Capítulo 2: Reinos de la Tierra Media.

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-Ahh, me duele todo- dijo Iida.

-Yo tengo a dos encima- resongó Sero.

-No podemos quejarnos. Somos bendecidos de tener a los Sabios para que nos entrenen- les dijo Mirio- Somos fuertes gracias a ellos.

-Es cierto- dijo Kirishima- Además debemos proteger a nuestro futuro rey- los ojos del pelirrojo fueron a dar sobre el cenizo.

Bakugō abrió para mirarlo, de todos, Kirishima era el más cercano a él, de alguna manera se sentía seguro cuándo el chico estaba a su lado.

-Katsuki sabe que estaremos siempre para protegerlo- les dijo Shinsō.

-No quiero sacrificios- habló el futuro rey- Yo también los protegeré a ustedes o no sería un buen líder.

-¡Viva la hermandad!- gritó Mirio.

Luego de un rato, salieron de las aguas, todos se fueron, dejando solos a Kirishima y Bakugō. Ambos salieron, con sus fornidos cuerpos mojados. Las gotas caían con gracia, resbalando por aquellos músculos marcados. El pelirrojo protegía de manera única al príncipe, por lo que sólo sus ojos podían ver su piel completamente desnuda.

-Katsuki- la voz de Kirishima resonó con cierta sensualidad. Se puso tras el cenizo tomándolo por sus pectorales, para aferrarlo a su cuerpo y poder así, morder su cuello.

 Se puso tras el cenizo tomándolo por sus pectorales, para aferrarlo a su cuerpo y poder así, morder su cuello

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El cenizo hizo un pequeño gesto de dolor, sus mejillas se tornaron rojas. Estaba acostumbrado a las caricias que le brindaba el pelirrojo, no se quejaba, pues tenían una relación más especial, algo más íntimo.

-Ahh...- dejó salir un pequeño gemido, mientras Kirishima bajaba una de sus manos, apresando el miembro del príncipe- Ahh...Eijiro...

-Sólo quiero que te sientas bien- le dijo comenzando a masturbarlo.

El cenizo apretó los dientes, tratando de ahogar los gemidos que amenazaban con salir. Criarse con la guardia real era una cosa, pero sentía a Kirishima muy cercano, casi cómo un hermano. Aunque ambos estaban conscientes que no lo eran.

La mano del chico viajaban por el cuerpo del cenizo, mientras la otra apresaba su falo, acariciando dulcemente el glande.

-Ahh...

-¿Puedo?.

-Está bien- susurró el cenizo. Y era así, Kirishima se recostaba sobre el piso, mientras Bakugō se acomodaba sobre su duro miembro. Acostumbraban a darse placer en el silencio de la noche- ¡Ah! Mierda- dijo al sentir la dura carne entrando por su culo.

Eijiro desde abajo se deleitaba con tan bella imágen. El cuerpo de Katsuki había sido tallado por los mismos dioses. Era hermoso, fuerte, varonil, masculino y además él era muy inteligente. Un conjunto de perfección en una sola persona.

El cenizo movía sus caderas en un vaivén de placer, Kirishima levantó un poco sus manos, enlazando los dedos con su príncipe, mientras éste seguía a un ritmo acelerado.

Reino de Cristal ❄️💥 [BakuTodo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora