– Estúpido mitad-mitad, creyéndose tan genial cuando solo es un bastardo extra... – Mascullaba el rubio mientras recogía los balones para llevarlos al lugar que les correspondía en la bodega.

Todoroki no decía nada realmente. Simplemente se dedicaba a escuchar las groserías de su novio mientras guardaba las demás cosas que habían utilizado en la clase. El maestro Yagi les había dado la llave para que cerraran, confiando plenamente en sus alumnos y así demostrarle a toda la clase que peleando o no, Katsuki y Shouto eran alumnos responsables.

Sin embargo, para Todoroki era una oportunidad perfecta para poder intimar con su novio.

Ah, su novio. El chico más lindo y tierno de toda la escuela, bueno en todas las materias, en los deportes, y además complaciente en cuanto a sus momentos sexuales. Una actitud agresiva como un gatito defendiéndose cuando quieren acariciarlo. Simplemente hermoso.

– Bakugou – Llamó al chico que seguía murmurando maldiciones.

– ¿Qué quieres, bastardo?

Shouto lo pensó un segundo. ¿Qué quería? ¿Debería hacerle caso a su corazón y volver ese momento asquerosamente cursi? ¿O debería poner en práctica los consejos de su hermano mayor Natsuo para poder follar en la cancha?

Ah sí, si el bicolor sabía tanto del sexo era porque su hermano le había traumado desde que se enteró que le gustaba alguien –ejem, Katsuki– antes solo era un inútil bastardo que ni siquiera sabía cómo masturbarse. El día de la confesión, la idea era pedirle noviazgo y luego hacer el amor en una cama llena de rosas.

Pero se puso demasiado cachondo y las cosas salieron diferentes, como bien recordamos.

– Nada, olvídalo.

– ¡Llamas mi jodida atención para decirme que no es nada! ¡Anda, escúpelo!

– En serio, no tiene caso.

– ¡Qué lo digas!

Todoroki miró esos ojos rubí que le miraban con desafío. Diablos, quería tanto ver esa mirada llorosa perdida por el placer, que decidió hacerle caso a los consejos de Natsuo y así tener un recuerdo memorable del gimnasio de la escuela.

Pero primero, haría cabrear a Bakugou un poco más.

– No serás capaz.

– ¡¿Ah?! ¡¿De qué carajos no sería capaz, bastardo mitad y mitad?! – Justo como creyó, la bomba andante que tenía por novio explotó – ¡Yo puedo con todo, imbécil!

– ¿Mating press? – Preguntó esperando que Katsuki no le entendiera. Por suerte así fue, cuando pudo apreciar el rostro confundido del otro. Se hizo el decepcionado – Ni siquiera sabes qué es... – Obviamente, Bakugou se molestó más.

– ¡No importa! ¡Enséñame y verás cómo pateo tu estúpido trasero! – Todoroki sonrió imperceptible al ver que su plan funcionaba.

– ¿Realmente quieres aprender?

– ¡Mierda, sí! – Gritó – ¡Hagamos el mating press!

...

– ¡Agh, Shouto, t-tú maldito pervertido! – Los gemidos de Katsuki se escuchaban gracias al eco del gimnasio. Su novio moviéndose sobre él penetrándole tan profundo.

– Tú fuiste quien quería aprender, Kats... – Se defendió el bicolor mientras se impulsaba con más fuerza para correrse en el interior de su novio.

Resultó que mating press era una posición derivada del misionero. Es decir, posición sexual. Por lo que ahora Bakugou tenía a su novio follándole con ganas contra el piso de la cancha mientras él se aferraba a su espalda y le abrazaba la cadera con las piernas.

Su mente hecha un caos, el constante golpeteo de la polla contra su útero no le dejaba pensar con claridad, por lo que solo estaba obligado a jadear y gemir. Oh Dios, odiaba haber sido engañado pero la sensación era tan placentera. Maldición él quería... quería...

– ¡Joder, S-Shou...! ¡D-Dentro... córrete dentro de mí! – Gimió antes de alcanzar el orgasmo. Seguido después de Todoroki, quien obedeció su petición para clavarse dentro y correrse.

Recuperándose ambos de la sensación post-orgásmica, disidieron descansar en el piso para recuperar el aliento, con el interior de Bakugou lleno de esperma, el cual se desbordó apenas el bicolor salió de él.

Aterrados por la idea de que alguien pudiese ir por todo el escándalo que hicieron, se acomodaron las ropas, limpiaron todo y guardaron las cosas rápidamente; luego cerraron el lugar y dejaron las llaves con el director.

...

La cara de Bakugou estaba roja por ese recuerdo. Pensar que fue engañado vilmente por su novio para terminar cogiendo en el gimnasio de la escuela, era humillante.

Pero...

Joder, el recuerdo le hizo ponerse caliente, mucho. Hace bastante tiempo que no hacían esa posición con tanta fuerza y entusiasmo que la comenzaba a añorar.

Sentir cómo una polla estira tu cuello uterino para poder entrar y fertilizar tus entrañas, sentir el chorro caliente de semen directamente en todo tu interior, mientras te aferras desesperadamente a esa persona por todo el placer que experimentas a tal punto de hacer temblar tus piernas.

Demonios, Bakugou quería sentir eso de nuevo.

Apretó las piernas y soltó un jadeo ante el pensamiento. Mierda, su vibrador no le haría sentir el mismo placer ¿Dónde carajos estaba su consolador con patas cuando hacía falta?

– Katsuki, ya llegué – Ahí estaba. Menos mal.

– Shouto... – Dice sin levantarse del sofá de la sala, esperando a su novio ahí.

– ¿Eh, qué pasa? – El rubio se acerca a él cuando se sienta a su lado, para poder susurrarle:

– ¿Mating press? – Shouto abre los ojos sorprendido por la petición. Pero sonríe antes de asentir.

Al menos Momo no estaba en casa.












N/A: Si ponen en el buscador de google "mating press hentai" les saldrán muchas imagenes de la posición de la que hablo uwu.

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