Sexto año

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Juliana no entendía la necesidad de hacer una fiesta de gala tras la graduación. Sinceramente, ¿a qué niña de doce años podría gustarle los eventos tan formales?, a ella al menos no. Así que se sintió ofuscada mientras su madre le tomaba fotografías con un lindo vestido de noche.
El mayor problema, dejando de lado el usar un estúpido vestido, era la fiesta. Ella odiaba las fiestas.
Bien, ella ni siquiera había asistido a una fiesta en su vida, pero cualquier cosa que la alejara de su cuarto y consola debido considerarse una abominación. Además, ella no se llevaba bien con sus compañeros, por lo que no entendía por qué debía de asistir.
No quería bailar con ellos, no quería compartir con ellos, definitivamente no quería divertirse con ellos.

Así que cuando el momento del baile comenzó y todos llenaron la pista, ella fue la primera en escabullirse hacia el pasillo. Solo quería que la fiesta acabará luego para que su padre viniera por ella.
Se sentó en una de las escaleras y sacó su celular del pequeño bolso que llevaba, comenzando a jugar, al menos así aprovecharía el tiempo.

Valentina caminó apresurada a través de sus compañeros que bailaban, buscando a Juliana, y se vio en la obligación de rechazar amablemente las invitaciones a bailar que recibía en el camino. Suspiró, apuntó de darse por vencida, una pizca de esperanza la iluminó en cuanto sus ojos se posaron en la entrada. ¿Juliana había salido?, la repuesta llegó a ella poco después.

Sonrió tontamente, como casi siempre hacia cuando le espiaba desde la distancia, y caminó silenciosamente hasta ella para tomar el sitio a su lado, provocando que el contrario gruñera como molestia; no necesitaba ser un genio para saber quién había llegado a acabar con su tranquilidad.

¿Sabes, Juls? — comenzó — Es nuestro último día juntas, sería bueno que compartieras con nosotros un rato — la menor ni se inmutó — ¿Acaso no te pone triste que no nos veamos más?

Iremos a la misma secundaria, idiota — chasqueo con la lengua, sin despegar su mirada de su celular.

Pero, ¿qué pasa si no somos compañeras, Juls?. Eso sería horrible, ¿no crees?, así que tenemos que aprovechar nuestro tiempo juntas — Juliana continuo jugando — Además — carraspeó, exigiendo su atención, sin obtener resultado — Pasaremos todas las vacaciones sin vernos, ¿eso no te pone triste?

No.

Juls...— la llamó con su tono caprichoso de voz —Vamos a bailar un poco.

No — respondió secamente, igual que siempre.

Por favor, solo un ratito — insistió — Solo baila un rato conmigo, ¿si?. Prometo dejarte en paz por el resto de la noche.

¿Lo dices en serio?, ¿de verdad me dejaras sola después? — Valentina asintió rápidamente, Juliana suspiro y guardo el teléfono en su bolso nuevamente — De acuerdo, pero más te vale que...

¡Si!, ¡Si, lo que sea! — y sin esperar más, tomó su mano para arrastrarla de regreso al baile.

Juliana casi sintió su cabeza dar vueltas cuando atravesó la puerta y la música en el interior sonó como un estallido. Todos ahí adentro parecían divertirse y ella se sintió repentinamente tímida a medida que Valentina la guiaba hasta la pista.

Val...— se detuvo, provocando que la contraria también lo hiciera — ¿De verdad vamos a bailar?

Por supuesto.

Pero somos dos chicas, esto es extraño — una mueca estaba formada en sus labios.

No lo es — sonrió, intentando tranquilizarla — ¿No hemos bailado muchas veces juntas en el club?, es casi lo mismo — Juliana miró a sus compañeros, quien bailaban con euforia sin seguir siquiera el ritmo — ¿Ves?, ni siquiera tienes que saber bailar, se trata de divertirse.

All This Years [JULIANTINA]Where stories live. Discover now