Todavía te quiero 나는 아직도 너를 사랑

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Ryan frunció el entrecejo llevándose una pata hacia la frente mientras respondía a su padre.

-Lo lamento, pero no puedo papá, yo de alguna manera debo descansar, sé que es un proyecto que ambos hemos estado trabajando.

Ryan suspiró también dirigiendo su mirada hacia el reloj que estaba junto a la ventana, las dos y media de la mañana marcaba e inmediatamente negó con su cabeza.

-De acuerdo, de todos modos mañana ensayaremos en la universidad solo trata de dejarme descansar papá- dio media vuelta y se retiró.

Livingstone se llevó sus dos patas a la cabeza, desesperado por encontrar el tono de acuerdo con todos los instrumentos para dar una introducción al coro de la canción, comenzó a cantar intentando encontrarlo.

-No encuentro la manera ni.... La explicación....- su pata marcaba los acordes conforme se concentraba más.

La mañana siguiente era helada, el otoño comenzaba a llegar a Animalia e inmediatamente Ryan salió hecho un rayo hacia la puerta principal.

-A un lado, mi examen es en una hora- jadeaba mientras tomaba un vaso con leche de un trago- llegaré tarde papá.

Livingstone leyendo el periódico levantó la mirada para observar a su hijo totalmente apresurado.

-¡RYAN! La guitarra, tenemos ensayo después de tus clases.

El leoncito se detuvo a la entrada de la puerta principal quejándose de su olvido.

-Que oportuno papá, como si no pudieras llevármela más tarde- subió a buscar su instrumento e inmediatamente bajó.

Livingstone recapacitó sobre su situación, se encontraba realmente frustrado y más aun encontrándose solo, creía que el tiempo se pasaba extremadamente rápido, desesperándose cada vez más por todos sus pendientes y tan poca oportunidad de atenderlos sin tomar un descanso.

-Ya no lo soporto, Lily... que falta nos haces- se llevó sus patas a la cara de nuevo- no soy feliz, Ryan no es feliz, siempre apresurados por todo...que vida tan miserable.

Livingstone tomó su plato para llevarlo al lavabo, se vistió con su tradicional traje y partió con sus mapas y partituras para enseñar otra nueva clase en la universidad.

-Tendrán a partir de ahora cuarenta minutos para responder la parte teórica y SIN FORMULARIO DE LEY- indicaba la profesora Balquiarena- entréguenme todos sus teléfonos y mochilas al frente.

Parecía que tuviese rabia de enseñar, bueno si es que al menos tuviera un mínimo de enseñanza, sus alumnos eran muchachos realmente inteligentes, Ryan era uno de ellos, pero sufrían en periodo de exámenes y actividades ya que el contenido de sus unidades de aprendizaje los aprendía por su propia cuenta. Era una profesora de lo peor, si es que se le podía llamar profesora.

-Pero usted nos dio la oportunidad de guiarnos por los números de la ley- replicó un compañero de Ryan.

Inmediatamente la profesora tomó su examen rompiéndolo por la mitad, le entregó ¨elegantemente¨ su teléfono celular y Richard salió del salón completamente decepcionado por la falta de justicia en aquella clase.

-¿Alguien más?

Todos hicieron silencio e inmediatamente la profesora indicó el inicio al examen, al momento de voltear el examen para comenzar a responderlo Ryan sintió que todo lo que había estudiado desde hacía tres días sin descansar no había valido absolutamente la pena. Leyes completamente distintas a las vistas en clase junto con artículos que supuestamente vieron en la primera mitad del curso.

El secreto de la libertadWhere stories live. Discover now