Suspiró entrecerrando sus ojos. Si seguía así probablememte tendría que buscar ayuda.

-Ay Abuela...como quisiera que estuvieras aqui a mi lado-miró hacia el techo con los ojos llorosos.
Todos los recuerdos de ella y su abuela se le vinieron a su mente. Unos tristes y otros alegres. -Seguramente tu me dirías que envez de asustarme que lo vea como una loca aventura.
Como cuando empezó a ladrarme un perro en la calle, me dijiste que pensara que el perro era un monstruo que no podía ver ,que solo podía oír.
Y que yo era un superhéroe con la habilidad de ser muy sigilosa, caminé delante del perro y este solo se quedó ahí-sonrió con nostálgia -Pero ahora ya no estás viva y no puedes ayudarme.

Lo que no sabia era que Dick estaba escuchando todo.

-Megan-Habló Dick através de la puerta. -¿Puedo pasar?-ella rápidamente se limpió las lagrimas.

-Este...Dick, yo quiero estar sola-admitió regulando su voz.

-Creo que ya estuviste suficiente tiempo sola. Déjame entrar, porfavor-Dick tenía su frente apoyada en la puerta.

-Pasa-el chico abrió la puerta y vió a Megan que tenia los ojos rojos. Cerró la puerta trás de el y se sentó en la orilla de la cama.

-¿Cómo estás?.

-¿Cómo crees que estoy?-preguntó ella con cierto sarcásmo y sin mirarlo.

-Tienes razón. Pregunta estúpida.

-¿Qué pasó Dick? No quiero ser grosera pero creo que tienes mejores cosas que hacer que hablar con una niña con problemas.

-De hecho si tengo mejores cosas que hacer...pero prefiero quedarme aquí contigo y hablar-volvió a mirar a la rubia y esta seguía sin mirarlo. -Mírame a los ojos Megan-la nombrada seguía sin mirarlo.

Dick se la acercó y la tomó de las mejillas haciendo que lo mirara. Megan aún tenía una pequeña cicatriz del golpe de la escuela, su cara estaba roja al igual que sus ojos. Pero para Dick se seguía viendo igual de hermosa.

-¿Por qué sonries?-preguntó ella. Dick se separó de ella. No notó que cuando la observó todo el tiempo estaba con una leve sonrisa.

-Por nada- negó y la chica asintió.Dick iba a hablar, pero Megan se le adelanta.

-¿Cómo está Rachel?-

-Está bien descuida. Hablé con ella, solo está asustada, es todo-Dick se rascó su nuca -También me mencionó que tú me ibas a decir que te dolían los nudillos desde un principio. Pero que no te escuché porque iba a hablar con Dawn ¿Es cierto?.

-Sí.

-Si tan solo te hubiera escuchado...

-Como quiera me hubiera sucedido eso, Dick. No tienes la culpa-trató de relajarlo.

-De igual forma, lo lamento.

-Esta bien-sonrió levemente-Aunque te vuelvo a repetir, no tienes porque disculparte.

-Déjame recompensartelo curándote. Solo necesito unas bendas y alcohól-Dick se levantó de la cama.Empezando a buscar lo necesario. 

-Creo que tengo algo de eso en mi mochila-señaló el silloncito que estaba a lado de la ventana. Dick abrió la mochila y sacó una benda y un botesito de alcohól junto con un poco de algodón.

- Venías preparada Chalamet-comentó el jovén Grayson. Haciendo que Megan rodará los ojos juguetónamente.

-Conociéndome sé que debo de cargarlos siempre. Aparte...nunca se sabe cuando se necesitará-ella se sentó al estilo indio cruzando las piernas. Para que así sea más fácil curarla.

ᴛɪᴛαηѕ ↯ Dick Grayson EN EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora