Extraño/Conocido

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Cuando el despertador sonó la pesadilla que estaba teniendo se disipo, y aun que seguía templando y su respiración seguía agitada, no podía recordar lo que estaba soñando tan solo hace unos momentos, esta clase de pesadillas llevaban un tiempo acechando a Ayla , siempre que despertaba quedaba una sensación de incertidumbre, de pánico, y de una gran tristeza inexplicable, sin embargo; algo que nunca podía olvidar de aquellas pesadillas es que siempre terminaban con una frase dicha por una voz que nunca había escuchado, pero que sin duda, le era muy familiar.

- Estoy contigo

Aquella frase siempre le causaba escalofríos.

Se levantó de su cama con pereza, la tendió, tomo una ducha tibia para ahuyentar todo pensamiento irresponsable como por ejemplo "podría faltar el día de hoy a clases" y después bajo a la cocina para saludar a su madre con un suave beso en la mejilla.

- Ya es muy tarde Ayla, deberías ser más responsable contigo misma y tus obligaciones.

El tono de la madre de Ayla era un tanto molesto y cansado, producto de tener que repetirlo cada mañana.

- Lo siento, tuve insomnio anoche y termine durmiendo hasta la madrugada.

Y no metía, sus ojos eran opacados por unas grandes ojeras debajo de ellos y que eran prueba de que probablemente no solo la noche anterior no había dormido, si no ya desde hace un par de días.

- Luego iremos a que el doctor te revise.

- No hace falta, creo que es solo estrés.

Dijo mientras pasaba una de sus manos rápido por detrás de su cabeza, sobando la parte posterior, obviamente no le mencionaría la severa migraña que había estado teniendo durante los últimos días.

- Estrés- Soltó una pequeña carcajada- Una chica de tu edad, que solo tiene como obligación estudia, ¿qué preocupación podría tener?

El semblante de Ayla cambio totalmente, sus hombros se tensaron, sostuvo la respiración y apretó sus puños. Lo odiaba, realmente odiaba que esto pasara, odiaba que juzgara a cualquiera, pero si había algo que aun más le molestaba era ser juzgada y más por su propia madre.

- Tienes razón... Olvida lo que dije... Ya me voy, te veo al rato.

Tomo su mochila y cuando estaba dispuesta a salir de su casa, un hombre, nada desconocido para ella, se cruzó en su camino.

- Ya te vas Ayla?

Por un momento sintió que su cuerpo quedaba totalmente paralizado, se sintió mareada y con muchas nauseas, sin mencionar que había estado sosteniendo la respiración todo ese rato.

- si, ya me iba.

Cuando ya había algo de distancia entre ella y su casa soltó el aire que había estado sosteniendo en sus pulmones, sus rodillas amenazaban con doblarse y sus oídos soltaban un fuerte pitido que le aturdía la cabeza, se sostuvo del poste de un cableado de luz e hizo lo posible por mantenerse de pie y dejar de temblar.

Sus ojos comenzaron a cristalizarse y quería gritar, mas no lo hizo, solo comenzó a caminar a paso muy lento y la mirada en el piso, luego acelero el paso y sobo sus ojos, luego levanto la mirada y empezó a trotar, y luego a correr, cada vez más rápido, hasta el punto en el que pensó que sus pulmones explotaría por su respiración tan rápida y estridente, por la tensión que propinaba en sus rodillas con cada, casi salto, que daba y por el horrible grito que se quedó silenciado en su garganta que aún seguía tensa.

Sus piernas se detuvieron a unas dos cuadras de su preparatoria, miro a su alrededor y comprobó que ya era muy tarde, ya que no pudo ver a ningún estudiante, y que probablemente ya no la dejarían entrar a su primera clase, así que opto por que no entraría a las instalaciones sino hasta la siguiente clase, que era dentro de dos horas.

CatharsisWhere stories live. Discover now