Para Siempre Y Un Día Más

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Las luces se vuelven tenues a nuestro alrededor, dándole protagonismo a la luz de las velas y a la pista equipada para hacernos destacar. El mundo comienza a juntarse en la orilla, sacan sus teléfonos preparados para grabar y yo me doy vuelta buscando a mi marido pero se ha ido. Literalmente, me ha dejado sola en el centro de la pista y él ha desaparecido.

—Creo que bailaré sola — digo en broma, haciendo que algunos rían.

Los minutos pasan, no hay señales de Chris pero ellos siguen apuntándome con los flashes de las cámaras y teléfonos y justo cuando voy a moverme para ir a buscarlo, suena la voz de Greta (la encargada del evento en la Cervara) por los altavoces.

—Le pedimos a la novia que no se mueva, hay una sorpresa muy especial para ella.

Sus palabras me llenan de incertidumbre, ansiedad y emoción.

Tal como me lo ordenaron, no me muevo pero si comienzo a impacientarme.
Cambio el peso de un pie a otro y juego con mis manos, sintiendo que los minutos se hacen eternos hasta que por fin lo veo. Viene del otro lado del jardín y tan solo me sonríe cuando pasa cerca de mí, caminando hacia el gran piano que no había notado que estaba frente al escenario.

—Para ser completamente honesto con mi bella esposa y con todos los aquí presentes, no sabía que haría esto hasta que escuché la última parte de los votos de Victoria — dice al micrófono — Así que pido perdón con anticipación, por si llego a lastimar el oído de más de uno. Les juro que esa no es mi intención — hace reír al público y a mí, aunque estoy más perdida en el movimiento de sus labios.

» Amor, esto es para ti. Considéralo la segunda parte de mis votos, la promesa de que para siempre, cada parte de mí hasta la última célula, amará cada parte de ti.

Los pocos murmullos que había, se apagan, volviéndolo el centro de atención.

Con toda tranquilidad, Chris se sienta frente al maravilloso y elegante instrumento, se acomoda el saco y luego me dedica un guiño antes de que sus dedos se deslizen por las teclas, comenzando a entonar la melodía de una versión acústica y romántica de la canción All of Me de John Legend.

Madre mía.

Sabía que tocaba el piano pero no es lo mismo escucharlo en la sala de su casa, en completa privacidad, que verlo hoy aquí. En el día de nuestra boda, interpretando la canción que elegimos juntos para bailar.

Me acerco cuando levanta la cabeza y su mirada se encuentra con la mía. Sonríe y solo vuelve a centrarse una vez que me tiene ahí, frente a él. Admirando, al igual que el resto del mundo, su habilidad para convertir en arte todo lo que toca.

Era bastante modesto cuando pedía disculpas, pues para nada presiona las teclas equivocadas o suena desentonato. Todo lo contrario.

Me tiene absolutamente embelesada, tanto que no me parece extraño verlo levantarse de pronto. En mi cabeza la suave melodía sigue sonando, con más fuerza incluso cuando toma mi mano. Me lleva al centro de la pista y en el momento en que los aplausos y vítores estallan, la letra de la canción llena el lugar, acompañando ahora a la música que le da inicio a nuestro primer baile como marido y mujer.

Coloco mis brazos alrededor de su cuello, su loción masculina me adormece los sentidos en tanto sus brazos me rodean la cintura, atrayendome aún más a él.

—¿Ya te he dicho que te ves hermosa? — pregunta y asiento con una sonrisa, comenzando a moverme al mismo ritmo que él — Recuérdame felicitar al novio, se ha sacado la lotería.

—Tal vez sea yo la afortunada, esta noche él se ha robado más miradas que yo.

—Es que no has estado pendiente de este lado de los invitados.

ALL OF ME  [Chris Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora