¡Joder! ¡Imbécil sin filtro, contrólate! Jodido idiota que eres. 

—No te olvides de las conferencias y lanzamientos de libros —acotó con diversión.

Parpadeé sorprendido de que tomara con tanta naturalidad mi atrevimiento. Suavizó el tema como si nada con una simple frase. Realmente era increíble. 

—Está bien, Nicolás. Aquí no queremos gente que trabaje y no tenga una voz propia. No somos un lugar muy tradicional. Sí, estamos en un edificio que se ve hasta patrimonial, pero... sinceramente creo que eso es algo bueno, hasta un poco mágico —confesó con rapidez y humor—. ¿Por qué quieres trabajar aquí?

Estoy preparado para esto, solo tengo que responder como lo estudié y, por supuesto, ser honesto, es mi mejor opción.

—Porque una de las pocas cosas que amo en mi vida son los libros. He leído muchos a lo largo de mi vida, pero los que más he disfrutado y se quedaron en mi biblioteca personal fueron los de ustedes. Creo que son los mejores editando libros de fantasía, pero también tienen un exquisito repertorio de misterios atrapantes, sus autores de ciencias humanas son unas eminencias, además de que  todos mis profesores de diseño publican con ustedes sus libros y novelas gráficas.

Sus cejas se alzaron con sorpresa para luego esbozar una pequeña mueca de aprobación. Se acomodó en su asiento para luego seguir con la conversación. 

—¿Prefieres nuestros libros académicos o novelas? 

—Honestamente... sus novelas juveniles. Creo que uno tiene más libertades y es un poco más divertido trabajar esos libros, por lo menos como gusto personal.

—Desde el punto de vista del diseñador, no estoy tan segura, las novelas son más simples de trabajar que algunos libros académicos, por el asunto de las citas, notas al pie, e imágenes —argumentó con amabilidad.

—Por supuesto, pero aun así como ávido lector y como diseñador, prefiero los juveniles. Quizás es porque he invertido más dinero del que puedo permitirme en su colección de novelas.

No debí hablar de mi escasez de dinero. 

Miró la pantalla de su computador frente a ella y esbozó una pequeña sonrisa. No sabía si me aceptarían aún, porque quizás mis respuestas les parecieron muy infantiles para trabajar con ellos. A pesar de eso, mantenía mi esperanza.

—Nicolás, última pregunta: ¿Por qué deberíamos contratarte a ti a pesar de tu cero experiencia? —preguntó desafiándome con la mirada.

En ese segundo sentí que el tiempo se volvía más lento solo para permitirme tomar aire y organizar mis pensamientos.

¿Qué era lo indicado?

Decir mis fortalezas institucionalmente como ponemos en los curriculum, engrandecer mis habilidades, demostrar seguridad. Eso es lo que dice el manual, el problema es que yo no era así, no me gustaba alardear sobre mí, tenía poca confianza, y lo peor es que era ansioso.

No, no podría hacer lo que habíamos ensayado con mis compañeros de facultad. Joder como odio improvisar. 

—Porque creo que vieron algo en mí —contesté tratando de no titubear y sostener la mirada de Scarlett—. Sé de buenas fuentes que ni siquiera consideran a las personas sin experiencia para una entrevista, también sé que han hecho muchas a lo largo del mes, y si estoy teniendo esta oportunidad es porque no han encontrado lo que buscaban. Quiero creer que eso que buscan soy yo y se dieron cuenta de ello al ver mi portafolio.

»No voy a mentirte Scarlett, estoy muy nervioso ahora mismo y de per se soy muy ansioso, por lo que sufro mucho estrés, pero hay algo que siempre me ha aliviado y calmado como si se tratara de un milagro; eso es sostener un libro en mi mano.

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