Capítulo 20 - A un paso de la muerte

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Adam Rowlan

Ha pasado una semana desde la última llamada de Tara. Desde entonces Ivanna y yo hemos palnanificado un plan para salvar su vida.

En los últimos días Ryan se integro cuando le hable de la situación. También le explique como  sucedieron las cosas, desde entonces es como una piedra en el zapato. James viajo a Texas hace dos días, según lo que nos explicó, se debe a que su padre le informó sobre unos inversionistas que deseaban hacer un trato con él, James es propietario de una de las compañías petroleras más exitosas del país.

Observo el móvil que tengo en mis manos, con la última ubicación de Tara y preguntas se forman en mi mente... ¿Se encuentra bien?¿Él le habrá hecho daño?¿Por qué quiere poseer su secreto? ¿La familia de Tara ya lo sabe?¿Por qué su tía es una persona sin corazón, que desea poseer riquezas, teniendo un amante millonario y buscado?

El tiempo que pase con Tara, me hizo entender que la venganza no lo es todo, que existen personas que aún conociendo tu pasado y tus secretos te apoyan en tus desiciones aunque eso signifique que las puedas perder por un absurdo pasado que te ha marcado.

La mayor parte fuera de la cabaña, me dedicaba a estudiar el pasado de Tara, un pasado que pocos saben y me odio a mi mismo por haber formado parte.

Lo siguiente que hacía era que me dedicaba a seguir los pasos de Rusell y de su mano derecha. Ambas cobras eran igual. Cuando le hable a Ryan sobre la situación, le pedí que me ayudara a vigilar a Tara.

Dejo a un lado mis preguntas y recuerdos para observar nuevamente el móvil en mis manos, con la esperanza de que este suene para escuchar la dulce voz de Tara

Si, debo admitir que Tara me atrae, no fue hasta que la secuestraron que me dí cuenta de mis sentimientos hacia ella, sentimientos que creí extintos. Su forma de ser me resultó atractiva, su fuerte carácter me hacía recordar a mi padre...Sus delicadas manos, sus ojos, su forma de pensar e interactuar con las personas y su gran corazón, a mi madre...

El tiempo que pase con Tara en el hotel, la trate como un objeto y ella no se lo merecía, ella incluso ni lo recuerda

Mis pensamientos se negaban a aceptar el echo de que había sentimientos hacia ella aunque en el fondo esperaba que si resultaba lo contrario solo espero que ella me corresponda

- Adam ya la hemos ubicado - observo a Ryan un poco desorientado por su comentario

- La ubicamos en una vieja farmacia en las afuera de la cuidad - comenta Ivanna

- Perfecto - me levanto del sofá y camino hacia la mesa donde esta ubicado el mapa - empezaremos está noche...

Tara Castillo

Estar atada a una silla por una semana no es nada lindo. Mis muñecas me arden, mis ojos se encuentran vendados y la soga que tienen sujetos mis pies casi no la siento.

- Hola muñeca - escucho hablar una voz grave - el jefe viene esta noche

- Me llevan diciendo eso hace una semana y su dichoso jefe ni señales de humo - contesto molesta

- ¿Por qué te molestas muñeca? - pregunta burlón

Guardo silencio. Es lo mismo todos los días, él entra se burla en mi cara y luego se larga. Si no estuviera atada, estoy segura que ya lo hubiera matado

- ¿Acaso no tienes a otra a quien molestar? - pregunto de mala gana

- ¿Crees que si hubiera otra persona a la cual molestar, estaría aquí perdiendo mi tiempo?

¿Por qué ellos siempre tienen las buenas líneas?

Eso querida Martha se llama injusticia

- ¿Nunca te dijeron que es de mala educación responder una pregunta con otra?

- ¿Nunca te dijeron que te ves más hermosa con la boca cerrada?

Sonrío de lado al recordar la misma pregunta de Ryan - Si, unas ciento cincuenta veces ¿Por?

Exagerada es poco

A dormir Martha

Una carcajada hace eco - Vaya ¿A quien tenemos aquí Marco? - pregunta una voz más gruesa que la anterior

- Ella es Tara Castillo señor - responde el tal Marco

- Umm... Bien, me gusta lo que escucho - pisadas son audibles por la habitación - ¿Dónde lo tienes escondido? - una respiración se hace presente en mi oreja - ¿Dónde lo tienes escondido? - pregunta nuevamente cerca de mi oído

- No... no se de... de que me esta... hablando - tartamudeo. Un golpe en mi mejilla hace voltear mi cabeza al lado derecho

- ¡Eres una perra! - grita - Espero que cuando él llegue te haga hablar - dicho esto, escucho como se aleja y la puerta es cerrada con fuerza

Lloro en silencio. Cada día es lo mismo, pero hoy... hoy fue diferente. No tengo ni la menor idea de lo que ese sujeto hablaba; no se a lo que se refería con el ¿Dónde lo tienes? Si bien he aprendido estas semanas, es que las personas que se encuentran en este lugar ocultan algo entre ellos mismos... algo que no se atrevan a mencionar frente a otros de sus compañeros.

Cuando me encuentro sola en este lugar, atada a una silla, con una venda en los ojos y la poca esperanza que me queda pienso en mis amigos... Lo que me motiva a seguir con esta tortura día a día, es saber que ella se encuentra a salvo...

Dejo de lado mis pensamientos al escuchar la puerta ser abierta y pasos. Luego siento como alguien se coloca detrás de mi y me quita la venda. Cierro mis ojos al instante cuando la luz de la bombilla me golpea, a los segundos abro mis ojos lentamente y observo nuevamente el lugar donde me han mantenido cautiva estas semanas. Dos hombres fuertes se encuentran detrás de un hombre haciendo función de guarda espaldas. El sujeto frente a ellos es de tamaño mediano, porta un traje, de ojos verdes, cabello oscuro y una sonrisa sádica; él me observa.

- Hola querido - escucho una voz femenina que reconozco al instante. La bruja de Támara entra a la habitación y se coloca al lado del sujeto - te extrañe guapo

¿Guapo? Si parece mi abuelo

- Yo también amor - le responde él mientras la toma de la cintura y la besa con necesidad

¡Por favor hay niños presentes!

Hago una mueca de disgusto al ver como él y la bruja de mi tía se besan

Dios, si este es mi castigo por favor que pare

Diosito sabes que aveces Tara suele ser una puerca pero te suplico que la escuches y detengas esta tortura y te prometo que será la mejor monja de la iglesia

¿Acaso me estas negociando desgraciada?

No te estoy negociando solo estoy proponiendo una solución

¿Y proponer es decir que a cambio de que me convierta en monja él detenga esto?

Si lo pones de ese modo pues si, se puede decir que te estoy negociando

- Hola ¿Cómo estás Tara? - pregunta una voz masculina

Mi tía y el viejo, se separan al escucharla, los guardaespaldas se hacen al lado de la puerta y esta se abre dejando ver una figura masculina. Mis ojos traten de ver al dueño de esa voz tan familiar, pero la falta de luz me lo hace imposible. Él, al observar mis intenciones da un paso hacia adelante dejándome observar su rostro. Mis ojos se abren como platos y un nudo se forma en mi garganta, lágrimas se acumulan en mis ojos, siento como mi corazón se detiene al verlo

Ahí frente a mi, apuntandome con un arma... Se encontraba Sergio...

Giro Inesperado [Editado] Where stories live. Discover now