este momento- le dio golpecitos a su casco que tenía unos cuantos rayones y un buen raspón del lado derecho. -Y ¿te dejaron tan mal?- peguntó de nuevo con esa mirada que no podía descifrar si era preocupación o solo intriga.

-Casi me rompe dos costillas- contesté.

-¿Me rompe? ¿Es decir que fue una sola persona?- estaba a punto de contestar cuando apareció enfrente de mi camilla. Hablando del rey de Roma.

-Ya nos vamos. Levántate- gruñó Rick. -¿Quién es él?- preguntó con un tono acido al ver a Ash. Eso había sido bastante extraño siendo que siempre se mostraba como un padre amoroso y protector con personas cerca.

- Ashton Johnson vamos juntos a la escuela- respondió este sin inmutarse del comportamiento psicótico de mi padre.

-Oh compañeros de clase- exclamo Rick con esa sonrisa falsa tan encantadora suya. -¿Estás muy herido?- preguntó con esa ensayada preocupación suya.

-No tanto como Becca- dijo mientras recorría su mirada por mi rostro magullado. -Comparado con lo de ella yo solo tengo rasguños- sonrió pero su sonrisa flaqueó.

-Esta algo dolorida ¿Pero te sientes mejor ahora verdad cariño?- me apretó el hombro y tuve que tragarme el grito de dolor que me recorrió. Rick me recordaba el él manejaba mi vida, que él daba las órdenes y yo cumplía, me recordaba que no tenia salida.

Becca en multimedia

Corazón de Luchadora (Editada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora