Este se da vuelta —Vamos por tu sorpresa y luego a tu casa. —Declaró el yéndose.

—¡Espera! —Ella se levanta y cubre a su padre con su paraguas. —El sol.

Ambos estaban bajo la sombrilla de Kamui siendo sostenida por ella mientras hacía puntitas, estaban mirándose, el azul de sus ojos y el violeta de ella se había hecho uno, Suiren admiraba a su papá, y quería estar más tiempo junto a él, era lo único que deseaba, con tener su atención por unos segundo en verdad era realmente feliz. También se preguntó si sus padres podrían estar juntos. Esa posibilidad no salía de la mente de la pequeña. Se llevaban bien y eso era lo que más importaba.

Se percató de esa breve conexión, él aclara su garganta para luego voltear —Busquemos tu paraguas. —comenzó a buscar el parasol, ella lo sigue para cubrirlo con una sonrisa.

La pequeña soltó el paraguas de su padre, luego corrió y se abalanzó sobre el suyo que estaba tirado. Era bruta, pero jamás se hería. El pelirrojo juntó su parasol, y al hacerlo Suiren no estaba. La busco tranquilamente con la mirada, estaba lejos con los brazos estirados impidiéndole el paso a tres niños que querían golpear a una niña y ahora estos querían golpear a su hija por defender a esa niña.

Kamui arruga su entrecejo, iba a ir hasta ahí para matar a esos niños pero se detuvo en seco y cambió su cara a una normal al ver que Suiren se abalanzó a ellos. Luego comenzó a golpear a los niños que osaban insultar a la indefensa niña. Se había sorprendido por tal hecho.
¿Debía regañarla? Seria mejor que Natsume se encargue de eso, pensaba. A su lado se coloca Abuto, Kamui ni se inmutó con su llegada, los dos miraron a Suiren.

—¿No deberías detenerla?

—Ella les está ganando a esos tres ¿Por qué debería interferir?

Abuto cierra los ojos a la vez que da una pequeña carcajada al recordar algo con mucha intensidad, abre los ojos y mira a la niña —Esa conejita me recuerda a ti.

—No se parece en nada a mi.

—Cuando te conocí eras un pequeño conejo que defendía a su hermana... ahora ella está haciendo lo mismo, donde ve injusticia quiere detener y defender.

Kamui solo se quedó viendo a lo lejos a su hija, y pensó en lo que Abuto le acababa de decir.
Si alguien miraba detalladamente se podía decir que Suiren era Kamui, aunque ahora faltaba cierto calvo que le de una patada por golpear a los no yato. Pero Kamui no la regañaría por algo que no se arrepiente y que él mismo hizo en el pasado.

Los niños le gritaron monstruo y huyeron de ella, la niña se dio vuelta, tenía el entre cejo arrugado, y lo cambió a uno preocupado, se agachó y comenzó a ver si la niña estaba bien. Abuto se gira, su capitán no estaba, mira a todos lados y no lo encontró.

¿Dónde estaba?

Los niños iban caminando por un callejón que daba a la otra calle, y cuando ingresan, un pelirrojo cae del cielo con su típica sonrisa. Le habían dicho monstruo, Suiren no es así, no es como él, y jamás permitiría que esa pequeña sea humillada u ofendida por nadie. Los niños se miraron entre sí algo asustados.

.

La pequeña buscaba a su padre al igual que Abuto, este aparece y mira a su hija —¿Vamos bunny? —Este se da la vuelta y se va
A la niña se le ilumina la mirada, sus ojos violetas brillan, y su sonrisa no tardo en aparecer con aquel precioso apodo que le había dado, a él le daba pudor decirle "Hija" pero tampoco podía decirle "Sui" o "Ren".

𝐑𝐞𝐝𝐚𝐦𝐚𝐧𝐜𝐲 | 𝐊𝐚𝐦𝐮𝐢Where stories live. Discover now