Capitulo 42

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Alexander

El principe Alexander es un mujeriego sin remedio que no puede parar, toma a cada mujer que tiene a la vista para hacerla suya por una noche, se  engañan por el romanticismo que desprende al salir con un principe pero la verdad es que no tiene nada de romántico.

No le importa mostrar una actitud sarcásticas ante las cámaras al presumir a su nueva conquista, se enorgullece de mostrarlas ante todos sus súbditos en Inglaterra.

Alexander estuvo toda la noche en vela,  escuchando la respiración de las mujeres dormidas a su lado en la cama. Sus respiraciones son suaves, logrando que sus senos desnudos suban y bajen al unísono, sus cabellos están regados por la cama y apenas sus cuerpos logran tocar su piel pero cuando una de ella trató de abrazarlo estando dormida, la alejó abruptamente.

Siente asco después de una noche de sexo asi que por eso prefiere cambia de dama cada vez que quiere, de todas formas puede tener a quien quiera.
Sin embargo cada mujer que a buscado, cada dama que se presenta ante él, que sus amigos le llevan para disfrutar, ya no se parecen a su madre, sino a Vanessa. Ya sea por su color se cabello o por el sonido de risa, siempre busca que le recuerden a ella y Alexander no podrá olvidar jamas cuando en medio de una sesión de sexo confundió a la dama con la doctora.

Cansado de una noche de alcohol y fiesta, se puso en pie y caminó desnudo hasta la ducha dejando a las dos mujeres en su cama, de todas formas no las volverá a ver jamás. Se alegró cuando al salir las damas ya no estaban, su cuarto y su cama están impecables de nuevo, no cabe duda que Benjamin hace un excelente trabajo.

¿Que haría sin él? Ni siquiera quiso mirar a la hija del duque cuando llegó llorando, pobre tonta, las reglas del juego estaban escritas y ella quiso jugarlo, ahora está perdida como todas las demás.

Su habitación está en silencio, de hecho toda la casa se siente vacia, sin vida. La presencia de Vanessa llenaba de vida este lúgubre lugar. No quiere expresar que el rompimiento le ha dolido y que todos estos días no ha podido dormir porque no puede quitarse de la mente la forma en que la corrió de su casa. Sus ojos, están grabados a fuego, llenos de lagrimas... Alexander a tratado de curar su corazón roto con mujeres ¿pero cuánto podrá durar así? Ya no puede más, el sexo es algo magnifico ¿Pero después? Esta vacío y completamente solo.

—Alteza ¿Donde quiere que tire las cosas de la doctora, en los contenedores de atrás como las otras damas? —

Alexander se detuvo y lo miro a través del espejo. Simplemente no puede tirar algo tan valioso, todo su trabajo, sus libros y hasta su ropa, era el único recuerdo que tiene se Vanessa y no puede perderlo. Sabe que durante esta semana cuando la necesitas de volver a ver o abrazarla esta tan grande hasta el borde de la desesperación, se esconde en su armario para oler el perfume que quedo impregnado en su ropa, esa es la única manera en que puede recordarla.

— Guárdalas en mi vestidor, cada cosa que haya dejado la quiero ahí. ¿Quedo claro? — respondió con dureza.

— Si Alteza — el sirviente no se retiro de la habitación y camino indesiso  hasta el principe, saco algo de su bolsillo y se lo tendió. — Encontré esta joya tirada en el pasillo, esta desbaratada pero creí que usted querría tenerla —

Le dio el colgante que le había regalado a Vanessa, aquella joya de cientos de años y su herencia familiar esta destrozada en mil pedazos. Creyó que se lo había llevado para recordarlo de alguna manera o quizá en algunos años se lo podría dar al bebé pero definitivamente no quiere saber nada sobre él. Lo tomó entre sus manos, queriendo juntar cada pieza y recordando la manera en que se veía colgado de su pecho. Lo guardo en el joyero de su mansión, ahí donde esta su Corona de principe.

THE PRINCES BRAIN [ Saga MÉDICOS parte 1]Where stories live. Discover now