Broken Wings

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Deslinde de responsabilidad, el copyright y la marca registrada del nombre y del personaje Harry Potter, de todos los demás nombres propios y personajes, así como de todos los símbolos y elementos relacionados, son propiedad de Warner Bros; y, en su caso, de J.K. Rowling.

--*--

La vida de Ginevra Weasley se había terminado.

No de forma literal, claro está, sino de una forma más profunda y dolorosa ¿de qué servía seguir respirando? Si todos sus sueños e ilusiones se habían terminado. El silencio de su mente solo era interrumpido por el sonido de las máquinas a su alrededor, tenía ganas de arrancarse todo aquello y salir corriendo, si al menos fuese valiente para ello, y si al menos su cuerpo le permitiera volver a lo que era antes.

La puerta se abrió de nueva cuenta, una dulce enfermera de cabellos largos, de un rubio platinado y de ojos azules, completamente soñadores se adentró, no la había visto nunca cubriendo un turno, al menos mientras estaba consciente. Parecía agradable y de ser la antigua Ginny, le habría sonreído, y se hubiese hecho amiga de ella. Ahora no tenía tiempo para nadie, ni siquiera para ella misma.

La rubia le sonrió, abrió la boca para decirle algo, pero Ginny se giró ignorándola, aquello iba de lo social y no de información médica.

Escuchó la puerta cerrarse con un golpe suave, así que observó de nuevo su cuerpo, se echó a llorar sin poder controlar la ira y la frustración, maldita fuera la hora en que había sobrevivido.

DG

Se giró cuando una enfermera la nombró, la rehabilitación había terminado, y aunque todo había estado bien, aún tenía que oír de forma oficial que todo su futuro se había muerto ese día.

"Buenas tardes, señorita Weasley".

La joven pelirroja observó al hombre ponerse de pie, su rostro era hermético, atractivo, seguramente provenía de una familia adinerada, ese porte no se conseguía ni siquiera en la mejor escuela de medicina, no le prestó atención, la mano del doctor regreso a su costado sin que ella se atreviera siquiera a saludarlo.

"Soy Draco, Malfoy, Draco Malfoy, seré su doctor..."

"Será, eso quiere decir que aún no lo es".

Sus miradas se encontraron, él sonrió de lado, ofuscado y controlado, suspiró y un segundo después su rostro mostró la misma impasibilidad de la mona Lisa, inquebrantable y fría, eso le demostraba a Ginny que ese medicucho, no iba a prestarse al juego de todos los demás, la pobre lisiada necesita comprensión y por lo tanto, haremos de cuenta que su mala actitud no es porque sea su personalidad, sino todas sus frustraciones.

"Seré su médico de ahora en adelante, ¿sabe porque ha cambiado de medico tan seguido últimamente?"

"Yo..."

"Porque nadie ha querido tratar con usted, es, según mis colegas, la pequeña perra que cree que le ha pasado solo a ella".

Él sonrió al ver su sorpresa dibujada en el rostro ¿qué no se suponía que esos pequeños bastardos eran médicos? ¿Cómo se atrevían a hablar de una paciente así? Ah, es que sin duda eso no iba a quedarse así.

"Bueno, en realidad es que ellos han justificado su actitud, lo cierto es que aunque no dijeron esas palabras, no dudó que mi interpretación sea correcta sus expresiones".

"Ya veo, se está haciendo en gracioso, pero no vine por eso, doctor Malfoy".

"No soy gracioso, ya lo sé así que ni siquiera lo intentó, pero yo no soy como mis colegas, si usted no muestra una sola gota de respeto por mi profesión y por mis colegas ¿por qué debería yo mostrarla por usted?"

Broken WingsWhere stories live. Discover now