LOS MÁS CHIQUITOS... TAMBIÉN TIENEN DERECHOS

3 0 0
                                    


Y NO SE TERMINÓ...

Hace aproximadamente dos años di por finalizada esta obra. Dos años en los que seguí recorriendo mi camino como adulta y en el que en esta oportunidad me mantuvo más apartada de la lectura que lo que me hubiera gustado estar.

Otra vez la vida me demostró que si bien hay derechos, no siempre uno tiene la posibilidad de ejercerlos. Como en mi caso fue voluntario, podría decir también que ejercí el derecho a no leer.

Hoy releyendo "Los derechos del lector", observé que cometí una gran omisión en cuanto a estos derechos se refiere. Si bien, está dicho explícitamente que hay tantos tipos o clases de lectores como personas hay, tenemos que tener en cuenta, a la hora de difundir derechos a un grupo especialmente vulnerable: los niños.

Nuestro recorrido lector, el contacto con los libros, el proceso que nos lleva a ser lectores autónomos y sujetos de derechos, nace con nosotros mismos. Antes, si fuimos afortunados en tener padres conscientes de la importancia de la lectura en la vida de las personas.

Todos estamos en contacto con un niño, ya sea en el ámbito familiar, social y/o profesional. Todos podemos ser agentes de cambio en cuanto a la lectura. Todos nosotros, lectores, tenemos la varita mágica y hacer que la Cenicienta se convierta en princesa.

Para un niño, podemos hacer la diferencia y eso es mucho.

Cualquier niño, de cualquier ámbito familiar y/o social disfruta de la lectura. Somos nosotros, adolescentes, adultos e incluso niños alfabetizados quienes podemos hacer que la magia se produzca.

Por eso, es fundamental, que quienes estemos dispuestos a ser, por elección u obligación, los magos de los cuentos, sepamos que los niños lectores tienen derechos y debemos conocerlos para ayudarlos a ejercerlos


Los Derechos del LectorUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum