¿El ultimo regaño?

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Momo soltó una carcajada seca y corta mientras pasaba la página del contrato.

—Por favor, Minari, no sigas mintiendo que por más que trates, tu nariz no va a ser más grande que el pene de tu novia —la joven que le limaba las uñas a Sana erró un poco la forma circular que le estaba dando a la uña del dedo—. No estás celosa, estás MUY celosa, y no lo he visto en vivo y en directo, pero con lo que he visto alcanza para imaginarlo y soñarlo todas las noches —dijo muy segura.

—Momo...

—Además, por la forma en que caminas y por cómo te quejas al sentarte, hija mía... —Erika movía su cabeza de un lado hacia al otro—. ¿No les parece que esos zapatos quedarían mejor en un verde furioso? —les mostró una página de la revista a la que todas le prestaron atención menos Mina.

Mina miró a su madre—. ¿Qué pasa con mi forma de caminar y sentar, madre? —la empresaria había tratado de ser lo más discreta posible, pero al parecer había fallado.

—Bueno, cariño... —para Erika era obvio—. Digamos que sentarte despacito y diciendo: "ay, ay, ay, ay"... —la mujer imitó tan bien a su hija que hizo reír a Momo y a Sana y hasta a la joven de la manicura—... no es una buena forma de disimular el tamaño del pene de tu pareja —concluyó.

— ¡MAMÁ! —lo que menos quería era debatir el tamaño del miembro de Chaeyoung con su madre.

— ¿Es grande? —todas miraron a la metida joven que había frenado la tarea de limar las uñas de Sana para sacarse la curiosidad. Demás está decir que lo primero que recibió fue una mirada de fuego por parte de la empresaria.

—Ese no es tu proble—

—Grande no es la palabra —interrumpió Momo—. Es... es... GIGANTESCO. Es como si tuviera vida propia. Tendría que ser considerado como una de las maravillas del mundo —agregó señas a la explicación.

—Momo...

Erika soltó un resoplido y miró a la manicura—. Créame, señorita, que jamás en mis años de vida y con toda mi experiencia vi algo igual —Erika soltó un suspiro y agregó—. Impactante realmente...

—Mamá... —algo estaba por explotar y nadie se daba cuenta

—Entre Momori, los chicos del estudio y yo le hicimos un usuario en Twitter por si quieres seguirlo —contó Sana a la emocionada mujer que ya estaba tomando su celular—. El usuario es elgranrarón y tiene más de quince mil seguidores ya —explicó.

Erika soltó una carcajada mientras revisaba su cuenta de Twitter en su iPhone.

—Escuchen esto... —dijo la mujer—. Elgranrarón dice: "En Los Ángeles y buscando un lavadero de coches que me deje bañarme" —leyó con gracia.

—Momo... —Mina ya había visto a su amiga escribir el chiste en su celular.

El celular de su madre volvió a dar un aviso de notificación y esta vez a la carcajada de su madre se le unió la de Sana y la de la manicura que estaban mirando sus propios celulares.

—Elgranrarón dice: —esta vez leía Sana—. "Me detuvo la policía por exceso de equipaje, le dije que no traigo nada, que es solo mi peso, me dejaron seguir con la condición de que circulara por el carril de carga pesada" —cuatro mujeres estallaron de risa.

— ¡BASTA!

Las risas se acabaron, así como empezaron. Mina había usado el cono que había hecho con la revista de megáfono para soltar su grito de silencio. Toda la peluquería sintió el grito, pero al ver que era nada más y nada menos que Myoui Mina, nadie se animó a meterse.

No Soy Para Ti - Michaeng G!PWhere stories live. Discover now