La falda, por otro lado, tiene una caída vaporosa con pliegues, que enamora tanto como seduce a primera vista. Resalta por la tela de mikado cuyas incrustaciones en la parte inferior de pedrería y encaje crean la ilusión de ser de un tono diferente de blanco. Ya era amplia pero gracias a la crinolina se vuelve esponjosa y enorme y además va acorde a la tiara que me embellece el recogido con ondas. 

Mi cabello es largo pero delgado, por eso me sorprende encontrar que el moño parece bastante abundante, es elegante y el volumen le da protagonismo a mi rostro y al maquillaje favorecedor pero moderno, incluso con los mechones rizados que caen al frente. Mis ojos resaltan con el delineado y las pestañas que lucen kilométricas. Es perfecto sin caer en extravagancias o excesos. 

—Sé que dijiste que querías ser una novia común y corriente pero déjame decirte que pareces una jodida reina — Dua se coloca a mis espaldas, haciéndome reír por el sarcasmo en sus primeras palabras. 

Podría desmentirla pero es el día de mi boda y hoy se me permite tener el ego que mi hermano me robó al nacer. Así que sí, parezco una reina salida directamente de un libro de cuentos. 

—Si no voy a verme como tú cuando me case, entonces no quiero nada — bromea Ariana desde el sofá. Tiene cargado a Hércules para que no ande por toda la habitación y sobre todo para que no se le pierda de vista, que con su tamaño es muy probable que suceda. 

—Eres la novia más hermosa que existe — Susan me observa con una sonrisa orgullosa y los ojos cristalinos, a través del espejo. 

Me pone tan sentimental verlas a ellas al borde de las lágrimas que tengo que alzar la vista al techo para que no se me escapen a mí también. Tomo un par de respiraciones profundas y me echo aire con las manos, aprovechando que tocan a la puerta y que las chicas cambian su foco de atención. 

—Yo voy.

La mamá de Chris camina hasta la puerta y la abre tan solo un par de centímetros para preguntar quién es.

—¿Puedo pasar?

El efecto que su voz causa en mí, es inmediato. Mi sonrisa se ensancha y mi corazón amenaza con salirse de mi pecho para correr a sus brazos. Quiero verlo ya, no obstante, me resigno a que eso no será posible desde el momento en que las chicas saltan del sofá para ponerse delante de mí, formando una barrera humana que me hace rodar los ojos con diversión. 

—Lo siento, cariño pero es de mala suerte que veas a la novia. 

—Por favor, mamá necesito hablar con ella un segundo — escucho desde afuera y empujo un poco a las chicas para acercarme a Lisa.

Le pongo mi mejor puchero y cara de súplica, esperando que funcione de igual manera que con su hijo. No puedo ver lo que pasa del otro lado, pero casi puedo apostar que Chris está utilizando la misma técnica, pues la rubia niega con la cabeza y después termina soltando un suspiro derrotado. 

Podrá resistirse a uno, a dos ya no. 

—Está bien — murmura y antes de que pueda ponerme a celebrar, cierra completamente la puerta — habla con ella pero desde ahí. 

Mi futuro esposo se queja. Yo me quejo. Pero a ambos nos ignora al darse la vuelta. 

—Andando, chicas hay que darles privacidad. 

Todas la obedecen excepto Danielle, quien no deja de mirarme con una sonrisa ladina.

—¿Vienes o qué? — le gritan.

—¡Pero si es la mejor parte!

—Vamos, no hagas mal tercio — dice Kendall, empujándola por los hombros.

ALL OF ME  [Chris Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora