100

263K 17.8K 4.2K
                                    

Era un día como cualquier otro cuando le avisé a mi novio que saldría con una amiga.

—Te veo después. Te amo —susurré antes de depositar un beso en sus labios.

Me despedí de él con un gesto de la mano y me encaminé al café donde había quedado de verme con mi amiga.

Llegué al lugar y tomé asiento después de hacer mi pedido.

Me encontraba jugando con mi teléfono móvil para matar el tiempo cuando escuché que me llamaban por mi nombre. Me giré y me encontré contigo.

Wow.

Te veías increíble.

—Hey, te ves genial —murmuraste, pero yo no pude decir nada. Tomaste mi silencio como algo malo porque inmediatamente tu rostro cayó antes de mirar alrededor—. ¿Vienes con alguien?

Aún en trance, negué. Me tenías sin palabras, no había esperado encontrarte de nuevo.

—Estoy esperando a una amiga. —Por fin salió mi voz.

Tu rostro se iluminó y, sin preguntar, tomaste asiento a mi lado. Me di cuenta de que venías solo y me relajé, un poco feliz de tenerte solo para mí.

Después de unos minutos ya nos encontrábamos charlando y riendo como dos viejos amigos. Siempre había sido así entre nosotros, las conversaciones fluían con una facilidad increíble y los temas de los cuales hablar nunca faltaban.

Empecé a recordar todas las veces en las que me hiciste reír, en las que me enseñaste lo que era ser amada y valorada y, aunque ambos habíamos cometido muchos errores, supe que nos habían dejado lecciones valiosas y que no cambiaría nada de lo que habíamos pasado.

Habías sido mi primer amor, la primera persona que amé y que me enseñó a amar, aunque fuera de una manera imperfecta. Y siempre te estaría agradecida por ello.

Colocaste tu mano sobre la mía y sonreíste con tristeza.

—Ya me tengo que ir. —Sentí un nudo en el pecho pero asentí. Me encontraba reacia a dejarte ir, de nuevo.

—Está bien.

—Espero... espero poder verte pronto —dijiste nervioso. Soltaste una risa y me miraste con esos ojos que tanto me habían gustado.

—Tal vez nos veamos por ahí pronto.

Asentiste y te diste la vuelta caminando hacia la salida. Unas ganas enormes de llorar me asaltaron al saber que salías otra vez de mi vida.

Te congelaste en la puerta y luego giraste tu cabeza mirándome por encima de tu hombro. Regresaste hacia mí, te inclinaste y besaste la esquina de mis labios; mis ojos cerrándose por la sensación de tenerte tan cerca de nuevo, la culpa y el alivio arremolinándose dentro de mí.

—Fue un placer verte. Yo solo quería decirte... Gracias. Por todo.

El nudo viajó a mi garganta.

—Gracias a ti también —solté en un susurro roto. Pude ver las como brillaron tus ojos de repente, haciéndome saber lo mucho que me seguías amando, como yo aún lo hacía; pero luego reíste, contagiándome en el proceso y, por unos segundos, nos olvidamos del sentimentalismo del momento.

Te marchaste después de eso y me dejaste con una triste sonrisa en el rostro.

Nunca mas te volví a ver después de eso.

Supe que eres feliz.

Yo también lo soy.

Ambos somos felices aunque no estemos juntos.

Pero siempre te estaré agradecida y tendrás un lugar en mi corazón.

Porque fuiste, eres y serás el primero.

FIN

Espero que les haya gustado esta pequeña historia tanto como a mí. Les aviso que hay segunda parte por si gustan leerla, se llama Los recuerdos que guardé en un cajón

Les invito a seguirme:
Instagram: cmstrongville
Twitter: cmstrongville
Grupo en fb: Leyendo a Cee

Las cosas que nunca te dije [PA #1] ✔Where stories live. Discover now