Lena lo conoce, ya ha estado ahí varias veces. Las termas la ayudan a restaurarse, de una forma superior al descanso, como si le ayudasen a recuperar su luz. Ahora que se ha quedado sin luz, está deseando ir.

Angelare sí ha sido decorado. Es una ciudad tan volcada con la luz y los portadores, que antes de saber nada, antes del cambio de planes, ya se habían iniciado los preparativos. El séquito que escolta a la portadora entra por el sur a la ciudad. Ya desde la entrada se ve una calle enorme y muy larga que sube en cuesta hasta el palacio, bastante en la distancia. La vista que ofrece el palacio al final en las alturas es impresionante. Lo bello de Angelare y la multitud de gente en las calles hace que la entrada sea abrumadora. Como gladiadores en el coliseo el sonido de la gente es impactante, no se oye otra cosa. Flores y confeti llenan el aire. La hija de la luz va a caballo, y a veces tiene que pararse por bloqueos de personas que quieren saludarla. Los soldados que intentan controlar la situación no tienen la empatía y la experiencia de la guardia personal de Lena, y generan algún enfrentamiento.

Todos avanzan hacia palacio, despacio, disfrutando el momento. Ethan va delante de Lena, con Airo, saludando con la cabeza levantada. Airo no saluda.

—Como os gustan estas cosas. —Airo es de otra generación, y dada la experiencia que tiene, no da importancia a muchas cosas.

—No seas estirado. —Ethan sigue sonriendo a la gente, hablando mal por no querer quitar la sonrisa de su cara—. Mira, te adoran, déjate querer.

Airo se ríe. Saluda un poco.


----------------


El día ha sido planificado en su totalidad, todo está preparado. Cada invitado de honor tiene un asistente personal para servirle, indicarle todos los horarios y localizaciones, o cualquier otra necesidad.

Una vez se han instalado, lo que se ha programado primero es que Lena vaya a ver a Nathiel, el sacerdote máximo. Con la ausencia de Marduk, serán Airo y Ethan los que acompañarán a Lena. Airo es el primero en llegar, Nathiel estaba esperando, sentado en un banco. Se levanta.

—Hola Airo. —Nathiel los recibe mucho más humildemente que Ridas. Es un sacerdote bastante mayor. Algunos dicen que portó la luz de pequeño, pero que la escondió tanto para no ser capturado, que la luz lo abandonó—. Es una sorpresa muy agradable verte aquí.

—Hola Nathiel, me agrada verte. —Ambos se saludan afectuosamente.

Tienen unas palabras, al poco se une Ethan. Lena no acaba de aparecer.

—Es raro, Lena no suele tardar... —Ethan piensa que debería ir a por ella, y dado todo lo que ha pasado últimamente, se pone nervioso.

—Tranquilo, déjala, me imagino dónde estará. —Nathiel ríe levemente—. Pasad a la sala conmigo, tomemos algo, dejémosla descansar.


-------------------


Lena está con la cabeza apoyada en una piedra, y el cuerpo totalmente sumergido. El vapor del agua hace difícil ver las termas al completo, pero Jaina y ella pueden percibir que están solas. Han cerrado las termas, solo para ellas.

—Madre mía. —Lena no abre los ojos. Se la ve en una relajación máxima. Jaina está su lado, no encuentra una postura que la haga sentirse cómoda.

Jaina sigue buscando como colocarse, le da envidia lo bien que parece estar Lena.

—No me malinterpretes, esto de estar a remojo en aguas que sirven para cocinar está bien, pero... —Jaina se levanta, y se sale del agua.

Hijos de la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora