Tränen, Schläge und Umarmungen

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SAM POV

Mi niñez fue solitaria, mi padre nos había dejado a mi madre y a mí por otra mujer, mi madre no tenía tiempo para estar conmigo, pues la cafetería requería toda su dedicación y no teníamos dinero para vivir, así que tuve que resignarme a estar sola, salía todos los días al parque para poder leer mi libro de animalitos, era mi único medio de entretenimiento, pues los niños no querían jugar conmigo, en una de mis sesiones de lectura alguien se me acercó

- hola – dijo esa simple palabra, levanté mi vista y vi una niña mucho más pequeña que yo, era muy delgadita y su ropa muy grande, sin embargo, era muy bonita, su cabello rubio y ojos azules despertaron mi curiosidad

- hola – le devolví el saludo, nos quedamos mirándonos fijamente

- ¡has perdido! - ¿Qué hice?, solo he parpadeado

- de que hablas – le dije

- no podías parpadear, ¡estábamos jugando! –

- ¿y por qué no me lo dijiste? - dejé el libro a un lado y me lancé a jalar sus mejillas

- ¡no!, detente ¡duele! – se retorcía debajo de mi

- entonces te castigaré de otra manera – dejé sus mejillas en paz y acerqué mi rostro al suyo, saqué mi lengua y me dediqué a repartir saliva por todos lados –

- ¡no!, para... no me lamas – se retorcía como un pez

El resultado final... ella terminó baboseada y abochornada y yo terminé con mi vestido lleno de lodo

- solecito – le dije

- ¿mmm? – estábamos comiendo unas donas que mamá nos dio después de castigarnos por el desastre que llegamos hechas

- dime tu nombre –

- soy Kara ¿y tú? –

- soy Sam, y a partir de ahora vas a ser mi amiga –

- no se Sammy, eres muy babosa, pero las donas de tu mamá son muy ricas, así que si me das una dona todos los días tal vez te deje ser mi amiga - ¡que niña tan creída!

- ¡está bien! ¡pero solo una! –

- tenemos un trato Sammy – extendió su mano embarrada de glaseado, la mire un momento, sacudí mis hombros y la estreche con mi mano llena de mermelada de fresa, ese día hicimos un dulce juramento.

A medida que íbamos creciendo nuestra amistad se iba haciendo más estrecha, mi madre empezó a tratarla como una hija, y cuando hacíamos travesuras como robarnos los pasteles, a ambas nos mandaba a la esquina por un par de horas, la considerábamos una más de la familia.

En una ocasión, cuando intenté abrazarla supimos de la violencia por la que era sometida, sus costados estaban llenos de moretones y las piernas tenían cortes, mi madre enfureció y fue a poner una denuncia por maltrato... una denuncia que jamás trascendió, desde entonces mamá curaba sus heridas, aplicaba ungüentos para la inflamación y dejaba besitos curativos en sus cardenales para que sanaran más rápido, Kara lloraba y agradecía las atenciones de mi madre, y yo para consolarla le daba la fresa que coronaba mi pastel de chocolate, a pesar de que eran mis favoritas.

Cuando entramos a la escuela secundaria no lo podía creer, ella era un genio, a pesar de tener dos años menos que yo quedamos en el mismo curso, era demasiado aventajada, su memoria era prodigiosa y su creatividad era alarmante, despertó la envidia de unos cuantos, quienes empezaron a fastidiarla, a tratarla de fenómeno... y yo, me dediqué a protegerla...

Éramos un par de hermanas de distinta madre, pero con un vínculo que trascendía todas esas barreras, yo la amaba y ella a mí, fui yo quien supo de su primer amor, fui yo quien la consoló cuando esta la traicionó, y fui yo quien la apoyó a pesar de todo, sin saber que había momentos en los cuales no podía protegerla de todo el mal que asechaba este mundo

Y esa ocasión llegó en forma de festival deportivo, en forma de negro prepotente, divulgando un video donde claramente abusaban de mi pequeño amor... ella, al saberse humillada salió huyendo del lugar, y yo... solo me subí al escenario y le di la paliza de su vida, grave error, debí ordenar mis prioridades, debí estar allí para impedir que se fuera...

Un día, simplemente no apareció en nuestro lugar, me preocupé un poco y fui a buscarla, nadie me dijo nada de ella, y mientras esperaba a que volviera a mis brazos la noticia de su desaparición me golpeó hiriéndome de muerte... lloré desesperada y recorrí todo el pueblo buscándola, llamando su nombre y prometiéndole que nada malo le pasaría... pero el daño estaba hecho.

Decidí aferrarme a la otra persona que ella mas quería, su novia Lena, quien fue un gran apoyo para mí, y quien se convirtió en mi amiga, aunque al principio tenía mis reservas por su carácter, con su partida, solo podíamos hablar del utópico día en el que ella apareciera con su sonrisa inocente y sus ojos de cachorrito, yo la abrazaría y la golpearía, y Lena la besaría hasta dejarla sin aliento, se casarían, adoptarían muchos hijos de los cuales todos serian mis ahijados, tendrían dos perros y vivirían en la casa más grande del pueblo... pero pasaron los años, y ese momento jamás llego.

El orfanato se clausuro, y llego la noticia de que todos los niños serian dispersos por diferentes hogares del estado, Lena le pidió a su padre que permitiera a Winn quedarse con mi madre, el aceptó de buena manera, obviamente después de mover sus hilos, siempre estaré agradecida con los Luthor por darme la oportunidad de tener un hermano.

Al pueblo llegó un hombre, un ser despreciable que me acechó durante algún tiempo, una noche, al saberme sola se aprovechó de mí, dejándome embarazada, en ese momento tan oscuro necesitaba de mi hermana para que me escuchara y me aconsejara, sin embargo, ella ya no estaba allí... sufrí y lloré en silencio.

Meses después mi bebé habia nacido, una precisiosa niña de piel morena palida, cabellos negros y buen tamaño, recordé una conversación, donde Kari me decía que cuando tuviera una hija la llamaría Ruby, no tuve que pensar en cómo nombraría a mi pequeña, pues deseaba que llevara algo del ser que dejo un vacío tan grande en mi vida.

Lena volvía todos los años durante las vacaciones para ver como estábamos, su comportamiento se hacía cada vez más frio y distante con sus semejantes, con nosotras seguía siendo la chica cariñosa... lo atribuí a la perdida de nuestro amor en común...

Hoy, casi 8 años después, en un día común y corriente servía a los clientes, la campanilla sonó, pero no pude voltear, pues estaba centrada sirviendo dos cafés

- buenos días – su voz era envolvente

- buenos... - volteé para mirarla, mis ojos reconocieron esa mirada, ese cabello rubio, por la impresión solté la bandeja, sentí el calor del café correr por mis piernas, pero no me importó, solo ella importaba – tu eres... -

- Sammy, he regresado – esa típica sonrisa y esos ojitos de perrito apaleado ¡era ella!, ¡mi Kara!

- Kara... - dije derramando las primeras lagrimas...



AVISOS PARROQUIALES


Me había dado cuenta que jamás tuvimos una perspectiva de Sammy, así que he decidido hacerla, un pequeño pasabocas para saber un poco de su pasado, y como le afectó el asunto de Kara.

voten y comenten chicos, son mi inspiración para escribir

los amo pecadores

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