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"SOLO CARAS BONITAS."

Los débiles gimoteos de Jane acompañados de fuertes movimientos a mi lado me sacan de mi placido sueño. Pisadas de niños correteando se escuchan detrás de la puerta dándome un indicio de que hora es.

Mis ojos se abren dejándome ver al instante a la niña que me ha dado tantas emociones. Sus risos rubios están alborotados y totalmente desordenados, su chupete se ha caído por algún lugar de la habitación y su adorable pijama desprendido. Amo con todo el corazón a esta bebe pero tiene un dormir súper descontrolado.

Como su padre.

Estiro una de mis manos para acariciar su rebelde cabello y quito las mantas que cubrieron mi cama y a mí por más de dos años, al quitarlas un gélido frío choca contra mi piel recordándome una vez más el típico clima frío que azotaba a Wallville la mayor parte del año.

Olvidando el frío que me hace temblar me levanto de la cama para luego voltearme y cubrir con las viejas mantas el pequeño cuerpo de Jane. Me paseo por mi habitación como todas las mañanas para culminar mi rutina para despertar.

Un ruido llamo mi atención provocando que me acercara a la única ventana que había en mi cuarto. Un auto antiguo, descapotable, rojo y bien cuidado aparecía en la vieja entrada de la, también, vieja casa.

Es raro recibir "visitas" solo por el simple hecho de que la gente, en cuanto a adopción nos referíamos, prefieren mil veces adoptar a bebes que a niños más crecidos como los que hay aquí, pero eso no quería decir que a veces no tenían suerte.

Dos chicos de mi edad o casi junto a un señor de unos cincuenta se bajaron del auto comenzando a caminar por el camino de gravilla hacia la puerta de la gran casa.

Uno de los chicos capto mi atención, está recorriendo la casa con la mirada, parando en cada detalle que llamara su atención, hasta que pasa, su mirada llega hasta mi ventana chocando con la mía.

Era lindo.

Muy lindo.

Shh.

Tiene el cabello cobrizo, una camisa sin mangas que hace lucir sus trabajados brazos. Nuestras miradas se desconectaron gracias al fuerte golpe que se escuchó en mi puerta haciéndome sobresaltar.

Al abrir la señora Wendy Hill, una señora de la rededor de cincuenta años, cabello entre negro y gris que la hace lucir más mayor de lo que era pero sin hacerle perder el aire de sofisticación que luce y además es directora del orfanato y la única que sabe todo sobre mi, sonreía del otro lado.

— ¿Sucede algo? — Pregunto después de ver que no decía nada y mantenía la sonrisa en la cara.

— Arréglate y ven a mi oficina, puedes venir con Jane si así lo quieres — Soltó de golpe.

— ¿Okay? — Dije extrañada y sin más cerró la puerta yéndose y dejándome con una gran confusión.

Me quede ahí un momento sin saber qué hacer, casi nunca me pedía que vaya a su oficina. La única vez que sucedió... oh no.

Rápidamente me pongo unos leguins negros y una sudadera azul, tres tallas más grandes que la mía, pero que puedo decir, me gusta usarla y es super cómoda, una vez termino tomo a Jane y le pongo solo unos pantalones rosados con un suéter del mismo color.

Nos he vestido en tiempo récord. Mi pelo y el de Jane aun eran un desastre pero, el saber porque rayos tengo que estar en la oficina de la señora Hill con tanta urgencia me inquieta.

MIS PAPIS SON BAD BOYS [WALLVILLAGE #1.1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora