Five.

896 50 7
                                    

Mis lágrimas corren como un río escandaloso, aunque lo intente con todas mis fuerzas no puedo detenerme, no puedo dejar de llorar y estar aterrada a más no poder.

Está comportándose como el peor de los monstruos.

—¡Como una mierda, deja de llorar maldita sea! —. Me grita mientras da un fuerte golpe a la mesa de madera color caoba que está frente a mí y doy un pequeño salto en mi lugar.

Pasa ambas manos por su cabello mientras da una y otra vuelta en la cocina, demostrando lo estresado que está.

—Emilio, te juro que no he estado con nadie, con nadie absolutamente —. Le digo sollozando.

Es totalmente cierto, jamás he estado con alguien, ni siquiera con él. Aún no estoy preparada. Aún no quiero ni puedo.

No sé qué le pasa, me invitó a venir a su casa y yo accedí, estábamos viendo una película y empezó a tocarme muy brusco y yo me incomodé. Le pedí que parara y no lo hizo así que lo empujé, después le pedí perdón y el empezó a gritarme diciéndome que seguro era una fácil con todos los hombres, pero quería fingir con él que era mi novio para que no pensara mal de mí.

Me hirió.

Siempre lo hace.

Pero algo me hace estar con él.

No sé qué es.

—Dime la verdad, dímela —. Me pide mientras sigue caminando por todo el lugar con aires desesperados y violentos.

—Esa es la única verdad —. Le digo en un tono bajo.

—¡Que me digas la verdad! —. Me grita y se acerca a mí tomando mi mentón bruscamente, su cara está tan cerca de la mía que puedo sentir su respiración chocando.

Mis lágrimas no paran, no sé que espera que le diga, yo no voy a mentir.

—¡Esa es la verdad, Emilio! —. Alzo la voz todo lo que creo poder y él se sorprende y se molesta aún más.

Ni siquiera pasan dos segundos cuando siento el calor de su palma estrellarse bruscamente contra mi mejilla, volteándome totalmente la cara hacia el lado contrario.

—¡Deja de ser una mosquita muerta! —. Me grita una vez más.

—¡Y tú déjame en paz, ya no quiero saber nada de ti, no te me vuelvas a acercar! —. Tomo mi bolso al igual que la poca dignidad que me queda y salgo de su casa rumbo a la mía.

Lloro, lloro a más no poder porque es lo único que me queda, porque el hombre con el que decidí pasar mi adolescencia no ha hecho más que lastimarme y porque yo no he sabido respetarme.

No he sabido como ponerle un alto, como detenerlo, me he hecho menos y lo he puesto a él como mi todo y quizá no lo sea.

Le he dado prioridad a él antes que a cualquier otra persona, lo he puesto hasta por encima de mí misma.

He estado con él aunque todo parecía indicarme que no debía hacerlo, aún así yo decidí enfrentarme a mis amigos y hasta a mi propia madre para estar con él, para que él me quisiera.

Entro a una pequeña tienda y compro una cerveza, aunque no me gusta para nada beber alcohol creo que quizá puede ayudarme a lidiar con esto.

Su casa está a siete calles de la mía, pero hoy decido caminar, hoy decido tomar el camino más largo porque lo necesito, porque mi mente necesita descansar.

He terminado con él y quizá sea lo mejor, pero eso no quita el hecho de que siento un vacío gigantesco consumirme poco a poco y siento que me hundo.

Varias personas me ven como si fuera el bicho más raro de este planeta, algunas hasta con lástima pero honestamente las entiendo.

Entiendo que les cause pena ajena, debe lucir muy mal una chica llorando con una cerveza barata en mano, caminando por la acera faltando un cuarto para las nueve de la noche, despeinada y con los ojos hinchados a más no poder.

Que lástima que esa pobre chica miserable sea yo.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 01, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Baby Girl. Where stories live. Discover now