☀️ (5) Creo que vale la pena luchar por lo que quieres

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Dejo caer las sabanas al suelo y procedo a ponerme el pantalón.

Todos aquí han visto mi trasero. Las duchas de los cambiadores no tienen separadores así que todos conocemos los penes del otro. Ya estoy acostumbrado. Además, ellos también conocen mis marcas, aunque no la razón, sin embargo, la oscuridad no les deja ver mucho mí cuerpo.

— ¡Dios! ¿De verdad haces esto aquí? ¿Y si entra Francesca nuevamente? —Valen grita de golpe.

— ¡Cálmate, mierda! Me la llevare ahora mismo —prendo mis pantalones y hago una seña a Rebecca con la cabeza—. Vamos.

Ella me sigue sin chistar con sus zapatos en una mano.

Luego de conducir un largo rato, llegamos a un barrio privado protegido por rejas y vallas con electricidad. A través de estos, puedo ver las grandes casas que se encuentran dentro de la protección de estos muros.

Demonios, esta chica es millonaria. Pude haber hecho mis negocios con ella fácilmente. Sin embargo, no me rebajaría así con alguien de mi edad. Eso es humillante. No necesito que mi vida sea más humillante de lo que ya es.

Se quita el casco que Matías me prestó y me lo entrega. Me quito el mío para poder hablar con libertad.

—Lo siento por eso —digo.

Mi rostro permanece duro y serio. Me considero un chico algo cruel a veces, pero creo que se merece una disculpa, después de todo, esta vez yo tuve la culpa. Además, esta chica me agrada un poco. No parece plástica como las demás con las que estuve, sin embargo, tiene el material para poder serlo con facilidad.

Baja la mirada y coloca un mechón detrás de su oreja, con timidez o nerviosismo, no logro distinguir bien.

Sería algo estúpido que sienta timidez como si hace unos minutos no estuviéramos follando.

—No pasa nada. Lo entiendo.

—De acuerdo.

A punto de colocarme el casco de nuevo, ella habla.

— ¿Es tu ex?

Frunzo el ceño.

— ¿Quién?

—La chica rubia que nos encontró —habla en voz tan baja que me inclino un poco para oírla.

Abro los ojos, sorprendido cuando entiendo.

—Em, no, ¿Por qué lo dices?

—Es que... no lo sé, tal vez sigo ebria. No es nada —ella se encoge de hombros, restándole importancia. Se aleja, pero bajo de la moto y tomo su brazo. Asustada, abre los ojos como platos y la suelto.

Esa mirada de miedo que me da es la que me hace alejarme de las personas. Es como si todos supieran que en el fondo no soy alguien bueno. Solo soy el descendiente de un padre que más bien podría ser un monstruo.

Me aclaro la garganta.

— ¿Por qué lo dices? Dímelo.

Sonríe con nerviosismo— Bueno, yo solo, he visto que ella te miraba como...con dolor o decepción. Se nota que está enamorada de ti. Bueno, eso vi yo al menos. Tú también lo estas —aclara.

Ahora si alzo las cejas tanto que podían unirse con la entrada de mi cabello.

— ¿Qué?

—Sí, bueno, es por eso que pensé que eran novios. Estaba tan nerviosa allí cuando los vi a ambos. Pensé que ella me ahorcaría o algo por estilo, pero me quede tranquila cuando la vi mejor, parece buena persona, es tímida. Además, tú también la mirabas como si estuvieras pidiéndole perdón. Por no olvidar que dijiste su nombre mientras lo haciamos —sus ojos brillan con algo de dolor y sus mejillas quedan algo rosadas. Me congelo por completo—. Si ambos no son nada, pueden fácilmente serlo. Es muy obvio que ambos se gustan.

A Prueba De Ti [T#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora