Al pobre chico casi se le cae la taza por lo que acababa de decir. Se giró hacia su tío y le preguntó tímidamente:

-¿L-la tía Kizuki va a venir...?

Kizuki Chitose era la prima de Hisashi, pero a él y a Izuku les dijeron que la llamaran siempre tía Kizuki. Ella vivía en una gran casa con un montón de horribles perros y gatos, y no les visitaba mucho porque le costaba separarse de sus animales. Sin embargo, las pocas veces que había ido quedaron para siempre en la memoria de Kirishima, y aún no podía superarlas.

-Kizuki estará aquí una semana. Y  quiero dejar algunas cosas claras.-Apuntó al pelirrojo con su dedo mientras le miraba acusatoriamente.-La tratarás con respeto siempre, y con un lenguaje adecuado. Kizuki no sabe nada de tu anormalidad, así que no quiero ninguna exhibición extraña mientras esté aquí. Y le hemos dicho que vas al Colegio San Bruto para Jóvenes Delincuentes, más te vale no desmentirlo.

Kirishima miraba con enfado a su tío. El tener a esa horrible mujer cerca suya iba a ser una tortura. Hisashi salió de la sala, y de repente Eijirou tuvo una idea.

Dejó su taza y corrió para alcanzar a su tío abriendo la puerta del coche. Al verle ahí parado, Hisashi se extrañó.

-Tío, quiero pedirte algo. A los de tercer año en nuestro colegio... Les dejan ir al pueblo vecino. Necesito que me firmes una autorización.

Y no era mentira. A partir de tercer año, a los alumnos se les permitía ir a un pueblo llamado Hogsmeade que estaba cerca del castillo. Era un sitio enteramente dedicado a la magia, y tenía muchas ganas de ir. El único inconveniente era que se necesitaba una autorización paterna, o de un tutor legal, y en el caso de Eijirou esos eran los Midoriya.

El hombre entornó los ojos.

-¿Y por qué haría yo algo como eso, niñato?

Kirishima se esperaba esa reacción, y esbozó una sonrisa mientras se cruzaba de brazos.

-Porque sino se me podría escapar algo mágico, o que no estudio en San Bruto, y seguro que a la tía Kizuki no se le olvidará lo que diga, por mucho que luego me castigues.

El chico vio satisfecho cómo su tío se ponía blanco de miedo, pero para su desgracia se recompuso y le amenazó con las llaves del coche.

-Te la firmaré sólo si te comportas toda la semana, de lo contrario olvídate de esas excursiones.

Hisashi se montó en el coche y cerró de un portazo la puerta. Kirishima vio como se iba por la carretera, y cuando le perdió de vista entro en la casa y fue hacia su cuarto sin dirigirse nuevamente a la cocina.

Cuando entró sacó a Hedwig de su jaula y le indicó que se fuese a casa de Denki. Una vez se fue él se dedicó a recoger todas las cosas que se pudiesen confundir con algo mágico. Metió en una bolsa los deberes de Hogwarts para posteriormente esconderlos bajo un tablón debajo de su cama y esperó a que le llamasen para recibir a Kizuki.

Una hora después de que Hisashi se fuese, el timbre sonó. Bajó las escaleras lo más lento posible y cuando ya estaba en los últimos escalones se vio aplastado por una enorme maleta.

Levantó la cabeza como pudo y observó a su tía abrazar (o más bien asfixiar) a Izuku. Él se quedó bajo la maleta con la esperanza de que no se fijase en que estaba allí.

Kizuki terminó de abrazar a su sobrino, y tras depositar un beso en la mejilla de Inko, fueron todos a la cocina dejando a Kirishima solo en la entrada.

Con un suspiro de resignación, tomó la maleta y fue hacia el cuarto de invitados en el que Kizuki se quedaría esa semana, y después fue al suyo. No bajó hasta la hora de la cena, donde se sentó lo más alejado que pudo de la mujer.

Eijirou Kirishima y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora