Cómo Entrenar a tu Shen Qingqiu

La apuesta sin riesgos... o eso cree él

Hua Qing no tenía forma de saber lo que pasaba por las mentes de los dos jóvenes, pero reconoció que las sospechas de Shen Jiu eran válidas. "Eso será un salto de fe que tengo que dar. Aquí están los fondos necesarios para quedarse en esta ciudad hasta que llegue el momento", dijo mientras dejaba una bolsa pesada en las manos de Yue Qi, que temblaba un poco porque nunca antes había manejado tanto dinero.

"El tiempo dirá si mis esfuerzos darán resultado. Los veré a los dos de nuevo algún día".

Y tan de repente como apareció, Hua Qing desapareció. Viendo esa espalda alejarse tranquilamente, los dos niños ,que fueron dejados atrás, de repente se sintieron perdidos. Shen Jiu nunca esperó quedarse mucho tiempo cerca de Hua Qing, pero como los sacó de un infierno y los dejó en una ciudad extranjera con ropa limpia y dinero, probablemente suficiente para vivir durante más de un mes, se sintió bastante desorientado. Insistiría en que el hombre era un lunático que no sabía cómo pasar mejor su tiempo. Pero todo parecía demasiado bueno para ser verdad, y probablemente lo era. Pero Shen Jiu no pudo evitar mirar a Yue Qi, como si el mayor tuviera respuestas a su confusión. Por una vez, el elocuente hermano Yue Qi, se encogió de hombros, impotente.

"...El mencionado en la adivinación eras tú. Me quedaré a tu lado dondequiera que vayas, Xiao Jiu. Si quieres huir, podemos huir. Si quieres quedarte, nos quedaremos".

"Pensé que me dirías que me portara bien y que hiciera lo que el hombre dijo."

Fue sorprendente que Yue Qi cediera la toma de decisiones a Shen Jiu, incluso si lo que dijo tenía sentido. Yue Qi guardó la bolsa de dinero, sin querer llamar la atención. Él mismo, en circunstancias normales, habría hecho lo que Shen Jiu dijo que haría. Pero en el fondo de su mente había un sentimiento molesto del que no podía deshacerse. Él anduvo cuidadosamente alrededor de ese tema, "Lo haría, pero Xiao Jiu... parecías tan cauteloso con el hombre, aún más de lo usual. Si realmente te sientes incómodo haciendo lo que te pidió, entonces no quiero forzarte a hacerlo. No lo sabría si nos escapáramos".

Así que Yue Qi se había dado cuenta de lo cauteloso que era Shen Jiu con Hua Qing. Incluso el propio Shen Jiu no podía explicar porque tenía una desconfianza tan fuerte contra un hombre con el que se habían encontrado hacía solo unos días. Quizás fue por lo amable que había sido, o por la manera proactiva en que Hua Qing le demostró que Shen Jiu era incapaz de medir cuánta de ella era genuinamente la bondad del hombre y cuánto de ella era alentada por sus propios intereses. Él se habría sentido mucho más reconfortado si Hua Qing hubiera sido más frío y hubiera dejado muy claro que estaba haciendo todo esto para servir a sus propios propósitos. Shen Jiu al menos entendía a la gente que estaba motivada por sus deseos; él era una de esas personas.

Claro, era lo suficientemente despreciable como para tomar el dinero y huir. Pero una vez que el dinero se acabara, ¿dónde los dejaría eso? Yue Qi era capaz de sobrevivir, siendo capaz de leer y escribir un poco más que Shen Jiu. Era amable y cortés, con el trabajo adecuado podía prosperar. Pero Shen Jiu apenas podía hacer nada de eso, era esencialmente alguien que no se ajustaba a los estándares de la sociedad. Tan joven como era, Shen Jiu lo entendía y eso lo hizo sentirse amargado. Esta fue la razón principal por la que la oferta de Hua Qing sonaba tan tentadora.

La cultivación no estaba fuera de sus habilidades si así lo decidía. Y ser aprendiz de una secta famosa significaba que había un techo seguro y comida. Si lo deseaba, Shen Jiu podía pasar sus días afilando la mente y el cuerpo para que nadie pudiera volver a despreciarlo nunca más. En cuanto a la petición de Hua Qing, podría dignarse a cumplirla en su tiempo libre; si su encuentro con este Luo Binghe estaba destinado, entonces sucedería finalmente mientras estuviera en la secta Cang Qiong.