Matrimonio por Acuerdo

Capitulo 4

¿Dónde estaba maria?
Acorralada a la pared con quien decía odiar, bueno al parecer ahora no tanto.

Ambos se quedaron escuchando y maria le dio una tentación de risa de los nervios, Esteban sólo llevo su mano a la boca de ella para taparla y que no se escuchará nada.

Su madre algo logró escuchar, pero por más que miraba hacia los lados no podía ver nada, Esteban en su maldad mientras le tapaba su boca, jugaba a mordisquearle su cuello. Estaba en un estado de excitación y risa, disfrutando de ellos...
Cuando sintieron que la puerta se cerro maria empujó a Esteban para alejarse de su cercanía y salió de ese estrecho lugar en el cual se encontraban.
Esteban iba tras de ella, quería continuar, no quería que esto parara acá pero sin darse cuenta maria salió corriendo para dar la vuelta a la casa

-¡María! _en pequeño susurro tratando de gritar_

Pero no fue suficiente, está salió corriendo, a pesar de haberlo escuchado no quería volver atrás, le había caído en cuenta todo lo que estaba pasando, no quería ni imaginar que hubiera ocurrido si su madre no hubiera aparecido.

Abrió la puerta trasera y apareció su madre interrogandola

-¿Dónde estabas? Te escuche y salí pero no te encontré

-he... de seguro estaba dándome la vuelta ma _nerviosa trataba de avanzar para ir a su cuarto_

-¿De verdad?

-si ma, me entretuve jugando con las perritas de la vecina que habían atravesado la reja _que mentira mas estupida pensaba para sus adentros_

-¿Esos perros estaban acá?

-si ma, pero no te preocupes, ya los deje en la casa de al lado

-¿Porque vienes casi desnuda? ¿Y tu ropa?

-No estoy desnuda ma, este chaleco me cubre

-humm ¿Porque vienes así? ¿con quién estabas?

-con Esteban _revoloteando los ojos_

-¿Esas son fachas de andar con el?

-me llevo a la playa, jugamos ahí, la ola nos mojó y yo no tenía otra muda, el me pasó su sudadera eso es todo _aburrida de esa interrogatoria, se dio la vuelta para irse_

Carmela iba a volver a replicar palabras pero se quedó con ellas en la boca porque maria salió casi corriendo, le parecía extraña la actitud de su hija, conociendola sabía que algo raro había pasado.

Llegando a su habitación corrió hasta su cama para tirarse encima de ella, escondió su cara entre las almohadas dando un grito ahogado.

Se quedó con mil pajaritos en su cabeza, había estado en una situación tan fogosa que la había dejado a mil por horas, quería más a pesar de que nunca se había atrevido con Gerardo.
Estaba loca si en estos momentos pensaba en haber perdido su preciada flor de esa manera.
Entre tantos pensamientos su cabeza de apoco fue cesando sus pensamientos y se fue quedando dormida.

Cuando despertó el sol estaba más que arriba, miró la hora y eran las 12:18, demasiado tarde, se dio cuenta que se había dormido encima de la cama, aún se encontraba con el chaleco de Esteban, comenzó a oler y sentía el olor a húmedo y a su perfume, a su piel aghh, simplemente a él.