—No.

Lucho fuerte contra la frustración mientras me obligo a sonreírle. Estira su mano y toca mi cabello, eso le gusta mucho.

—No te vayas. No me dejes sola, me da miedo.

— ¿Sabes que me dijo una vez papá? —Sacude su cabeza en negación—. Que el miedo es algo que habita en cada uno de nosotros y admitirlo nos hace muy valientes, él dice que con el tiempo aprendemos a luchar con ello y que pedir ayuda para hacerlo no está mal.

— ¿Tú me ayudarás?

—Siempre voy a ayudarte, cada vez que tengas miedo siempre estaré ahí y tomaré tu mano —La estiro y tomo la suya mucho más pequeña—. Eres muy valiente al decir que tienes miedo.

— ¿Lo soy?

—Lo eres.

Me da otra sonrisa tímida y se mantiene observándome mientras acaricia mi cabello con una mano y la otra se mantiene en la mía.

— ¿Quieres que te narre un cuento? —pregunto.

Asiente y aclaro mi garganta antes de comenzar. He narrado tantos cuentos para mis sobrinos que tengo todo un repertorio en mi memoria, lo cual agradezco, porque mientras lo cuento y adorno a mi manera, sus ojos se van haciendo somnolientos. No llego al final cuando su mano cae de mi cabello a la cama y el sueño parece haberla reclamado una vez más. Sonrío y me inclino para besar su frente.

—Está vez, ten dulces sueños —susurro.

Con mucho cuidado, retiro su mano de la mía y la dejo sobre ese oso que la acompaña a dormir. Me pongo de pie y siento el dolor en mis rodillas ante la posición en la que estuve por tanto tiempo. Apago la lámpara y dejo la puerta entreabierta al salir.

No vuelvo a mi habitación, camino hasta la sala y tomo la llave para abrir el armario de licores, saco una botella y busco un vaso. Ya una vez en la cocina, dejo todo sobre el mesón, voy a mi habitación por el celular y regreso a la cocina. Me siento sobre las sillas altas y me sirvo un vaso. Doy un trago y suspiro.

Reviso los mensajes en mi whatsapp y me doy cuenta de que cierta persona aparece en línea, por lo que presiono llamar, no tarda en responder.

— ¿Qué haces despierto? —pregunto.

—Escribo en la azotea. ¿Qué haces tú despierto?

—Skylie tuvo una pesadilla.

—Lamento escuchar eso. ¿Se ha vuelto a dormir?

—Lo ha hecho, espero y está vez tenga sueños dulces y esponjosos —Lo escucho reír—. ¿Estás teniendo cuidado de no caerte en la jodida azotea? BG.5 no puede perder a Andu bebé.

—Estoy siendo cuidadoso, gracias por la preocupación. Solo voy por mi primera cerveza. Parece una noche algo melancólica.

—Estoy bebiendo un vaso de ron, no creo que vuelva a tener sueño.

— ¿Es esa una invitación traviesa para que vaya a verte, Dexter?

En esta ocasión soy quien ríe, doy otro sorbo a mi trago antes de responderle.

—Sí eso lo que quieres.

—Me tomaría diez o quince minutos llegar, no hay tráfico a esta hora y no he dado más que dos sorbo a mi cerveza, pero tendríamos que ir a tu balcón, estoy trabajando en una melodía y podría despertar a Sky.

—No hay jodido problema, trae tu abrigo entonces.

—Pasaré por comida rápida, tengo hambre.

Escenas extras de La D no es por DexterWhere stories live. Discover now