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—J-jungkook... —musitó sintiendo como su garganta se cerraba

—Bien alumno Jeon, puede escoger su asiento como reciente integración al Instituto— habló amable tocando levemente su hombro dando una que otra palmada

—Gracias —reverenció divagando entre los lugares

Encontrando la cercanía perfecta con cierta persona. Encontró uní del lado derecho del menor.

—¡Jungkook! ¡¿Qué haces aquí?! —susurro mirándolo discretamente

—No iba a dejar así las cosas, sabes que no quiero que te hagan daño pecesito... — respondió tranquilo mientras sacaba sus libretas, sacadas no precisamente de una papelería

Los tritones también roban ¿cierto?.

—Después hablaré contigo seriamente... —fue la última frase que salió de sus labios, para continuar poniéndole atención al profesor quien anotaba en el pizarrón sin parar de hablar

Argumentando un sinfín de cosas que a nadie le interesaba.

¶ En el receso ¶

—Hobi... si quieres ve con Rose, necesito hablar con el chico nuevo— insistió el menor amable a lo que el susodicho asintió feliz y tranquilo

Lanzando una mirada coqueta antes de retirarse.

—Bien... ¿De qué quieras hablar mi caballito de mar?— se cruzó de brazos pero tenía un aspecto tranquilo

Estaban sentados en una banca con una mesa, esos lugares donde la gente de sienta a comer cómodamente.

Y además, últimamente Jungkook le llama a Tae de varias criaturas marinas que él considera Bellas, pero Tae no protesta para nada, es más, le gusta.

—Necesito que me digas muchas cosas

—Pregúntame lo que quieras

El mencionado suspiro y después empezó a hablar:

—¿Cómo te convertiste en humano? ¿Eres terco? ¿Acaso te gusta arriesgarte de esa forma? ¿Cómo sabes caminar? ¿Qué hay de tus branquias? ¿Puedes respirar bien? ¿Estas-?

—Shh, ya no hables más... —calló al menor con dos de sus dedos, tocando la comisura de sus labios delicadamente— te contaré todo, pero si dejas de hacer tantas preguntas ¿okay?

Tae asintió y Jeon retiro sus dedos.

—¿recuerdas cuando te dije que nosotros los tritones tenemos como dones y habilidades únicas? —Tae asintió, plasmando toda su atención— pues mi padre tiene el don de hacer cosas que en su mayoría, son dones difíciles de obtener, y uno de ellos es convertir a las personas en humano por un tiempo determinado

—O sea que... ¿No serás humano por mucho tiempo?— procedió a tomar un pequeño sorbo de su jugó de uva, que estaba en una caja de cartón sin que falte el popote claro

—No, le dije a mi padre que quería solo dos días...

—Pero... ¿Qué hay de tu "ingresó" A esta escuela?

—Mi madre... tenía el don de borrar la memoria de una forma dulce, una forma especial, una forma que no doliera... pero... antes de que muriera... nos dio un poco de su esencia en una perla que ahora es mágica, ahí está toda su esencia, y mi padre... me dijo que usaremos un poco de ella para toda esta escuela

—Vaya... me siento culpable— toco su pecho

—¿Por qué?

—Por mis problemas sociales, tuviste que malgastar dones y magia de tus padres para salvar a alguien que no lo merece...

La hermosa criatura marina •KV• ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora