Rio y me acompañó hasta mi consultorio que estaba a unos cuantos metros de donde ella trabajaba.

— no la llamarías así ¿no? — carcajeo

— puede ser, no lo sé, Cher en su momento era un icono, esa mujer tuvo mucho potencial — me encogí de hombros — además puede ser un nombre universal así que sea lo que fuere, aunque no se aún si estoy embarazada, sería un buen nombre.

— puede ser, ¿que dice Finn?. — me senté en mi escritorio y ella en la silla de adelante, mirándome esperando una respuesta

— nada, ya sabes, son hombres, le gusta la idea de poder formar una familia, ahora que ya estamos casados, pero aún me incomoda algo.— ordené los es pendientes en una esquina y saqué la libreta en donde escribía todo lo que pasaba en casa sesión.

— ¿el qué? — se acomodó.

— el no poderme adaptar, o que él/ella, se adapte a mi y a Finn, la mayoría de tiempo estaríamos separados, al igual que Finn, no voy a dejar que deje los que a él más le gusta. — me expliqué.

— si, pero no habías dicho que él había dejado Raw y pasado a NXT para poder tener más tiempo juntos.

— si, pero...

— ¿pero qué?, él quiere estar más tiempo contigo y si también tiene que hacerlo con el bebé lo hará, el te ama, sobre todas las cosas, él quiere una familia y la tendrán, es cuestión de tiempo. Y la adaptación de da con el tiempo también, es cuestión de costumbre, con pequeños intervalos de vacaciones.

— lo sé, solo quiero poder darle a Finn y al bebé la atención que los dos se merecen.

— y se lo darás, Finn entiende el trabajo que tienes y tu bebé sabrás que eres una gran madre, al igual que tu mamá.

— pero con la diferencia que estaré más en casa.

— exacto. — sonrió — no te pongas mal, te estás haciendo un mundo y todavía no nació el bebé.

— no sé si estoy embarazada — corregí.

— más a mi favor — se paró y me miró, su semblante denotaba cariño y comprensión — todo saldrá mejor de lo que crees.

Salió del consultorio y largué un suspiro. Su seguia pensando en lo que pasaría en un futuro no podría pensar con claridad, estaba algo cegada por querer tener todo bajo mi control que estaba atando de manos a el destino, y cabe destacar que siempre había sido una chica que dejaba que él destino, suerte, casualidad, hiciera de la suya.

Salí del hospital a las 4 de la tarde, antes de lo habitual, quería hablar con Finn de lo que me había enterado, de una hermosa noticia.

La sonrisa de oreja en oreja estaba pegada con plasticola en mi cara, no saldría de ella hasta que encuentre a Balor y le diga todo.

Llegué a casa, y había olor a comida, de inmediato mi estómago se abrió, con ganas de comer, no era hora de comer, pero la comida de Finn siempre era la mejor.

Entre en la cocina y lo vi de espaldas, cortando alguna verdura y condimentar la carne que estaba en un sartén, aún no se había dado cuenta de mi presenta, lo que agradece ya que se burlaria de mi cara de tonta al verlo dar unos pasos al costado.

Sonreír un poco más al volver la noticia a mi cabeza y me acerque a él, abrazándolo por la espalda, sentí que por unos segundos se tenso, pero al darle un beso en uno de los  omóplatos de aliviano.

— creí que me iban a secuestrar. — rió y yo igual.

— ahora los secuestradores besan a sus víctimas, no lo sabía.

— ¿nunca oíste el del síndrome de estocolmo? — se dio la vuelta y me miró algo coqueto

— si, pero dudo que tu secuestrador o secuestradores te vaya a besar y quedar noqueado. — dije algo obvia y me crucé de brazos enfrente de él

— si me pegan detrás de la cabeza podría ser. — posó sus manos en mis caderas y me atrajo más a él

— claro, para después llevarte a las rastras hasta su camioneta negra blindada en la calle. — coloqué una de mis manos en sus hombros.

— y te pediría una suma considerable de dinero por mi rescate — siguió bromeando y beso mi frente, le sonreí y me separé un poco.

— yo les diría que sí, a todas sus peticiones y volverías a casa. — se volvió a dar la vuelta y siguió cortando lo último que quedaba y lo tiró dentro de la olla.

— sano y salvo — agregó un poco de sal y se volteo mirándome con una sonrisa.

— pero con menos miles. — finalice. Me quedé algo pensativa mirando la olla, como las burbujas del guiso explotaban mientras la comida se calentaba, para después mirar los ojos azules de Finn enfrente mío, rozando mis labios, le di un beso corto y se acomodó entre mis piernas — te eh dicho cuánto amo me me mires de esa manera — seguía penetrando su mirada en la mía, estaba perforando cada esquina de mi alma con ella y no lo sabía, me estaba dejando marcada de por vida. — esa mirada que tanto me gusta, siento que en cualquier momento voy a explotar de la emoción. — agregué, sin darme cuenta, creí que lo había dicho para mí.

— no sabía que te gustaba tanto — dijo en un tono incrédulo. Puse mis manos en su mejilla y lo atraje a mi cara.

— vamos a ser padres — lo dije, sin titubeos, sentía como una carga se desprendía de mis hombros y no sentía la respiración pesada como hace unos minutos. Su cara de apoco se fue transformando en una de asombro, se alejó un poco de mi y me miraba sin creerlo. Los nervios llegaron, logrando que mi corazón comenzará a latir muy fuerte, queriendo salirse de su eje y caer a mis pies. El solo me miraba, sus facciones de a poco se iba relajando, haciendo que de alguna manera eso también me relajará a mí — ¿no dirás nada? — le pregunté, algo impaciente.

Se tiró nuevamente arriba mío, sin previo aviso y casi caigo de espaldas en contra de toda la isla, solté una risa por los besos provocados por él en todo mi cuello y cara.

— Finn, por favor. — se separó de mí y volvió a conectar nuestros ojos, esa mirada aún seguía allí.

— te amo. — dijo con el más puro de sus sentimientos y me besó.





𝐎𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭 / 𝐖𝐖𝐄Where stories live. Discover now