Después de todo eso hacen los valientes, ¿no?

Me encuentro en lo brazos de Dagan quien ama correr y me enseñó hacerlo. Es así como me doy cuenta que no necesito estar en la oscuridad en repetidas ocasiones, no cuando él me enseñó a poder huir de ella.

❃❁❃❁❃❁❃

Dagan se va poco después, excusándose en dejarme descansar.

Pero no quiero estar sola, ya no.

Me meto al baño y tomo una ducha rápida, dejando atrás todo lo del día anterior. Lástima que solo sea algo exterior.

Al salir Grisel viene a la habitación con una muda de ropa y yo la tomo agradecida. Pero antes de tirarla, saco la fotografía de mi padre guardándola en mi mochila.

Por último, cepillo mi cabello, mientras observo el gran ventanal que da hacia el bosque.

Árboles, solo árboles.

¿Qué habrá más allá?

Bajo la mirada y veo a River observarme con una sonrisa en su rostro. Sin titubear, lanzo el cepillo y corro con dirección hacia las escaleras pasando por la habitación de Dagan.

—¿Qué no se encontraba mal? — escucho murmurar a West.

—No cuando se trata de River — contesta Bunker.

Y era verdad, en parte lo era.

Salgo corriendo por la puerta trasera y ahí está él, esperándome con los brazos extendidos, sin pensarlo lo rodeo con mis piernas. Atrapa mi boca en la suya y me vuelvo líquida, ligera y transparente. Tal cual una gota de lluvia siendo arrastrada, tal vez no por el viento, pero sí, por un río.

Un gran río.

—Brenna —susurra contra mi sien — ¿Te sientes mejor? Sé que es una pregunta tonta pero... — hace una pausa —. Sabes que no fue tu culpa, ¿verdad? Tu abuelo te amaba, las ama demasiado.

Aprieto mis ojos.

—Lo sé, siempre nos lo demostró.

—Ahora es mi turno de demostrártelo.

Intento esconder mi sonrisa, pero es inútil cuando se trata de River.

—¿Tú estás bien? ¿Te encuentras mejor?

—Si te refieres a los hematomas por todo mi cuerpo, no del todo. Pero si te refieres a nosotros en este momento, estoy más que bien. 

Acerco mi rostro hacia él y planto mi boca sobre la suya mientras acaricio su cabello y delineo cada parte de su rostro, tratando de olvidar el miedo que sentí cuando vi su cuerpo sin hacer ningún movimiento.

Cuando mi corazón también dejo de latir.

—Tenia miedo, mucho miedo.

—Yo también — responde —.Sabes que no soy del tipo miedoso, pero cuando se trata de ti Brenna, es diferente. Jamás en mi vida había sentido tanto miedo de volver a quedarme solo. De dejarte sola.

—Sabes que no te dejaría, a menos que tú me lo pidieras— le aseguro.

—¿Estás consciente de que nunca te lo voy a pedir?

— Estoy en mis cinco sentidos, así que sí, estoy muy consciente.

—Espera... —frunce el ceño —. ¿Te refieres a que cuando te beso aún estás en tus cinco sentidos? eso es un gran golpe a mi ego gotita.

RAIN [Libro 1]Where stories live. Discover now