MIEDO

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Miedo, miedo a perder, miedo a sentir, miedo.

Miedo al dolor. Sí, aquel dolor emocional que acaba afectando a lo físico mismo.

Tanto miedo a sentir y tanta pero tanta impotencia.

Impotencia de no saber qué hacer, impotencia por no hacer ni demostrar nada.

Todo se resume en dos palabras: dolor y alma o como un solo término; el dolor del alma.

Ese dolor que empieza a tornarse más y más físico, cada vez más y más fuerte. Ese dolor que te corta la respiración y trata de ahogarte lentamente mientras luchas por una única causa: respirar y seguir adelante.

Ese dolor que te quita el sueño y remueve todo tu interior. Ese dolor que no eres capaz de expresar y sanar.

La rabia por no saber qué hacer para que pare, de no saber cómo salvarte. Cada día te levantas y temes a tu cuerpo.

Hay momentos buenos, esos no los quita nadie pero cuando llegan los malos solo sientes el miedo invadir tu cuerpo. Esperas a que pase, a que deje de doler y empiezas a respirar con más normalidad mientras te aíslas de todo el mundo que te rodea.

¿ Soy invisible ? es la pregunta más común.

Sientes que nadie te hace caso, que nadie te ve, que a nadie le importas y piensas, ¿ de verdad alguien me quiere ?

Esa pregunta retumba en tu cabeza y vuelves a caer. Te quedas en el suelo hasta que alguien llega para levantarte sin siquiera saber por lo que estás pasando.

Un sentimiento de agradecimiento empieza a recorrer todo tu cuerpo y tu corazón se inunda de un calor inexplicable lleno de alegría, amor y ternura.

Te han alegrado y por fin, todo ha pasado. Se acabó ese sentimiento y tu alma llega nuevamente a tu cuerpo.

Sabes que volverás a caer pero en esos instantes vuelves a estar feliz y ya no sientes eso que te ahogaba ni te dolía.

Ya no sientes miedo.


I don't wanna feel these wayWhere stories live. Discover now