Ángel de las meninas, cubo de los enlaces, necios de turba calles y formula para enjambres sociales.
Frente a un lago congelado, estrella un incienso en lo delgado, frágil su fragmento de fermentos desocupados, que podía romperse la copa por la efervescencia de su soda, y más endeble el filo de su papel aunque corte su piel, y más la letra transcripta para mover concretos y mostazas donde el ahorro se destaca la estaca que acata, y oportunidades donde se enfrascan, en las literas de sus sobornos.
Hay que darle muchos ahorros, si, para que pondere su crecimiento, y nadie se arriesga a ver florecer el conocimiento brindado por tanto escudriñar, y saber sobre la realidad, mas no perecer al ver peones de metal, jugar como damas de cristal.
Y así se despidieron unas Calcutas calculando ábacos de desaciertos, cauto hemos sido ante sustancias que se rebosan entre discernimientos, ¿qué cierto son estos dilemas que dilatan con sus seducciones?, son huestes andantes de todas clases y categorías que no te miman para que crezca la hebra de sus retoños, en persecutoria al revés, mil pasos que cuente hasta cien, confusión quita tiempos, para que seas a no ser lo que sean.
Collage del ácido ultraje de Mr. gánster Stein, nadar entre mareas de gentes, ¿no ves lo que hay esta vez?, Bill en el way, en un conjunto de zoológicos de dominios castos, en conjuros de master magos, por gracia al olvido común de villanos, por milimétricas distracciones de honrados, conocen la ciencia del ser humano, oprimirnos en sus libertades en esclavitud a sus denominaciones, cuando alguien está despertando del sueño, más esencia para distraer, contraer y contraponer, humillar, digerir, avergonzar la vertical, resistir, en una noche de luces brillante, en la dilatación del espectro cerebral, donde la percepción de la iluminación de su inter materia, ha mutado por los elementos que han saturado sus condominios, rodando entre culebras y empaques de demencias, de ciencias inciertas por el juicio de malversadas lecturas, amores de vegetales y ensaladas de mariscos, un grito excretado, un atraso tirano de tirantes de oprobio, y vitaminas explosivas para yaguas de vitrinas, valor de dinamitas y dinamos oxidados, en la gracia de sus astucias, los guachimanes matusalén, Despiertan y respiran, y que la luz cambia de tono, arpones de Al capone en vigilia a urracas, en el baldío de sus parcelas, paralelo por decenas, condensados por docenas, el dulce amor de metano y caramelo de GUILLETT una vez al año.
Besos de necias penumbras, inocentes aprisionados a la soledad profunda, cocuyos que se lucen en iluminadas diabluras, sopera en riñones y que sus ruegos rujan en sus nichos sin devoluciones.
¿Nada a quien importar, por nada que perder?, pregunta el demonio de trapo en ganchos, en sus solsticios por resplandecer el fulminante cauto encanto.
