☀️(38) Quiero que hoy duermas en mis brazos

1.6K 99 29
                                    


(FRANCESCA BOWEN)

—¡¿Qué estas con quién?! —grita Vicky con los ojos tan abiertos que estoy segura que se le van a salir de lugar si sigue así de eufórica.

—¡Shh! —trato de silenciarla. Mi cara arde—. Dios, no debí pedirte que trajeras mi teléfono —musito, agobiada.

—¿O sea que pensabas ocultármelo? —Vicky parece ofendida.

—¡Estas gritando y esto no lo sabe nadie! —reprendo—. Si mi hermano se entera que tengo algo con Thomas, lo mata y a mí me encierra en el sótano por cien años.

—Dios, no lo puedo creer —Vicky se ve en shock. Tiene la boca abierta formando una gran "o" con sus labios.

—Así es, yo me sentía de esa forma la vez que los descubrí —Lucy y Vicky comparten una mirada cómplice—. Y si, ahora mismo sentimos envidia, rubia. Porque uno, sales con un chico jodidamente caliente; dos, es un chico misterioso —enumera, y yo hago una mueca—, tres, es de último año, y cuatro... bueno, no hay otra cosa, pero ¡Dios! Casi me da un orgasmo de solo pensar en Thomas.

—¿Cómo se ve en bóxers? —pregunta Vicky ahora sonriendo.

—¿Tiene la polla grande como una ballena? —espeta Lucy. Mis ojos se abren.

—¿Lo besaste?

—Dios, cállense. Vicky, tu hermano ronda por aquí y tú dices estas cosas —escondo mis mejillas.

—Oh, vamos, el hermano de Vicky ha visto tantos penes. Es su comida favorita. Apuesto a que se uniría con gusto a nuestra charla pervertida.

Escondo mi rostro en mis brazos, apoyada en la encimera de la cocina.

Toda esta charla incomoda en la cocina de la casa de Vicky no habría pasado si yo no hubiera pedido a Vicky que me pasara mi teléfono de la encimera a su lado. Ahora sabe de Thomas y de mí.

Y un mensaje de Thomas que diga: <<Hola, rayo de sol, extraño besarte como no lo imaginas, ¿Cuándo nos vemos?>>, no da exactamente la posibilidad de soltar una buena mentira. Al momento en que lo vió, Vicky insistió en saber qué demonios estaba sucediendo, y bueno, gracias al cielo Lucy mintió a sus padres con respecto a nuestra reunión, porque si no estaba aquí para explicarle lo que sucede con Thomas por mí, no estaba seguro de poder decírselo, porque prácticamente ni yo sé que somos.

—Dios, enserio está pasando, ¿te tiras a Thomas? —pregunta Vicky con un destello de emoción en sus ojos.

—No...

—No se lo está tirando, sabes que Francesca prácticamente suda agua bendita. Apuesto a que ni siquiera se manosearon —balbucea Lucy. Le fulmino con la mirada.

—No, apuesto a que hicieron algo —dice Vicky. Me sonrojo—. Thomas es el epitome del sexo, algo de perturbada ha de estar Francesca. Es imposible que no lo este.

Recuerdos de cuando Thomas irrumpió en mi habitación llegan a mi mente y meneo la cabeza, tratando de distraerme.

—¡Oh, por Dios! Estás roja como una fresa, rubia, ¿Ya no sudas agua bendita? ¿Qué perversión te hizo hacer Thomas?

Niego—No es nada —mi cuello cosquillea como si mi sangre allí burbujeara de lo caliente que me puse.

—Oh, vamos, dilo —dice Lucy—. Todas somos unas terribles puercas aquí, Vicky ya tiene el agujero abierto, yo también y he chupado suficientes salchichas como para tener pudor por cosas como esas. Solo te falta a ti, ¿Qué hicieron? ¿Se la mamaste? ¿Te lamió?

A Prueba De Ti [T#2]Där berättelser lever. Upptäck nu