【Capitulo 4 - amarillo】

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【Quienes estén leyendo en PC lean apenas empiece la melodía.】

Mitsu por algún motivo en su mente comenzó a escuchar una odisea en el espacio, a la par que veía todo con lentitud. Cuando las trompetas se escucharon, sus grandes ojos café se enfocaron con horror en la figura de ese yautja, que se aproximaba e inútilmente movía sus brazos para advertirle del peligro. Solo le quedaba levantarse e intentar saltar del segundo piso.

Sin embargo ya era tarde, apenas él puso un pie en la calamina fue como si de hielo se tratase, la atravesó causando que todas las demás se destrozaran en un mortal efecto domino. Aunque ni siquiera pudo levantarse ella cayo también quedando atrapada en el torbellino de polvo y escombros que caía sobre ellos, oscureciendo la vista de ambos y sorprendiendo a los pocos agentes vivos al ver cómo eran tragados por la ruina; En su mente Drek'tar recordaba tardíamente lo que le dijo su hermano de estos techos "¿Porque nunca aprendo?".

Parte de ese edificio se derrumbó por dentro, era difícil ver si había algo vivo allí porque parte de la pared de la segunda planta tapo todo el desastre.

¿Ambos cayeron en el derrumbe? —Hablo uno de los agentes, sostenía su brazo herido y se asomaba desde el techo para ver la catástrofe. Otro más se acercó a ver pero ni por una mínima grieta se podía divisar a ambos.

Si, no creo que los de su clase puedan sobrevivir a una caída como esa. — Saco de su bolsillo un aparato muy similar a un walkie talkie. —El depredador ha sido reducido y la testigo con él. Envíen un equipo de limpieza cuanto antes.

La casa era tan antigua que casi podría ser considerada como un monumento histórico. Bajo los destrozados ladrillos era difícil moverse y respirar. La luz se veía tan inalcanzable y los recuerdos de aquella amalgama de miedo y valor nacida del fuego con la noche se hacían evidentes ahora mismo al sentir como su vida corría riesgo, pobre chica perturbada.

Las heridas en su cuerpo eran graves, tal vez las más graves que haya tenido alguna vez en todas sus cacerías. Las grapas que ya tenía en la piel estaban rotas y su sangre pintaba el suelo de verde. Drek'tar estaba tendido sobre un mueble roto; algunas astillas estaban clavadas en su gruesa piel y su máscara se desprendió de su rostro al caer... "¿Acabo de fracasar? ¿Eh fallado?..." frustrado y encolerizado intento moverse pero sus extremidades estaban temblando un poco por el dolor.

Sangre roja ensucio su rostro, al buscar de dónde provino pudo distinguir una silueta particular colgando de una de las vigas de las columnas. El cinturón rotoso de la fémina estaba atorado en esta, le arrojo una roca para que dejara de estar suspendida y cayó encima suyo teniendo como resultado que ese frágil cuerpo se lastimara con las astillas, al igual que sus heridas empeoraran.

Mierda... —gruño apretando sus parpados. Mitsu llevo sus manos a sus oídos intentando oír su alrededor, aturdida por el ruido y los golpes que recibió. Se sentó en ese cuerpo musculoso, aunque no estaba en sus cabales por lo que no se percató, solo tenía en mente huir cuanto antes.

Igual que aquella vez, de nuevo estaba herido y acorralado por todas partes. Desmotivado por todo lo que perdió hasta ahora solo le quedaba una salida y esa era la auto-destrucción.

Por el contrario, su "agradable" presa apenas comenzaba a recobrar el sentido y muchos pensamientos se cruzaban por su mente desde el inmenso dolor que sentía en todo el cuerpo hasta la situación en la que estaba; por seguridad comenzó a palpar todo su cuerpo asegurándose de no tener ninguna lesión.

Allí fue donde se percató que tenía un "cómodo" asiento, un cómodo y fibroso asiento que emitía extraños ruidos los cuales no tardo en reconocer. Al voltear a verlo se cruzó con esos ojos plateados que transmitían algo de dolor en su mirar, tenía sentimientos encontrados como satisfacción pero también pena.

Conspiración Yautja (Piloto)Onde as histórias ganham vida. Descobre agora