— ¿Helena está aquí? — dice sorprendido —. ¿Por qué?

— Dijo que pasaría aquí este fin de semana — me mira con incertidumbre —. Supuse que lo habías olvidado.

— Cierto. — Rasca su nuca —. Pero no lo olvide, bueno no del todo.

Intento no reír.

— No se lo digas, juro que mi memoria es mejor de lo que crees.

— Descuida, solo recíbela como a ella le gustaría.

— Caray, gotita dándome un consejo.

Frunzo el ceño.

— ¿Por qué siempre haces eso?

— ¿Hacer qué?

— Fruncir el ceño, ¿O solo lo haces cuando estás conmigo?

— No es por ti. — Le aseguro —. Lo hago inconscientemente.

— Bueno ahora sé que no me odias.

— No del todo — le doy una pequeña sonrisa y él me la devuelve.

❃❁❃❁❃❁❃

La lluvia comenzó a caer y los truenos retumban más fuerte que otros días. El viento azota contra las ventanas y estas tiemblan. River está recostado en el sillón mientras yo termino la tarea.

— ¿En serio no quieres que te ayude?

Es la tercera vez que se ofrece.

— Lo tengo todo controlado, gracias.

— Puedo de ser de gran ayuda, ¿Lo sabes no?

— Lo dudo, solo estas distrayéndome — digo negando con la cabeza.

Entonces un pensamiento me embarga de River, y es el que no asista a la escuela.
River se mueve de posición soltando un suspiro, el cielo retumba y la luz de repente se va.

Suelto un pequeño grito.

— ¿Vez lo que ocasionas por no dejarme ayudarte?

— ¿Yo? — señalo mi pecho.

— Ni modo que sea yo.

Con la poca luz que se filtra por la ventana River logra llegar a la chimenea y prenderla. Mientras tanto, guardo los libros en mi bolsa.

— ¿No terminaras tu tarea?

— En absoluto, no quiero terminar ciega.

River se dirige con dirección a la cocina; trayendo consigo un tazón de avellanas y unas cuantas pequeñas velas.

— Ayúdame a encenderlas. — pide — Te ayudaré a terminar tu tarea.

— Pero...

— Pero nada, ¿O quieres que suelte otro suspiro y provoque una catástrofe?

— Ya vez que si fue tu culpa — le apunto.

— No es mi culpa que ni la naturaleza se resista a mí.

Su hoyuelo se hace presente y presiento que otra catástrofe fue provocada.

❃❁❃❁❃❁❃

Terminamos la tarea y en verdad es muy bueno para historia. Ambos estamos sentados con la espalda en el sillón, las avellanas se terminaron y aún hay velitas  encendidas alrededor de nosotros.

Pero la luz no sólo fue el problema, era yo la que me distraía por cualquier movimiento que hacía River.

No sé que me ocurre.

— River, ¿Cómo es qué no asistes a la escuela y sabes tanto?

River se separa del sillón y se gira a verme.

— La escuela no es único lugar donde se aprende.

— ¿Pero entonces cómo es que lo sabes?

— Bunker. — Afirma —. Por él se la mayoría de las cosas. Antes de que él fuera militar, era profesor y no uno cualquiera, sino uno de los mejores. Sigue enseñándome, pero no es como si tuviera que asistir a un aula.

Ya entiendo, al menos a hora todo concuerda pero...

— ¿Y por qué a Dagan no le asesora?

— Claro que lo hace, pero Dagan está registrado en el sistema de Luviana, por lo que tiene que asistir.

Más dudas surgen pero antes de que vuelva a preguntar River me interrumpe.

— ¿Por eso no querías que te ayudará? ¿Creías que no sabría? — pregunta.

En parte sí, pero ahora me siento mal de tan solo pensarlo. No respondo y solo bajo la mirada hacia la alfombra.

— No te avergüences, solo no lo sabías gotita.

— Discúlpame — susurro.

River me toma por las mejillas para que lo mire —: Esta bien, ni siquiera importa — se encoge de hombros.

Quiero olvidar la vergüenza que me inunda y decido hacer algo mejor. Me levanto y empujó el sillón a un lado dejando la pared de madera libre.

— ¿Qué haces? — pregunta curioso.

— ¿Sabes hacer un conejo?

— ¿Un conejo? — River se pone a lado mío.

Tomo una vela situándola en medio de los dos; pongo mi mano frente a ella y comienzo a formar la silueta de un conejo.

River suelta una risa.

— Esa es demasiado fácil.

— ¿Tienes alguna mejor?

River coge otra vela y comienza a mover sus manos formando un ciervo con astas.
Seguimos haciendo siluetas de anímales; las mías una más extraña que la anterior, lo que provoca que River se doble de la risa.

— En definitiva no es tu talento.

— Tus manos son más grandes y tienes dedos largos, es una ventaja.

— Bueno tus manos no son muy diferentes a excepción del tamaño.

Y es verdad ambos tenemos dedos largos, o como diría mi abuelo: "dedos de pianista."

— Ven aquí.

— ¿Qué? — me toma desprevenida.

— Te enseñaré una fácil — River se arrastra y se sitúa detrás de mí.

— Pon tus manos de esta forma y solo sujeta por los pulgares.

Sus manos acarician las mías y espero no sé de cuenta de que estoy temblando.

Es un ave, con las alas extendidas.

— Ahora mueve tus manos, de esta manera.

River pone las manos de la misma manera y empieza a moverlas lentamente como si se trataran de unas verdaderas alas. Hago lo mismo y me concentro en las dos aves que se encuentran en la pared, pero después, mis ojos se dirigen a lo que abarca en toda la habitación.

Nuestras siluetas unidas.

Levanto mi cabeza viendo hacia River y él está sonriendo triunfante provocando que mi corazón se alborote.

¿Qué me sucede?

RAIN [Libro 1]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن