sangre samurái

cenizas

No podía oír nada, no podía moverme y solo veía oscuridad. ¿Habré logrado conseguir mi descanso?
Si es así, porque no estoy tranquilo. Ya conseguí mi descanso porque no estoy feliz.

Cierto...

No puedo dejar pasar la muerte de Yumiko, tengo que regresar. Tengo que vengar su muerte, asesinar a esos malditos.

-ah.

Mi visión había regresado, el cielo ya estaba iluminado por el sol.

-que bonito color azul...
-¡Haku! Qué bueno que despiertas...

Takumi se abalanzo hacia mi, no recuerdo que pasó.

-¿que pasa? ¿Por qué estás desesperado?
-la torre colapsó, después de enterrar a Yumiko me dirigí a la torre para apoyarlos pero cuando estaba cerca, comenzó a colapsarse y prenderse en llamas. El fuego era azul así que asumí que seguías vivo o que hayas causado el derrumbe.

Ahora recuerdo, tenía a Hebi contra las cuerdas. Prácticamente ya había ganado hasta que esa trampa se activo.

-¡cierto! ¿¡Donde está Akane?! Ella estaba conmigo cuando la torre colapsó.
-sobre eso...

-tu me salvaste.

Akane apareció ante nosotros, tenía varias quemaduras pero poco a poco se estaba regenerando.
Su cabello tenía pequeños rasgos blancos.

-akane...
-si no hubiera tenido esa bolsa de aceite a la mano, habría muerto.
-ya recuerdo... Use ese aceite para aplicar mi técnica y te transporte fuera de la torre.
-si pero me quemaste viva, si no fuera por mí sangre de demonio tendría varias cicatriz en mi hermosa piel.

Se sentó en los escombros, Takumi logro sacar varias rocas y me saco de los escombros.

-no siento las piernas...

Mire a mi parte inferior y resulta que no tenía mis piernas, solo veía mis intestinos fuera de su lugar.

Takumi se apartó y vomitó en algún lugar. Akane solo mostraba una sonrisa, lo podía interpretar como karma por causarle las quemaduras.

Mis heridas comenzaron a incendiarse, esto tardará un rato.
Takumi tomo mi espada y uso una capa para arrastrarme.
Seguimos nuestro camino fuera de la ciudad.

-takumi ¿dónde enterraste a Yumiko?
-decidí enterrarla en un campo, hacer que descanse en las cenizas de la ciudad es un poco cruel.
-gracias.

-¿ahora que hacemos? Todos los esbirros se fueron y la ciudad está hecha cenizas. Mi ciudad ya no existe a causa de mi presencia.

La ciudad carmesí fue destruida por esos bastardos, siento culpa al respecto. Si no hubiera arrastrado a Akane conmigo... No, de igual forma habrían atacado y posiblemente asesinado a Akane.

-¿quieres volver a dar respetos a tu ciudad?
-no, se que están vivos, puede que algunos hayan escapado.

El lugar estaba realmente silencioso, solo oía nuestros pasos y a veces las quejas de los esbirros.

-¿habré matado a Hebi?
-la verdad ,Haku. Creo que sigue vivo, está ciudad fue hecha para usar sus poderes a su favor. De alguna forma salió de esa trampa.
-entonces ¿vamos a cazarlos?

Akane se detuvo, creo que active un chispa en ella pero me di cuenta que sacó sus espadas y nos dio una señal para ocultarnos.
Takumi me arrastro hacia los escombros y nos ocultamos.
Akane se volvió una sombra y desaparecio.

-¿ella podía hacer eso?
-silencio, Haku.

Varios soldados con sus caballos pasaron ante nosotros. Reconocí esas armaduras rojas, en especial el que está en el centro de los soldados.

-emperador, no hay sobrevivientes por este sector y no localizamos la espada.
-entonces nos marchamos, debemos salir de este lugar, llevaremos a los supervivientes a nuestra facción, regresaremos por la espada después.

Akane apareció por sorpresa y nos tapó la boca para no gritar.
Guardo sus espadas y movió su cabeza para irnos de aquí.

-takumi, sal del escondite.
-¿que?

-alto, Takumi se quedara conmigo, ve por ti mismo.

Akane sostuvo el brazo de Takumi, parecían madre e hijo. Me arrastre hasta los soldados.
Mostrarme ante mi antiguo emperador, en estas condiciones me da vergüenza pero tengo que saber si no tomarán a los supervivientes como esclavos.
No puedo dejar a la gente de Yumiko con cadenas en sus cuellos.

-¡ahí! ¡Apunte!
-¡alto! Esta en terribles condiciones.

El emperador bajo de su caballo y se acercó hacia mi. 

-Es raro encontrarte por aquí, pensé que dejarías las batallas.
-pasaron algunas cosas, no me puedo librar de mí servicio.

Mostré mi sello, pensé algunas burlas pero el emperador no mostró ninguna reacción.
En cambio ofreció su mano para poder levantarme.
Una de los piernas ya estaban reconstruida, así que me apoye en el.

-¿que te sucedió? Sora.
-nada en especial, supongo que cambie mis ideales o es el cansancio. ¿En que mandó peleas, Haku?
-le ofrecí lealtad a la emperatriz Yumiko.
-¿donde está ahora?
-ella...
-es una lástima, quería su colaboración en mis planes o que me ayude a derrotar a esos monstruos.
Pobre gente, sufriendo las consecuencias de sus actos.
-¿dónde estabas antes del ataque?¡Tus fuerzas nos habría ayudado en ese momento!

Los soldados me apuntaron de nuevo pero Sora levantó su mano.

-estaba ayudando a esa ciudad desconocida por la fuerza Militar, era una ciudad bonita pero esas bestias arrasaron con todo. Por suerte me encontré por sobrevivientes, algunos de ellos mujeres y niños, otros guerreros heridos.

-eso es verdad...

Akane salió con Takumi, tenía una mirada de esperanza.

-si... Están en mi facción, ayudándome a planear un contraataque, también encontré a algunos rebeldes entre las ruinas de aquí.
Ahora estamos evacuando el lugar.

Akane y Takumi me miraron, esperando que de mi orden.
No sé si cambio de actitud de Sora, antes era despiadado pero ahora solo veo a un viejo con una actitud de tristeza y cansancio.

Pensé en las palabras de Akane, cazar a las personas que nos hicieron sufrir.
La verdad quisiera venganza a toda costa pero no puedo confiar.

Tenemos aliados a su mando, podemos coordinar para evitar una traición y los soldados de Akane son fuertes, nos dan un buen soporte.

No me pudo negar ante mis condiciones, le daré la mano por esta vez y luego lo mataré para conseguir mi libertad.

-Sora, te presto mi fuerza solo por esta vez, apoyaré en el contrataque que estás planeado.
-entiendo, terminemos esta guerra de una vez.

Subimos los caballos y nos retiramos de la ciudad envuelta de cenizas.