Complicidad (Terminada)

Capítulo 2 - Motivos

Él empezó a manifestar sus nervios por los problemas que implicaría conseguirle un reemplazo a su ingeniera, era la experta en redes con nivel siete, el más alto en la escala de los programadores que él dirigía, ni siquiera él era capaz de hacer lo que ella hacía. Aclaró su garganta. —No han dicho que tu trabajo no es importante –trató de conciliar–, sólo se apegan a los números.

—Decide, o mandas la orden ya para mis vacaciones, o me voy a redactar mi renuncia. Simple. –expresó sin dejar de girar sus pulgares entre sí lentamente.

—¡¿Renuncia?! –repitió en tono de pregunta y alarmado.

—Exacto. No voy a dejar a mi madre morir por falta de esos recursos, y me siento en la capacidad de conseguirlos, pero claro, tal parece que para esta empresa eso es imposible, y eso no esa no es la última palabra. –concluyó, levantando una de sus cejas y mirando el ordenador del hombre para que empezara a redactar.

—Está bien, mandaré la orden, pero igual creo que mañana no podrás salir, imagino que tienes pendientes algunos asuntos aquí. –dijo el hombre mientras comenzaba a escribir, nerviosamente.

—No, ningún pendiente. Sólo el que no pude empezar a atender porque el cliente aplazó mi conexión.

—¿Y ese cliente es...? –indagó.

—ET&T. –respondió atenta a la cara de su jefe.

—¡¿Qué?! –la miró con cara de estar a punto de explotar sus nervios– Ese cliente está aquí porque tú eres la única que le puede resolver la interdicción que tienen en la red nueva.

—Nada que no pueda hacer Robinson o Blake, quienes están en cargos dos niveles más altos que el mío. Se supone que aquí nos ubican por experiencia. ¿No? –soltó la estocada, sabía que estaba siendo mal remunerada y que otros holgazanes estaban ganando casi el doble que ella, sólo por los alardes que hacían de sus proezas, las cuales estaban muy por debajo de las que hacía ella.

—No... no–no puedes dejarme así, no es sólo ET&T, la próxima semana tienes a American Airlines y –miró la pantalla de su ordenador con los ojos como platos–, Wal-Mart, sólo tú sabes manejar esos sistemas a la perfección.

—Todos mis clientes los tengo al día, no tengo ningún pendiente, sólo les toca mantenimiento y comprobaciones programadas, y la atención a cualquier surgente. ET&T llegaron aquí porque les planteé la solución, pero ellos no han podido culminar con los requerimientos que les pedí para iniciar a trabajar. Así que eso se escapa de mis manos. –aclaró.

Ante el enmudecimiento de su jefe, ella optó por pararse, arreglar su chaqueta y reforzar su postura. —Tienes hasta que llegue a mi escritorio para que recibas en tu bandeja mi carta de renuncia. Sí es que al llegar no encuentro mi notificación de vacaciones –le sonrió–. Qué tengas un feliz día. –abrió la puerta y se marchó.

Su jefe quedó desarmado, ningún argumento la haría cambiar de opinión y es que, claramente, no había ninguno. La empresa le negó la ayuda que solicitaba para su emergencia familiar, a ella, la mejor trabajadora de la organización.