Summer after high school, when we first met

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La mujer de cabello cano tomó en sus manos un viejo disco de Radiohead. Se notaba que tenía sus años, ya que la portada estaba un poco maltratada. Ver este disco hizo que sus sentimientos volvieran a salir a flote y que sus recuerdos comenzaran a proyectarse en su mente, llevándola de nuevo a su juventud.

Último día de clases en la Academia de SHIELD.

La joven rusa caminaba por los pasillos de la gran escuela con una gran pila de libros en sus manos. Como sus clases terminaron temprano quería guardar todo sus materiales en su casillero para así poder estar libre y dar por concluido este año escolar. Sin embargo no todo salió como ella esperaba ya que antes de poder llegar a su destino, un idiota, así es como la rusa lo llamó, se tropezó con ella haciendo que cayera al suelo con todo y libros. Obviamente todo las personas que vieron aquello querían reírse pero no podían, ya que Natasha tenía cierta reputación y nadie se atrevía a meterse con ella, así que todos fingieron no ver lo que estaba pasando.

—Lo lamento..— dijo aquel chico de cabello cobrizo ofreciéndole su mano a la pelirroja para ayudarla a ponerse de pie.

—Idiota— murmuro la rusa mirando con molestia aquel chico. No quería su ayuda, ella podía sola, así que se lo hizo saber. —Yo puedo sola..— contesto con recelo mientras recogía sus libros.

—Tienes razón soy un idiota..— dijo dándole una sonrisa sincera pero la rusa ni siquiera lo miraba. —Insisto, yo tuve la culpa. Así que por favor deja de ser tan terca y déjame ayudarte con esto..— comenzó a recoger un par de libros antes de que Natasha pudiera tomarlos.

La rusa soltó un suspiro resignada a que aquel chico la ayudara. No le contesto simplemente asintió ligeramente con su rostro. Ella recogió la mitad de sus libros mientras que el chico recogió la otra mitad. Ambos se pusieron de pie al mismo tiempo. Natasha evitaba a toda costa la mirada de aquel joven. Su cercanía simplemente la ponía nerviosa. Y eso no le gustaba para nada.

—¿Dónde está tu casillero?— preguntó el cobrizo mirando a la pelirroja.

—Tan solo dame los libros y yo los llevo. Te lo dije antes y te lo vuelvo a decir "No quiero que me ayudes"— respondió ella mirándolo de reojo cubriéndose ligeramente el rostro con los libros.

Él solo soltó una suave risa al escucharla. Al parecer ella era bastante obstinada. Eso le gustaba. Pero el no se iba a rendir tan fácilmente, tenía que remediar su error, aunque ella no lo quisiera.

—¡Oye tú! ¿Sabes cual es el casillero de esta chica?— preguntó de lo más casual a un joven que venía pasando por el pasillo.

Aquel joven apenas iba a dar respuesta cuando la rusa soltó otro sonoro suspiro de frustración.

—Bien.. Es por acá..— la rusa camino delante de él haciendo un leve movimiento con su cabeza indicando que la siguiera.

El cobrizo sonrió ampliamente ante su pequeña victoria con aquella chica. La siguió sin decir una sola palabra hasta que ella se detuvo frente a los casilleros. La pelirroja sacó la llave de su bolsillo antes de introducirla en el candado. Abrió el casillero, metió los libros que ella llevaba y después giró suavemente sobre sus talones mirando a aquel chico.

—Mis libros..— pidió extendiendo su mano hacia el. Él rápidamente se los entregó y ella se dispuso a guardarlos junto al resto.

Una vez que cerró su casillero, se alejó ignorando totalmente al chico que estaba a su lado. Ni un gracias le dijo, simplemente comenzó a caminar lejos de él.

Pero él no iba a dejar de insistir, esa chica de ojos verdes y cabello rojizo lo tenía totalmente intrigado. Camino detrás de ella hasta que logró alcanzarla.

The one that got awayWhere stories live. Discover now